Cuando Bryant se planteó “destruir” a Argentina y a Ginóbili en especial
Mike Krzyzewski relató una charla que derivó en la recuperación del oro olímpico para Estados Unidos.
Mike Krzyzewski reúne miles de anécdotas con los mejores basquetbolistas del mundo y ahora llegó el tiempo de develar la que más lo marcó respecto a Kobe Bryant, la leyenda de la NBA y de Estados Unidos que murió el 26 de enero al caer el helicóptero que lo trasladaba junto a su hija Gianna, de 13 años, y otras siete personas. ¿Qué recordó el entrenador? Cuando Bryant quiso destrozar a Argentina y a Manu Ginóbili en particular.
Técnico de la prestigiosísima Universidad de Duke nada menos que desde 1980, Coach K es más conocido en el basquetbol de nuestro país por haber sido quien condujo a la recuperación del Dream Team después de los cachetazos que la Generación dorada le propinó a principios de los 2000.
“Estábamos empezando a construir una cultura en USA Basketball. Kobe, Chauncey Billups y Jason Kidd se agregaron como líderes veteranos para LeBron James, Carmelo Anthony y otros chicos estupendos”, recordó Krzyzewski haciendo referencia a lo que ocurría allá por 2008.
“Nos estábamos preparando para Beijing y estaba con mi staff en Las Vegas. Faltaban dos días para que se sumaran los jugadores y Kobe tocó a mi puerta. Me pidió hablar en privado”, agregó en el podcast del basquetbolista J.J. Redick.
“’Necesito pedirte un favor’, me dijo. ‘Quiero marcar al mejor perimetral de cada rival’. El era el mejor jugador de la NBA, el goleador. Pero me pidió ese favor. Tenía los mismos ojos, la misma mirada que Michael Jordan. Se inclinó hacia adelante y me dijo: ‘Coach, te prometo que los voy a destruir’”, recordó.
En aquella edición de los Juegos Olímpicos, Estados Unidos quería recuperar el oro que por primera y hasta hoy única vez le quitó otro país desde que los jugadores de la NBA comenzaran a jugar en su seleccionado. Ese país había sido Argentina, cuatro años antes, en Atenas 2004.
“Kobe sabía que para ganar el oro teníamos que ganarle a Argentina ya fuese en la semifinal o en la final. Y él quería marcar a Ginóbili. Ya lo sabía y se estaba preparando para eso. Sentó un precedente para el equipo”, siguió Krzyzewski.
Efectivamente, los presagios se cumplieron: el Dream Team aplastó a Australia en los cuartos de final y la Selección nacional superó con lo justo a Grecia, por lo que debieron chocar en la semifinal del torneo olímpico.
“Estábamos ganando por 20 puntos cuando Ginóbili se lastimó -recapituló-. Entonces uno pensaba: ‘Bueno, ahora vamos a ganar por 40’. Y se convirtió en un partido de seis puntos de diferencia todo porque Kobe ya no estaba interesado. Así era él. Y Dios lo bendiga”, sentenció.
Efectivamente el primer cuarto de aquel partido terminó por 30-11 en contra para Argentina, que debió resignarse a jugar sin su as de espada por una lesión en un tobillo de la que se resintió cuando apenas iban 6 minutos del partido.
Y efectivamente, como bien recordó Krzyzewski, el equipo nacional llegó a recortar la diferencia y quedar a ocho puntos nada más. De hecho, cerró la primera mitad perdiendo “tan sólo” por nueve (49-40).
Las cifras anotadoras de Bryant pusieron de manifiesto el énfasis defensivo que había adoptado, tanto como la probable pérdida de interés a la que hizo referencia su ex entrenador: en aquella jornada del viernes 22 de agosto de 2008, el escolta anotó “apenas” 12 puntos.
Estados Unidos se llevó el encuentro por un amplio 101-81 y reconquistó luego la medalla de oro al ganarle un partidazo a España. Argentina, cómo olvidarlo, ganó un bronce dorado (fue la segunda medalla olímpica de aquel grupo de jugadores que hizo historia enorme en el deporte) después de vencer a Lituania por 8775.
“’Necesito pedirte un favor’, me dijo. ‘Quiero marcar al mejor perimetral’”.