“Estamos siempre buscando fechas históricas para construir grietas”
-Se suele decir que con el nacimiento del peronismo, hace 75 años, nació el antiperonismo y con ellos la grieta que nos afecta hoy ¿Cómo lo ve?
-Creo que uno de los problemas más dramáticos de la Argentina es que permanentemente, en lugar de buscar aprender y hacer una síntesis cultural de la historia, estamos siempre buscando fechas históricas para construir grietas, una Argentina con sus mejores y sus peores momentos. Yo creo que enfrentamientos y grietas hemos tenido siempre en la historia argentina, desde antes y durante la lucha por la independencia y toda la construcción del estado nacional en el siglo XIX, en el XX y la tenemos en el XXI. Y este es un problema fundamental, nos cuesta mucho la convergencia en la diversidad; por lo tanto yo rechazo eso, como rechazo que los problemas en Argentina han empezado con el gobierno de Alberto Fernández, o que la Argentina era un país sin pobreza y sin inflación y la inventó el gobierno de Macri, o que toda la culpa la tuvo el radicalismo. Hubo grietas en el ‘46, en el ‘51, en el ‘55, en el ‘58. Hubo bombardeos a la Plaza de Mayo, hubo dirigentes opositores encarcelados entre el ‘45 y el ‘55, hubo dirigentes fusilados después del ‘55, hubo desaparecidos en el ‘76. O sea, hubo violencia antes del 45, entonces, la verdad es que poner un momento en que la mitad del país irrumpe a la democracia, las mujeres, los peones rurales, los trabajadores que estaban sin participación, ponerlo eso como el momento de la grieta argentina es como imaginar que la grieta comenzó solo con Cristina (Kirchner), que comenzó con (Mauricio) Macri, con Alberto (Fernández). Me parece que son visiones que cada uno tendrá que hacerse cargo de su parte en la historia, pero es una visión maniquea que nos impide ir hacia el futuro.
Tenemos una violencia semántica o verbal que, por suerte, no se expresa a nivel de la violencia física en la política. No hay que jugar con fuego.
-¿Cree que, como dicen algunos, el poder de Cristina Kirchner sobre Alberto Fernández reedita aquel viejo asunto de “Cámpora al gobierno, Perón al poder”?
-Es un contexto muy distinto. Teníamos un mundo distinto. Teníamos una Argentina distinta, y teníamos un liderazgo distinto, y teníamos una violencia física que hoy no existe. Pero tenemos una violencia ciudadana y una violencia social y tenemos una violencia, no sé si llamarla semántica o verbal, que por suerte no se expresa a nivel de la violencia física en el campo de la política. No hay que jugar con fuego, de verdad.
-En las masivas marchas opositoras de este año, las del banderazo, la gente le recrimina a Fernandez que gobierna con la agenda de Cristina Kichner... -Alberto Fernández fue muy eficiente miembro de la construcción del espacio político que lo llevó a Kirchner a ese 22% con el que ganó. Fue un jefe de gabinete muy importante para el presidente Kirchner durante todo su período. Después, un crítico muy profundo de muchos errores. Críticas que yo sinceramente compartía y que las conversé con él siendo embajador en Estados Unidos cuando fue a presentar un libro. Fernández, que no tenía un peso electoral ni una estructura política, sí tenía un gran contacto y una gran relación con el sistema político argentino, con los dirigentes argentinos y por supuesto con todo lo que había sido el kirchnerismo. Así que éste es el gobierno de Alberto y de Cristina. Lo que sí creo es que Alberto tiene como presidente de la Argentina dos tareas muy difíciles además de la herencia que Cristina le dejó a Macri y la herencia que Macri le dejó a Alberto. Pasó lo que pasó en los primeros meses del gobierno de Fernández y Cristina Kirchner, la crisis que nos ha planteado el Covid 19 tiene que armonizar una visión de política de él y una expectativa que él despertó dentro del justicialismo en sectores que no estaban muy convencidos de acompañar al Frente para la Victoria, pero que con esa propuesta de Cristina, los acompañaron a él y a Cristina. Y segundo, tiene el desafío que no es solamente armonizar eso, sin lo cual se le hace muy difícil el manejo del gobierno.
-Para otros, en este 17 de octubre lo que hizo el oficialismo fue su propia contramarcha al banderazo del lunes 12...
-Los peronistas de convicción tienen el derecho de manifestarse en el 75 Aniversario de una movilización de ese 50% de los argentinos invisibles que se hicieron presentes en la historia. Con la misma autenticidad y paz con que lo hicieron el 17 de octubre del ‘45 y con el desafío adicional de cuidarse frente a los riesgos del Covid 19. En lo personal recordaré con cariño y nostalgia todo lo que el Justicialismo le dio a la dignidad de tantos compatriotas humildes y esforzados y humillados, pero también con tristeza de los errores que se come
tieron. Me quedo con su mensaje de que “Para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino”. Lo que no tienen derecho algunos dirigentes es a descalificar a quienes también ganan la calle para expresar pacíficamente sus preocupaciones por los problemas del 2020. Obvio, todos deben respetar las reglas sanitarias frente a la pandemia, por ellos y sus familias, como así también por el resto de los compatriotas.
-¿Usted cree que los problemas de la Argentina hoy son económicos, políticos o ambos?
-No hay problemas únicos ni hay soluciones únicas. Hay un desafío complejo y hay necesidad de una respuesta integral, y compleja que obviamente exige medidas en el campo de la calidad institucional, medidas en el campo de la capacidad de dialogar y consensuar temas prácticos y concretos, no todos entre oficialismo y oposición, entre el sistema político y la sociedad argentina tenemos que tener un buen diseño de inserción internacional realista y sin ideologismos de uno u otro lado, en función de los desafíos, de las fortalezas y de las debilidades de nuestro país. En el corto plazo, uno de los temas más dramáticos que estamos viviendo es que los chicos no están yendo a la escuela y al mismo tiempo ver estas exigencias de un Covid que no se nos va mañana. Entonces, cómo afrontamos esta etapa de la educación restituyendo la base esencial de la convivencia educativa y del sistema tradicional que tenemos, y al mismo tiempo aprovechamos esta tremenda complicación para poner en marcha algunos cambios que nos permitan hacer una mejor educación a futuro. Un 60% de pobres entre los jóvenes y los niños… la agenda no es cómo le va a ir a Macri, lo digo con todo respeto, ni cómo le va a ir a Cristina, en la Justicia. Eso, que lo resuelva la Justicia. Los gobernantes no están para poner preso a nadie. A los presos los pone el sistema judicial y después van a la cárcel o los detiene la policía. Si no entendemos esto y pensamos que los gobiernos están para meter preso a gente, en lugar de hacer que funcionen las instituciones, estamos cometiendo un grave error.
-¿Usted cree que Venezuela es una dictadura o una “democracia acosada”, como sostienen miembros del Gobierno?
-No es una democracia. No cumple con los compromisos que el propio gobierno de Chávez había suscrito. Nosotros (los argentinos) sufrimos el dolor y la muerte de las dictaduras, no podemos hacernos los distraídos.
-Con su postura confusa sobre el informe de Bachelet sobre las violaciones a los derechos humanos y su participación en el Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela, ahora el Gobierno faltó al Grupo de Lima. ¿Cree que el país debe permanecer ahí?
-Eso es una decisión política del Presidente. Estar en el Grupo de Lima y en el Grupo de Contacto es muy importante para Argentina. No debe abandonar ninguno y la hoja de ruta para confluir y buscar una solución pacífica al drama humanitario de Venezuela es el Informe de de ONU de la presidenta Michele Bachelet que ha mostrado dedicación, presencia en el terreno y diálogo con todos para evitar al drama humanitario de quienes viven en Venezuela, de los casi cinco millones de exilados y la negación de libertad y democracia a los venezolanos. En ambos Grupos no está ninguna de las grandes potencias continentales y extra continentales.
-¿Cree que, como dice el canciller Felipe Solá, America Latina está desunida? El lo refería a que no se pudieron poner de acuerdo con un candidato a la presidencia del BID.
-Si, está muy desunida. Fijate que no pudimos mantener el UNASUR porque un país que acompañó a otro, que después cuando quiso cambiar ya era tarde, se opuso a una candidatura para reemplazar al secretario general (se refiere a él, candidato a ser secretario de la desaparecida UNASUR, bochado por el chavismo). Pero esta grieta fue antes de que existiera el presidente Trump, fue antes de que llegara Alberto Fernández, fue antes de que ganara Piñera, antes de que ganara Lacalle.
-Alberto Fernández dijo que Estados Unidos separó a la UNASUR, al MERCOSUR y fue por el BID también. ¿Coincide?
-No sé si dijo eso, primero. No coincido…
-¿Coincide con que una de las mayores limitaciones que vive hoy el Mercosur es por la mala relación entre Jair Bolsonaro y Fernández?
-Las diferencias entendibles entre los presidentes de Argentina y Brasil no pueden impedir seguir avanzando en la profundización de la convergencia estratégica entre Brasil y Argentina. La superación de diferencias estratégicas con Brasil y limítrofes con Chile fueron desarrolladas y fortalecidas por la democracia argentina desde 1983. Es el mayor aporte de décadas a la paz, la democracia y la integración de la Historia para el Cono Sur, Sudamérica y la Región. No solo hay que compartirlas, hay que profundizarlas y desarrollarlas. Nada es más importante para construir un Cono Sur bioceánico y con liderazgo en el Atlántico y Pacífico Sur y la presencia en la Antártida. Para desplegar nuestros objetivos de soberanía, paz y actividades productivas consistentes con el medio ambiente y el futuro de la humanidad.
-¿Avizora un escenario con una Argentina enlazada a China y un Brasil enlazado a Estados Unidos?
-La Argentina no puede dejar de lado su relación muy importante con EE.UU. y con Canadá, y China hoy es un socio estratégico de la Argentina, como la unión de México, y es un socio estratégico, cuando digo estratégico digo en términos comerciales y de inversión, es un socio muy importante de China y de Brasil. Entonces, yo creo que esto no hay que verlo así (como se plantea en la pregunta). Sería un gravísimo error, y no lo va a hacer Brasil y no lo debe hacer Argentina, que nos alineemos con uno o con otro. Tampoco jugar de los dueños de la vereda del medio, porque hay suficientes espacios para coincidir con unos en algunas cosas y con otros en otras, y tener buenos diálogos con otros países y con otras regiones. Fíjate vos, Vietnam es parte de una serie de asociaciones con los países europeos, Y tiene una muy estrecha relación con China pero tiene disputas en el mar de China como las ha tenido siempre. La única guerra posterior que ha tenido China en la región ha sido con Vietnam, ¿o no? Los portaaviones estadounidenses a veces se reabastecen en Vietnam. Yo creo que lo que hemos hecho bien en la última etapa es mantener buenas relaciones, no podemos dejar de tener las mejores relaciones con España, con Portugal, con Francia, con Alemania.w
Venezuela no es una democracia. Nosotros sufrimos el dolor y la muerte de las dictaduras: no podemos hacernos los distraídos.