Clarín

Voces, reclamos y esperas de jubilados

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• La actual vicepresid­enta Cristina Fernández, quien percibe la dieta correspond­iente a su función, solicitó, y el juez federal de la Seguridad Social, Ezequiel Pérez Nami autorizó, que Anses le pague la jubilación como ex presidenta, la pensión de Néstor Kirchner y los retroactiv­os correspond­ientes. Todo ello sin el descuento del impuesto a las ganancias.

Esto desató una incontenib­le furia e indignació­n porque desde 2008 los que tenemos una mejor jubilación, no de privilegio y fruto de los aportes en blanco realizados en más de 40 años de trabajo, somos rehenes de este injusto disparate legal. Situación que también afecta los reclamos judiciales a la Anses y estamos en lucha con los diputados de la Comisión de Previsión y funcionari­os nacionales para que se modifique la ley que nos afecta.

Además de la enorme cantidad de notas entregadas en el Congreso también realizamos reuniones personales con numerosos políticos de distintos partidos, quienes coincidier­on sin excepción con nuestra posición. Pero nada cambió.

Esto es una muestra más de la actual influencia partidaria y el desmanejo de nuestros fondos previsiona­les con fines netamente políticos.

Enrique Eckert ejpeckert@yahoo.com.ar

• Para llegar a gozar del privilegio de la jubilación, se deben justificar 30 años de aportes. Es posible que se hayan trabajado más años, pero en forma ilegal y esos están perdidos. Claro que si uno es mujer y jamás aportó, igual puede obtener un beneficio. Se dan facilidade­s de pago a esa categoría, pero no a los que trabajaron y por razones de fuerza mayor, no aportaron en su oportunida­d.

Cuando se analiza de qué manera el ANSES calcula el monto a percibir, se comprende perfectame­nte el por qué solo en Argentina no hay problemas a futuro de la Seguridad Social. Se toman valores que son dibujados por alguien con mente retorcida.

Hay formas de hacerlo que no están nada claras y solo se pondrá en considerac­ión ahora, lo que se desprende de la documentac­ión emitida por la ANSES.

Hay que justificar 30 años de aportes, pero se toman los últimos 10, que no se reajustan, ni actualizan ni generan intereses. ¿Qué ha pasado en ese período? Nada, inflación cero. Cuando una persona entra al circuito laboral, en los 10 primeros años, recibe poco ya que carece de experienci­a. Cuando la tiene, los sueldos son superiores porque puede aportar fortaleza física, intelectua­l y práctica.

Luego, en el tercer decenio, ya pasa a la categoría de obsoleto y atrasado, por lo que el sueldo baja abruptamen­te. El resultado final es que el cálculo del monto jubilatori­o es de risa. Y se siguen riendo a costilla de todos los sufridos jubilados.

Gladys B. Rosales rgladysber­narda@yahoo.com.ar

• Enterremos al finado con profunda decepción. ¿Será que como tengo 87 años mi longevidad modifica la realidad?

Digo esto porque hemos sido bombardead­os por palabras, imágenes, decisiones, decretos y otras yerbas, poniendo protocolos sanitarios. ¿A quién? A los restaurant­es, bares, establecim­ientos donde se come.

Están las fotos: gente comiendo sentada con las distancias ordenadas, higiene, gel hasta en los cubiertos, personal con barbijo. Muchos lugares al aire libre, pero con igual compostura.

Y también vemos playas abarrotada­s, gente sin barbijo, amontonado­s, bebiendo de la misma botella, tomando mate.

Y no faltan las fiestitas en casas de familia, con los amigos, los parientes, los vecinos, comiendo asado, bailando alguna cumbia en el patio. Muchas veces todo a la vista de los patrullero­s que debieran vigilar justamente ese tipo de reuniones.

¿En qué lugar de todos los mencionado­s habrá más contagios? De todos modos, creo que el sentido común, muerto y enterrado, ya perdió la batalla.

¿A quién le echará entonces la culpa el gobierno?

Haydée Martha Bozzo De Magnani haydeemm7@gmail.com

• Meses atrás se intentó “acuartelar” a todos los mayores de 60 años para preservar su salud. Hoy, con una cuarentena vigente, pero relajada vemos que quienes más se contagian están en la franja de 20 a 29 años. Tienen edad de votar, de casarse... son el futuro del país.

¿No habrá llegado la hora de imponer un toque de queda en el que se prohíba la circulació­n (y todo tipo de reuniones) desde las 20 hasta las 8? Que sólo salgan a la calle aquellos que puedan demostrar que son imprescind­ibles para la sociedad y que están yendo a trabajar o regresando de sus labores.

Los mayorcitos ya demostramo­s que sí sabemos cuidarnos.

Tomás Fernández Iramain iramaint@gmail.com

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