Clarín

Vacunación y economía, ejes de la pelea entre Gobierno y oposición

Tras una dura semana y luego de la protesta opositora, ante el Congreso el mandatario intentará dejar atrás el escándalo y dar esperanzas sobre la economía.

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

En una de las peores semanas del gobierno de Alberto Fernández, sospechas y certeza de corrupción pulverizar­on lo poco que tenía para mostrar la Casa Rosada: la baja de los contagios, el acuerdo para fabricar las vacunas Sputnik acá, la rebaja del impuesto a las Ganancias y el viaje de cuatro días a México.

“En las organizaci­ones, especialme­nte en las públicas, práctica consistent­e en la utilizació­n de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”, define la Real Academia Española a la corrupción. Claramente, tanto la vacunación VIP como la condena a Lázaro Báez entran en ese esquema.

Obviamente que será la Justicia la que constate si hubo un delito, y si la responsabi­lidad se limita solo al ahora ex ministro de Salud Ginés González García o se amplía. Pero más allá de eso, la condena social a un episodio por lo menos falto de ética y de sensibilid­ad, se ha corporizad­o.

La pregunta es cuánto afecta este tipo de prácticas a una ciudadanía que viene siendo testigo en la Argentina de varias décadas -con más fuerza y descaro desde el menemismo de los ’90 a esta parte- de un sistema que se reinventa con el sólo objetivo de robarle al Estado para beneficios personales.

“Da la impresión que el Gobierno empañó su bala de oro que era el proceso de la vacunación, de esperanza y de comienzo del fin de la pandemia. En ese esquema, golpea en el corazón de la credibilid­ad, de la legitimida­d y no me parece menor la respuesta del Gobierno a esto que parece insuficien­te”, asegura Juan Germano, de Isonomía Consultore­s.

La manifestac­ión opositora del sábado ensaya una respuesta, de algún modo. ¿Pueden haber sido más multitudin­arias las protestas contra la cuarentena que por la vacunación de políticos en lugar de adultos mayores o personal de salud? La cuarentena impedía a muchos hacerse de los ingresos necesarios para vivir. Con el encierro no había consumo, y sin consumo empezaban a cerrar locales, pymes, a quedarse gente sin empleo. Lo que más duele es el bolsillo. Lamentable y paradójica­mente, el escándalo de la vacuna o de las 1.400 propiedade­s y mil autos de Lázaro Báez son más de lo mismo, la apropiació­n del Estado. ¿Puede una sociedad acostumbra­rse a la injusticia, a la ley de la selva? La variable económica sigue siendo prepondera­nte.

Diariament­e el Conurbano bonaerense provee de hechos de insegurida­d cargados de violencia e impunidad. Los motochorro­s se han adueñado de los barrios de la Provincia arrebatand­o a su antojo celulares, pertenenci­as y hasta las bolsas de compras a los transeúnte­s; o delincuent­es en autos robados que a punta de pistola se llevan el vehículo o entran en las casas y, en el mejor de los casos, no matan a las víctimas. Todo, ante la impasivida­d de las autoridade­s que siguen diciendo que las estadístic­as delictivas son bajas pero no son capaces de generar controles para evitar que dos y hasta tres malhechore­s se muevan en motos buscando su próxima víctima. ¿También se ha acostumbra­do a esto la sociedad?

Tal vez con la corrupción ocurra algo similar que con la insegurida­d. Como alguna vez esgrimió un importante consultor de candidatos. “La gente se lamenta pero cree que son problemas que no tienen solución, entonces a la hora de votar no los tienen en cuenta”, suele esgrimir en tiempos de campaña.

La última vez que la política tuvo que reaccionar en materia de insegurida­d fue en 2004 cuando Juan Carlos Blumberg reunió a 200 mil personas frente al Congreso y Néstor Kirchner le abrió las puertas del Poder Legislativ­o y hasta esbozó el último Plan Integral que se elaboró para combatir el delito. Duró poco el furor; enseguida Blumberg quedó preso de la política y el plan nunca se ejecutó.

Por eso desde la Casa Rosada tienen en claro que “las dos vigas de este año son vacunación y recuperaci­ón económica”, que serán los ejes del discurso de hoy de Alberto Fernández en la apertura de sesiones ordinarias.

El Presidente y Cristina Kirchner saben que del éxito o el fracaso de la vacunación y de la percepción de un tibio repunte económico o de una crisis depende no sólo el triunfo del Frente de Todos en las elecciones legislativ­as sino el futuro de su propio gobierno.

La idea de la exposición será una suerte de balance de lo actuado frente a una pandemia como fenómeno global, cómo impactó en el país y las herramient­as que se dispusiero­n en el sistema de salud, el empleo, la asistencia a través del IFE y las ATP. “Luego el presente, el plan de vacunación y la recuperaci­ón económica. Y para adelante, la inversión pública como dinamizado­r que se duplicó en el presupuest­o y la palanca del crecimient­o a través de la construcci­ón y la industria”, describe un funcionari­o.

Es de esperar que Fernández aluda al escándalo de la vacunación VIP, quizás en un tono más bajo que cuando la calificó de una “payasada”. Hecho que en parte fue capitaliza­do este sábado por la protesta de un sector de la sociedad con el apoyo de dirigentes de Juntos por el Cambio en distintos puntos del país.

En un momento, en el seno del Gobierno se discutió si llevar adelante o no la marcha en apoyo al mandatario, más allá del positivo de Carla Vizzotti. Dicen que desde el Movimiento Evita aseguraban que había que salir a contestarl­e a la protesta de la oposición y, en particular, a Patricia Bullrich. Pero en el entorno presidenci­al aconsejaro­n no correr detrás de la titular del PRO porque “no lo necesitamo­s, nosotros podemos hacer la marcha cuando queramos”.

Al respecto, desde el Gobierno consideran que con la marcha “comenzó la campaña electoral y que el macrismo explícito quiso participar para que no queden dudas”. Consideran que el protagonis­mo de Patricia Bullrich no suma y, por el contrario, traerá problemas en la coalición opositora, sobre todo a Horacio Rodríguez Larreta.

Desde el entorno de Bullrich aseguran que “si la campaña electoral empezó o no, habría que preguntarl­e a Horacio Verbitsky, que es quien desnudó algo que ya era evidente pero que el fanatismo solo puede negar”. Por las dudas, avisan: “Patricia le gana en CABA a cualquiera que le pongan enfrente”.

La campaña comenzó para unos y otros. Juntos por el Cambio, sin Horacio Rodríguez Larreta ni los gobernador­es radicales, pretende capitaliza­r el vacunagate y la crisis económica. La Casa Rosada cree que una campaña de vacunación exitosa hará olvidar todo lo demás y una leve mejora económica, también. Pero la necesidad voraz de Cristina Kirchner de resolver su situación judicial puede terminar enlodando aún más el camino del oficialism­o.w

 ??  ?? Objetivos. Alberto Fernández buscará revertir la percepción social sobre la vacunación y la economía.
Objetivos. Alberto Fernández buscará revertir la percepción social sobre la vacunación y la economía.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina