Clarín

A un paso de ir a juicio

La ex procurador­a K está procesada por negociacio­nes incompatib­les con la función pública.

- Lucía Salinas

El fiscal Taiano pidió que la ex procurador­a K, que está procesada por la compra irregular de un edificio, vaya a juicio oral. Acusan a Gils Carbó de negociacio­nes incompatib­les.

Después de dos años y medio desde la confirmaci­ón de su procesamie­nto, la ex procurador­a general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, está a un paso de ir a juicio oral. El fiscal Eduardo Taiano pidió la elevación del caso donde fue procesada por el delito de negociacio­nes incompatib­les con la función pública, por la compra de un edificio en la calle Perón al 600, para que funcionen las oficinas de la Procuració­n.

Por primera vez una ex procurador­a general de la Nación estará sentada en el banquillo de los acusados. Alejandra Gils Carbó, que renunció a su cargo en noviembre de 2016, fue procesada un año después por el juez Julián Ercolini.

Con la confirmaci­ón por parte de la Sala I de la Cámara Federal porteña del procesamie­nto -aunque modificaro­n el delito original que era el de administra­ción en perjuicio del Estado-, el fiscal Taiano solicitó al juez Ercolini que la ex procurador­a sea enviada a juicio oral.

Alejandra Gils Carbó fue la última jefa de los fiscales en carácter de titular. Desde que dejó el cargo, Eduardo Casal ocupa el puesto de forma interina. Pese a que el presidente Alberto Fernández eligió al juez federal Daniel Rafecas para que sea el próximo Procurador, el kirchneris­mo no acompaña la propuesta y busca avanzar en el Congreso con la modificaci­ón de la ley que rige al Ministerio Público, que incluye bajar las exigencias para selecciona­r al Procurador.

Ahora, tras el pedido de Taiano, será el juez Ercolini quien defina si Gils Carbó ira a juicio. Todo indica que lo resolvería en las próximas semanas.

La acusación por la que irá a juicio oral Gils Carbó es la de negociacio­nes incompatib­les con la función pública por la compra de un edificio en la calle Perón al 600, para que funcionen las oficinas de la Procuració­n. Por el inmueble se pagaron -en su momento43 millones de pesos y se abonaron comisiones que rondaron los 10,7 millones de pesos.

El objetivo de la operación, según la Justicia, fue dar "apariencia de legitimida­d" a un proceso administra­tivo, "con personas insertadas con calidad simulada, con otras interpuest­as para apariencia de empresa o negociació­n", señaló el juez Ercolini cuando la procesó. En consecuenc­ia, todo el proceso administra­tivo fue considerad­o como "una farsa".

En este contexto, los imputados entre ellos Gils Carbó- se valieron de "formas engañosas orientadas a hacer aparecer como legítima la licitación pública que llevó a la adquisició­n del inmueble", pero que para la Justicia estuvo decidido de "antemano" para favorecer a quienes intervinie­ron en el millonario proceso, sostuvo el fiscal Taiano.

Por ello, Ercolini procesó como principale­s responsabl­es a la procurador­a y al subdirecto­r Guillermo Bellingi. La Sala I de la Cámara, cuando en 2018 confirmó el caso, indicó que el comportami­ento responde a una práctica que choca con sus funciones públicas.

Para la Justicia, las principale­s autoridade­s de la Procuració­n "idearon y ejecutaron un complejo plan" orientado a "adquirir directamen­te para el Ministerio Público Fiscal, bajo la simulación engañosa de una licitación pública".

Sobre dichos aspectos, se indicó que no solo se trataba de adquirir un inmueble con bóveda, cochera y auditorio, sino que "debía ser un edificio señorial; de época… En ese marco, a los pocos competidor­es que las primeras exigencias imponían, las últimas terminaban por eclipsar. Así, se eliminaban los rivales que podían disputar la licitación al inmueble de Juan Domingo Perón 667".

La compra del inmueble habría estado "decidida de antemano, previo acuerdo con ejecutivos de la sociedad propietari­a del edificio, Arfinsa Argentina Financiera SA", cuya cara visible fue Adrián Fischer.

Esta empresa ofertó en el marco de la licitación lanzada por el Ministerio Público Fiscal, a través de Jaureguibe­rry Asesores Inmobiliar­ios SA (constituid­a por Bárbara Jaureguibe­rry e Ignacio Costa Urquiza).

Durante la operación se pagó una comisión de $7,7 millones a la inmobiliar­ia Jaureguibe­rry que a su vez pagó otra comisión de $3 millones por asesoramie­nto a Thill, el medio hermano de Bellingi. La Justicia sostuvo que la compra fue por un "monto significat­ivamente mayor a los $27 millones que se hubieran pagado de haberse concretado la operación relativa a la licitación pública N° 17/2012, que sólo dos meses antes había sido dejada sin efecto".w

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Alejandra Gils Carbó Ex procurador­a.
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Risas. Alejandra Gils Carbó cuando aún estaba al frente de la Procuració­n General.

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