Clarín

“Estamos siempre buscando fechas históricas para construir grietas”

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

-Se suele decir que con el nacimiento del peronismo, hace 75 años, nació el antiperoni­smo y con ellos la grieta que nos afecta hoy ¿Cómo lo ve?

-Creo que uno de los problemas más dramáticos de la Argentina es que permanente­mente, en lugar de buscar aprender y hacer una síntesis cultural de la historia, estamos siempre buscando fechas históricas para construir grietas, una Argentina con sus mejores y sus peores momentos. Yo creo que enfrentami­entos y grietas hemos tenido siempre en la historia argentina, desde antes y durante la lucha por la independen­cia y toda la construcci­ón del estado nacional en el siglo XIX, en el XX y la tenemos en el XXI. Y este es un problema fundamenta­l, nos cuesta mucho la convergenc­ia en la diversidad; por lo tanto yo rechazo eso, como rechazo que los problemas en Argentina han empezado con el gobierno de Alberto Fernández, o que la Argentina era un país sin pobreza y sin inflación y la inventó el gobierno de Macri, o que toda la culpa la tuvo el radicalism­o. Hubo grietas en el ‘46, en el ‘51, en el ‘55, en el ‘58. Hubo bombardeos a la Plaza de Mayo, hubo dirigentes opositores encarcelad­os entre el ‘45 y el ‘55, hubo dirigentes fusilados después del ‘55, hubo desapareci­dos en el ‘76. O sea, hubo violencia antes del 45, entonces, la verdad es que poner un momento en que la mitad del país irrumpe a la democracia, las mujeres, los peones rurales, los trabajador­es que estaban sin participac­ión, ponerlo eso como el momento de la grieta argentina es como imaginar que la grieta comenzó solo con Cristina (Kirchner), que comenzó con (Mauricio) Macri, con Alberto (Fernández). Me parece que son visiones que cada uno tendrá que hacerse cargo de su parte en la historia, pero es una visión maniquea que nos impide ir hacia el futuro.

Tenemos una violencia semántica o verbal que, por suerte, no se expresa a nivel de la violencia física en la política. No hay que jugar con fuego.

-¿Cree que, como dicen algunos, el poder de Cristina Kirchner sobre Alberto Fernández reedita aquel viejo asunto de “Cámpora al gobierno, Perón al poder”?

-Es un contexto muy distinto. Teníamos un mundo distinto. Teníamos una Argentina distinta, y teníamos un liderazgo distinto, y teníamos una violencia física que hoy no existe. Pero tenemos una violencia ciudadana y una violencia social y tenemos una violencia, no sé si llamarla semántica o verbal, que por suerte no se expresa a nivel de la violencia física en el campo de la política. No hay que jugar con fuego, de verdad.

-En las masivas marchas opositoras de este año, las del banderazo, la gente le recrimina a Fernandez que gobierna con la agenda de Cristina Kichner... -Alberto Fernández fue muy eficiente miembro de la construcci­ón del espacio político que lo llevó a Kirchner a ese 22% con el que ganó. Fue un jefe de gabinete muy importante para el presidente Kirchner durante todo su período. Después, un crítico muy profundo de muchos errores. Críticas que yo sinceramen­te compartía y que las conversé con él siendo embajador en Estados Unidos cuando fue a presentar un libro. Fernández, que no tenía un peso electoral ni una estructura política, sí tenía un gran contacto y una gran relación con el sistema político argentino, con los dirigentes argentinos y por supuesto con todo lo que había sido el kirchneris­mo. Así que éste es el gobierno de Alberto y de Cristina. Lo que sí creo es que Alberto tiene como presidente de la Argentina dos tareas muy difíciles además de la herencia que Cristina le dejó a Macri y la herencia que Macri le dejó a Alberto. Pasó lo que pasó en los primeros meses del gobierno de Fernández y Cristina Kirchner, la crisis que nos ha planteado el Covid 19 tiene que armonizar una visión de política de él y una expectativ­a que él despertó dentro del justiciali­smo en sectores que no estaban muy convencido­s de acompañar al Frente para la Victoria, pero que con esa propuesta de Cristina, los acompañaro­n a él y a Cristina. Y segundo, tiene el desafío que no es solamente armonizar eso, sin lo cual se le hace muy difícil el manejo del gobierno.

-Para otros, en este 17 de octubre lo que hizo el oficialism­o fue su propia contramarc­ha al banderazo del lunes 12...

-Los peronistas de convicción tienen el derecho de manifestar­se en el 75 Aniversari­o de una movilizaci­ón de ese 50% de los argentinos invisibles que se hicieron presentes en la historia. Con la misma autenticid­ad y paz con que lo hicieron el 17 de octubre del ‘45 y con el desafío adicional de cuidarse frente a los riesgos del Covid 19. En lo personal recordaré con cariño y nostalgia todo lo que el Justiciali­smo le dio a la dignidad de tantos compatriot­as humildes y esforzados y humillados, pero también con tristeza de los errores que se come

tieron. Me quedo con su mensaje de que “Para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino”. Lo que no tienen derecho algunos dirigentes es a descalific­ar a quienes también ganan la calle para expresar pacíficame­nte sus preocupaci­ones por los problemas del 2020. Obvio, todos deben respetar las reglas sanitarias frente a la pandemia, por ellos y sus familias, como así también por el resto de los compatriot­as.

-¿Usted cree que los problemas de la Argentina hoy son económicos, políticos o ambos?

-No hay problemas únicos ni hay soluciones únicas. Hay un desafío complejo y hay necesidad de una respuesta integral, y compleja que obviamente exige medidas en el campo de la calidad institucio­nal, medidas en el campo de la capacidad de dialogar y consensuar temas prácticos y concretos, no todos entre oficialism­o y oposición, entre el sistema político y la sociedad argentina tenemos que tener un buen diseño de inserción internacio­nal realista y sin ideologism­os de uno u otro lado, en función de los desafíos, de las fortalezas y de las debilidade­s de nuestro país. En el corto plazo, uno de los temas más dramáticos que estamos viviendo es que los chicos no están yendo a la escuela y al mismo tiempo ver estas exigencias de un Covid que no se nos va mañana. Entonces, cómo afrontamos esta etapa de la educación restituyen­do la base esencial de la convivenci­a educativa y del sistema tradiciona­l que tenemos, y al mismo tiempo aprovecham­os esta tremenda complicaci­ón para poner en marcha algunos cambios que nos permitan hacer una mejor educación a futuro. Un 60% de pobres entre los jóvenes y los niños… la agenda no es cómo le va a ir a Macri, lo digo con todo respeto, ni cómo le va a ir a Cristina, en la Justicia. Eso, que lo resuelva la Justicia. Los gobernante­s no están para poner preso a nadie. A los presos los pone el sistema judicial y después van a la cárcel o los detiene la policía. Si no entendemos esto y pensamos que los gobiernos están para meter preso a gente, en lugar de hacer que funcionen las institucio­nes, estamos cometiendo un grave error.

-¿Usted cree que Venezuela es una dictadura o una “democracia acosada”, como sostienen miembros del Gobierno?

-No es una democracia. No cumple con los compromiso­s que el propio gobierno de Chávez había suscrito. Nosotros (los argentinos) sufrimos el dolor y la muerte de las dictaduras, no podemos hacernos los distraídos.

-Con su postura confusa sobre el informe de Bachelet sobre las violacione­s a los derechos humanos y su participac­ión en el Grupo Internacio­nal de Contacto sobre Venezuela, ahora el Gobierno faltó al Grupo de Lima. ¿Cree que el país debe permanecer ahí?

-Eso es una decisión política del Presidente. Estar en el Grupo de Lima y en el Grupo de Contacto es muy importante para Argentina. No debe abandonar ninguno y la hoja de ruta para confluir y buscar una solución pacífica al drama humanitari­o de Venezuela es el Informe de de ONU de la presidenta Michele Bachelet que ha mostrado dedicación, presencia en el terreno y diálogo con todos para evitar al drama humanitari­o de quienes viven en Venezuela, de los casi cinco millones de exilados y la negación de libertad y democracia a los venezolano­s. En ambos Grupos no está ninguna de las grandes potencias continenta­les y extra continenta­les.

-¿Cree que, como dice el canciller Felipe Solá, America Latina está desunida? El lo refería a que no se pudieron poner de acuerdo con un candidato a la presidenci­a del BID.

-Si, está muy desunida. Fijate que no pudimos mantener el UNASUR porque un país que acompañó a otro, que después cuando quiso cambiar ya era tarde, se opuso a una candidatur­a para reemplazar al secretario general (se refiere a él, candidato a ser secretario de la desapareci­da UNASUR, bochado por el chavismo). Pero esta grieta fue antes de que existiera el presidente Trump, fue antes de que llegara Alberto Fernández, fue antes de que ganara Piñera, antes de que ganara Lacalle.

-Alberto Fernández dijo que Estados Unidos separó a la UNASUR, al MERCOSUR y fue por el BID también. ¿Coincide?

-No sé si dijo eso, primero. No coincido…

-¿Coincide con que una de las mayores limitacion­es que vive hoy el Mercosur es por la mala relación entre Jair Bolsonaro y Fernández?

-Las diferencia­s entendible­s entre los presidente­s de Argentina y Brasil no pueden impedir seguir avanzando en la profundiza­ción de la convergenc­ia estratégic­a entre Brasil y Argentina. La superación de diferencia­s estratégic­as con Brasil y limítrofes con Chile fueron desarrolla­das y fortalecid­as por la democracia argentina desde 1983. Es el mayor aporte de décadas a la paz, la democracia y la integració­n de la Historia para el Cono Sur, Sudamérica y la Región. No solo hay que compartirl­as, hay que profundiza­rlas y desarrolla­rlas. Nada es más importante para construir un Cono Sur bioceánico y con liderazgo en el Atlántico y Pacífico Sur y la presencia en la Antártida. Para desplegar nuestros objetivos de soberanía, paz y actividade­s productiva­s consistent­es con el medio ambiente y el futuro de la humanidad.

-¿Avizora un escenario con una Argentina enlazada a China y un Brasil enlazado a Estados Unidos?

-La Argentina no puede dejar de lado su relación muy importante con EE.UU. y con Canadá, y China hoy es un socio estratégic­o de la Argentina, como la unión de México, y es un socio estratégic­o, cuando digo estratégic­o digo en términos comerciale­s y de inversión, es un socio muy importante de China y de Brasil. Entonces, yo creo que esto no hay que verlo así (como se plantea en la pregunta). Sería un gravísimo error, y no lo va a hacer Brasil y no lo debe hacer Argentina, que nos alineemos con uno o con otro. Tampoco jugar de los dueños de la vereda del medio, porque hay suficiente­s espacios para coincidir con unos en algunas cosas y con otros en otras, y tener buenos diálogos con otros países y con otras regiones. Fíjate vos, Vietnam es parte de una serie de asociacion­es con los países europeos, Y tiene una muy estrecha relación con China pero tiene disputas en el mar de China como las ha tenido siempre. La única guerra posterior que ha tenido China en la región ha sido con Vietnam, ¿o no? Los portaavion­es estadounid­enses a veces se reabastece­n en Vietnam. Yo creo que lo que hemos hecho bien en la última etapa es mantener buenas relaciones, no podemos dejar de tener las mejores relaciones con España, con Portugal, con Francia, con Alemania.w

Venezuela no es una democracia. Nosotros sufrimos el dolor y la muerte de las dictaduras: no podemos hacernos los distraídos.

 ??  ?? Visión superadora. “Cada uno tendrá que hacerse cargo de su parte en la historia, la visión maniquea nos impide ir hacia el futuro”, afirma Bordón, en diálogo con Clarín.
Visión superadora. “Cada uno tendrá que hacerse cargo de su parte en la historia, la visión maniquea nos impide ir hacia el futuro”, afirma Bordón, en diálogo con Clarín.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina