Pizarro disfruta de un Mundial soñado, después de ganarle al coronavirus
Eligió el handball recién a los 15 años y enseguida jugó el Mundial Sub 19. Desde entonces no paró.
Argentina arrancó con el pie derecho su participación en la segunda ronda del Mundial de Egipto de handball. Y en la victoria ante Japón, en la primera fecha del grupo II, mucho tuvo que ver Federico Pizarro, goleador del seleccionado con diez tantos que se llevó el premio al Mejor Jugador del partido. El lateral de 34 años es una de las grandes figuras del equipo en el torneo, el séptimo de una carrera que arrancó mucho más tarde que lo habitual para un jugador de su nivel.
Es que Pizarro recién comenzó a jugar al handball en su adolescencia. Recién a los 15 años dejó el voleibol y el fútbol y, como su papá le dijo que algo tenía que hacer, fue a probar con el handball. Empezó en Sedalo y en 2005, sin recorrido por las inferiores, ya jugaba en Primera. Ese año llegó al Mundial Sub 19 y no paró más.
El bonaerense es el máximo goleador de la historia de la Selección con 659 tantos y ya lleva disputados más de 200 partidos internacionales. Fue oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 -donde fue la figura en la final ante Brasil- y de Lima 2019 y plata en los de Río de Janeiro 2007 y Toronto 2015. Y disputó dos Juegos Olímpicos: Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Formó parte de los planteles que disputaron los Mundiales de Alemania 2007, Croacia 2009, Suecia 2011 (donde Argentina fue 12° tras perder en octavos), España 2013, Qatar 2015 (la otra edición en la que se llegó a octavos) y Francia 2017.
Hace dos años una rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda lo dejó afuera del Mundial de Qatar 2019, pero volvió con todo y se dio el gusto de sumar otra cita ecuménica a su cuenta personal.
En Egipto se convirtió rápidamente en una de las figuras del conjunto. Anotó cinco goles en la victoria en el debut ante Congo, seis frente a Bahcisión rein y 10 ante Japón. Contra los bahreiníes también fue elegido el MVP del juego. El asegura que no siente esos premios como propios. “Son de todo el equipo. Porque sin lo que ellos hacen adentro de la cancha yo no podría hacer todos los goles que hago”, comentó quien en el último año se animó a un cambio muy grande.
Porque tras jugar en Argentina durante más de 15 años -en Sedalo y UNLu-, aceptó la propuesta de Ciudad Encantada, de la Liga española, donde llegó en agosto. Allí comparte el plantel con otros cuatro argentinos que también están en Egipto: Pablo Simonet, Lucas Moscariello, el arquero Leonel Maciel y Pablo Vainstein.
¿Por qué apostó seguir su carrera en Europa? “Una de las razones fue que pensé que era una muy buena de
para la Selección, sobre todo pensando en que se viene Tokio 2020. A mí lo que más me motiva es la Selección”, comentó quien vivió unas semanas complicadas a fines de octubre tras dar positivo de Covid-19.
Con la misma garra que pone cada vez que sale a la cancha le ganó al virus, pero pasaron casi 20 días hasta que uno de sus controles dio negativo y pudo regresar.
Hoy disfruta un Mundial especial con Argentina y sueña con meterse en los cuartos de final, ese objetivo que parece tan lejano en los papeles sólo avanzan a esa instancia los dos mejores de cada grupo de la segunda fase y Argentina lo comparte con Dinamarca, que le ganó en la primera ronda, y Croacia, otra potencia mundialpero al que se niega renunciar.
“Llegar a cuartos sería un hito histórico para nosotros. Se sueña con ganarles a rivales de ese primer nivel, pero la realidad es que hoy, por como están las cosas, es complicado”, había analizado en la previa del Mundial. Ahora dice: “Tanto los croatas como los daneses están unos escalones por arriba que el resto. Pero somos un equipo que pelea. Los dos puntos que nos llevamos contra Japón son importantísimos porque, además, jugamos un buen partido”.
“Se nos viene el partido más duro con Croacia que es uno de los mejores cinco equipos del mundo. Tendremos que seguir subiendo el nivel para poder estar en partido hasta el final”, cerró quien, a pesar de haber descubierto su pasión por el handball recién en la adolescencia, se transformó muy rápidamente en un emblema de un equipo que quiere hacer historia en Egipto. Y de la bien grande.w