Sobre quienes reclaman “no hacerle el juego a la derecha”
Para las izquierdas “hacerle el juego a la derecha” consiste en juzgar algo malo de sus gobiernos o expresar opiniones distintas a las de sus oficialismos.
A partir de los años cuarenta, para la intelectualidad y los políticos “de izquierda” era reaccionario criticar las matanzas de Stalin en la Unión Soviética o el genocidio de Mao Tse Tung en la “Revolución cultural” de China.
Luego lo sería dudar de las bondades de la Revolución Cubana o denunciar las masacres de los Khmer Rojos en Camboya.
La racionalidad de la duda, la crítica fundada, la denuncia de violaciones a los derechos humanos en gobiernos “amigos”, se consideró reaccionaria, mentirosa o macartista.
Criticar al chavismo de Maduro, a Ortega en Nicaragua, o a otra causa quizá noble y poEl pular, o a los populismos, progresismos, son consideradas reaccionarias, anti revolucionarias, retrógradas, capitalistas, imperialistas. Los calificativos denigran a quien las expresa y las cuestiones son negadas e ignoradas. Gorilas o cipayos serán los gastados epítetos esgrimidos en el orden nacional.
Se ha aprendido el “Decálogo de la propaganda nazi” de Joseph Goebbels, y se lo utiliza con asiduidad.
Estas técnicas perversas se usaron contra críticas fundadas o para rebatir la defensa de las libertades y derechos individuales y sociales.
Demasiadas fueron esos malos tiempos como para repetirlos.
Raúl Adolfo Pessacq rapessacq@gmail.com