Eugenio Zaffaroni dejará de ser juez de la Corte Interamericana de DD.HH.
Decidió no seguir otro mandato en el tribunal regional de Derechos Humanos. Acaba de cumplir 81 años.
El juez Eugenio Zaffaroni dejará su cargo en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así lo anunció él mismo, por decisión propia, argumentando que “no me voy a presentar a la reelección porque no quiero ser un juez eterno”, según transmitió a sus allegados, en un comunicado al que tuvo acceso Clarín.
Zaffaroni, de 81 años, es juez del tribunal internacional desde 2016, aunque fue elegido para ocupar esa silla a mediados de 2015 por la Organización de los Estados Americanos (OEA), durante el gobierno de Cristina Kirchner. Previamente, de 2003 a 2014, había integrado la Corte Suprema de Justicia, hasta su jubilación, al borde de cumplir los 75 años, el plazo que establece la Constitución.
Su mandato de seis años en la Corte Interamericana se encuentra vigente hasta el 1 de enero de 2022, pero el propio juez, en medio de versiones acerca de su alejamiento, expresó en un comunicado que “no quiero ser un juez eterno y terminar un mandato casi a los 90 años “. En ese sentido, citó como antecedente cuando dejó la Corte, sin hacer uso de la posibilidad de renovar su ciclo hasta los 80 años.
Zaffaroni desmintió además de un conflicto con la Cancillería, que tenía que proponerlo formalmente para el cargo. Y detalló que le había avisado de la decisión a Felipe Solá, el canciller, hace un año. En el texto que difundió, y al que tuvo acceso Clarín, el juez dijo que se vio “precisado a aclarar ante una fake new que dice que el gobierno no quiere renovar mi postulación para ser reelecto como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Y desgranó, uno por uno, ocho puntos en los que explicó su decisión.
1) No presentarme a la reelección es una decisión exclusivamente mía,
en razón de que no quiero ser el “juez eterno” y terminar un mandato casi a los 90 años. 2) Como un día me fui de la Corte Suprema cuando la Constitución lo marcaba, ahora debo dejar la Interamericana para que otro/a argentino/a más joven ocupe mi lugar.
3) Esto lo conocen todos mis colegas y lo conversé con el Canciller hace casi un año.
4) También lo sabe el Secretario de Derechos Humanos de la Nación y lo dije en la Comisión de DD.HH. del PJ.
5) A este respecto dirigí notas al Presidente de la República y a la Vice-presidenta. 6) La noticia es errónea también en cuanto a mi mandato actual, que no vence en abril sino el 31 de diciembre de este año.
7) Los nuevos jueces tampoco son electos en abril, sino en la Asamblea de la OEA, creo que en junio.
8) No tengo ningún conflicto con la Cancillería, sino que ésta está procediendo conforme a lo que habíamos conversado y acordado desde hace casi un año.
El juez, muy controvertido por su relación de afinidad con el kirchnerismo incluso en su etapa como ministro de la Corte Suprema, fue denunciado a principios de mes ante la Corte Interamericana por Elisa Carrió. La ex diputada pidió su juicio político ante el organismo internacional por haber firmado una solicitada titulada “con Lawfare no hay democracia”, en la que pedía el indulto para el ex vicepresidente Amado Boudou, días después de que la Corte argentina confirmara su condena a prisión por corrupción, por cinco años y ocho meses, en la causa Ciccone.
Fuentes del Gobierno le confirmaron a este medio que la Cancillería está evaluando los nombres que propondrá para su reemplazo, cuando tenga que elevarlo ante la CIDH.
Los candidatos son cuatro: Fabián Salvioli, Verónica Gómez, Claudia Martín y Laura Clerico. Salvioli, de 57 años, se destacó por ser el primer presidente del Comité de Derechos Humanos de la ONU. Gómez es abogada de la UBA y trabajó durante 12 años en diferentes puestos en la CIDH. Martín también es graduada en Derechos Humanos por la UBA, codirectora de la Academia de Derechos Humanos y tiene una larga trayectoria a nivel internacional. Clérico, de 54 años, es parte del Conicet y en su currículum se incluyen títulos como doctora en Derecho, Magíster, abogada y procuradora. ■