El coronavirus se dispara en Italia con diez mil contagiados por día
La cifra se encamina a 15 mil en breve. El gobierno anuncia más medidas, incluido un toque de queda.
La epidemia entró decididamente en una nueva fase aguda. Le bastaron dos semanas de octubre para pasar de menos de mil contagiados cada 24 horas a más de diez mil, con la perspectiva de llegar en pocos días más a quince mil infectados diarios, como anunció el científico más escuchado, el virólogo de la Universidad de Padua Andrea Crisanti.
La segunda ola es hasta hora mucho menos mortífera que la primera, que en poco más de dos meses causó más de 30 mil muertos (que actualmente llegan a 36.447), por la difusión tan rápida del Covid-19. La peste venida de China ha potenciado su capacidad de contagio a una velocidad que tomó de sorpresa los mecanismos de defensa del sistema sanitario y del gobierno nacional.
Las esperanzas de haberle ganado la batalla al corona virus se desplomaron después de que el mismo Crisanti, quién fue el que logró en su región del Véneto difundir los métodos de los controles con hisopados moleculares que permiten trazar las huellas de los contagios, dijo lo desmoronó el ímpetu del crecimiento exponencial de la pandemia, el sistema nacional de controles.
En Italia están activos más de cinco mil brotes en toda la península.
Mientras en la primera ola, que nació a fines de febrero y casi se extinguió en junio, el castigo del coronavirus se ensañó con las ricas regiones del norte, especialmente la Lombardía, la segunda ola se ha extendido rápidamente a las 21 regiones y provincias autónomas los contagios.
En el sur de Italia, los sistemas sanitarios públicos regionales son mucho más frágiles que en el centro-norte. Aunque Lombardía continúa exhibiendo las peores estadísticas de la epidemia, preocupa mucho la situación en Campania, cuya capital es Nápoles con su gran área urbana, que
está segunda en números absolutos
y que el viernes registró 1.127 infectados. Su presidente, Vincenzo de Luca, abrió el fuego de las polémicas ordenando el cierre de las escuelas hasta fin de mes. De Luca también ordenó el toque de queda nocturno de bares y restaurantes.
Del lado del gobierno la clausura de las escuelas, reabiertas a nivel nacional el 14 de septiembre, fue calificada de “medida gravísima y contraproducente”. El gobierno nacional, que este fin de semana decidirá nuevas restricciones en todo el territorio italiano, aseguró que no está en sus planes cerrar las escuelas.
Como crece el número de enfermos internados en los hospitales, sobre todo en terapia intensiva, Campania está en el centro de las preocupaciones porque se teme la saturación de las camas en los hospitales. En Nápoles y las provincias campanas existe un problema adicional muy peligroso: la escasez de médicos, enfermeras y personal paramédico, que flaquea la atención en las terapias intensivas, adonde terminan los enfermos más graves que necesitan ser cuidados por equipos encabezados por especialistas reanimadores.
Las regiones piden ayuda, pero el gobierno respondió en un encuentro de siete horas con reclamos. El comisario para la pandemia del ministerio de Salud, Domenico Arcuri, y el ministro de Asuntos Regionales, Francisco Bocha, pidieron explicaciones. “Queremos saber adonde han ido a parar 1.600 respiradores que les consignamos, que permiten transformar puestos subintensivos en terapia intensiva”, dijo Arcuri. “Tenemos otros 1500, no los enviaremos hasta saber que fue de los otros 1600”. Arcuri señaló el caso de Campania, que recibió 231 equipos de terapia y 167 subintensivos. “Ahora deberían ser en total 566, pero son solo 433. ¿Por que?”.
Las sospechas y las polémicas también están a la orden del día. El gobierno de Roma sostiene que enviaron 14.000 millones de euros para insuflar recursos a las regiones. El área más delicada es la de las terapias intensivas. En la primera oleada de la epidemia fue aquí que se vivieron los momentos más dramáticos porque no eran suficientes los lechos especiales donde se entubaba a los pacientes para afrontar la pulmonía doble devastadora que causa el corona virus. Muchas veces se presentó a los reanimadores el dilema de dos enfermos para darles oxígeno y un solo lecho para ocupar. No había otro remedio que salvar al que tenía más probabilidades. “Había 5.179 lechos de terapia intensiva al comenzar la pandemia y activamos hasta 9.463 puestos. Ahora resultan 6.628 en funcionamiento”.
“El virus no se ha debilitado, por el contrario es mucho más contagioso que antes”.
Todavía hay tiempo para recibir a todos los enfermos más graves. Hoy los entubados con oxígeno son 586. El 3 de abril, una jornada luctuosa, eran 4068 los internados en terapia intensiva. Pero el virus avanza muy rápido y en noviembre se podría presentar en los hospitales de Milán el peligro de una saturación. El hospital Sacco de enfermedades infecciosas y el Fatebenefratelli, ya anunciaron que aceptan solo pacientes del corona virus. En Lombardia hubo el viernes 2.067 contagiados.
Hay una reorganización urgente en la mayoría de los hospitales. Como ocurrió en la primera oleada, se ha comenzado a canibalizar a los sectores que se ocupan de enfermos que no padecen el virus. Las camas y los médicos, como los enfermeros, pasan de urgencia al área de epidemia,
“Casi doscientos médicos murieron en Italia durante la primera fase de la epidemia. Los otros, junto con las enfermeras y el resto del personal, hemos seguido afrontando una situación crítica y muy desgastante del punto de vista físico y psicológico. Ahora nos llega la segunda ola. Se hace dificil”, explica el doctor Angelo Pan, responsable de enfermedades infecciosas del hospital de Cremona. “El virus no se ha debilitado, por el contrario es mucho más contagioso que antes”.
El doctor Pan asegura que “aquí en Cremona todos tenemos un muerto en familia o amigos que fallecieron por el virus”. “Vamos a hacer lo correcto”. Pero hay una inquietante realidad: los médicos, descorazonados, prefieren jubilarse o pasar al sector privado, quitándole fuerzas imprescindibles a la lucha contra el Corvid19.
En los hospitales y entre el ejército de los médicos de familia, base del sistema sanitario, faltan veinte mil galenos, enfermeros y operadores sanitarios. ■