El futuro está en las manos de los pibes que crecieron con los héroes

Son chicos nacidos entre 1997 y 2000 que fueron testigos del primer triunfo ante los NBA y del oro olímpico.

Apenas comenzaban a transitar el mundo cuando la Selección pergeñaba los dos mayores golpes en la historia del basquetbol: vencer a un equipo estadounidense de jugadores de la NBA (2002) y ganar el único oro olímpico que le falta a los cracks de la mejor liga del mundo (2004). Para esos cinco pibes la mayoría de sus recuerdos son posteriores. Pero el legado de la Generación dorada excedió los límites de lo deportivo y los marca como una bandera.

Bautista Lugarini, Leonardo Lema, Franco Baralle, Fernando Zurbriggen y Juan Esteban de la Fuente tienen la chance de debutar en la Selección mayor en el fin de semana de la Copa PreAmérica. Marco Giordano pudo haberlos acompañado, pero dio positivo de Covid-19 y debió quedar afuera de la convocatoria.

-¿Cuáles son los primeros recuerdos de la Selección que tienen?

-La del Preolímpico de Mar del Plata 2011. En mi club de General Pico, La Pampa, organizamos rifas, vendimos pizzas, pollos, de todo para juntar plata e ir a verlos (Lema). -También mis primeros recuerdos son de esa Selección. Siempre digo que tuve mucha suerte. Como Néstor García es mi padrino, pude ir a ver los entrenamientos y Manu Ginóbili me regaló una remera que la tengo hasta hoy (De la Fuente).

-El equipo del Mundial 2006. Escuché por radio con mi profesor de Educación física el partido contra España, en el que Chapu erra el último triple. Lo re sufrí. Mi mamá no me dejaba faltar al colegio pero yo intentaba escaparme, ja ja (Zurbriggen).

Los chicos son jóvenes pero tienen un interesante recorrido en las canchas de la Liga Nacional. Lema y Baralle (que pasó hace algunos meses a Quimsa), incluso, están curtidos por haber representado a Atenas en las épocas difíciles del club cordobés.

“Nos nutrimos mucho por pelear el descenso -asegura Franco-. Por ser los líderes por los años que teníamos en el equipo junto con Mateo Chiarini). Creo que no desaprovechamos la oportunidad, asumimos la responsabilidad y crecimos un montón”.

Lema continúa en Atenas y valora ese logro en el marco de días aún más dolorosos para todo el club tras el fallecimiento del entrenador Osvaldo Arduh, quien se contagió de coronavirus. “Jamás imaginé algo así. Perder a una persona por este virus es durísimo y te hace respetarlo muchísimo más. En el club tampoco nos iba bien y me castigaba mucho a mí mismo. Este fue un lindo mimo que da fuerzas para seguir”.

“Además de ser tal vez de una generación más abierta que las anteriores, estamos más acompañados; el deporte evolucionó mucho y cada parte del cuerpo tiene un especialista”, reflexiona Lugarini, quien recurrió a la psicología hace ya dos años.

“Tuve un 2018 muy duro. Me internaron a principios de año por un codazo en el ojo, me fracturé el tabique al volver y me fracturé el tobillo más tarde. Entonces dije ‘¿para qué seguir?’. Si estaba intentando y no se me daba nada. Estaba medio hinchado los huevos. Pero mi familia y la psicología me ayudaron muchísimo”, relata el jugador de Bahía.

De la Fuente es uno de los jugadores más enérgicos de la Liga. Tanto que, como reconoce, a veces se pasa de rosca.

“Se nota mucho en mi juego cuando estoy contento, con energía -afirma el hijo de Esteban de la Fuente-. Uno no está igual en cada partido. Ojalá pueda canalizarlo y responder siempre al 100 por ciento, pero por distintas razones uno suele tener altibajos. De a poco uno se va corrigiendo y sé que voy a encontrar el equilibrio entre la energía y la frescura”.

Zurbriggen -que estudia la licenciatura en Educación Física- asegura que “la elite hoy te exige muchas más cosas para poder jugar. Si querés dar el salto de calidad tenés que hacer mucho más que jugar al basquet y eso implica curiosidad al extremo porque tenés que tener ganas de aprender cosas nuevas”.

En definitiva, los cinco hacen sus primeras armas en la Selección y son el futuro de un presente que alguna vez también fue futuro y llegó a ser subcampeón del mundo en 2019.w

El legado de la Generación dorada excedió lo deportivo y los marca como una bandera.