Europa cuestiona la vacuna de AstraZeneca en mayores, pero aquí se seguirá usando
La agencia sanitaria europea recomendó esperar antes de aplicarla a quienes tienen más de 55 años.
En la campaña de inmunización aparecen algunas dudas sobre porqué la Argentina está administrando la vacuna Covishield contra el coronavirus a adultos mayores, mientras que Europa solo la autorizó para personas de 18 a 55 años. Covishield es el nombre comercial de la vacuna de Oxford-AstraZeneca fabricada en India. Son idénticas. Hace poco más de una semana llegaron las primeras 580.000 dosis de ese fármaco y algunas jurisdicciones decidieron usarla en adultos mayores. En el caso de CABA, mayores de 80.
Las dudas vienen de una malinterpretación: se concluyó que la Covishield no era efectiva para los mayores porque varios países de Europa decidieron no usarla. En los hechos, la agencia europea de medicamentos (su sigla es EMA) solo había observado una falta de evidencia respecto de su utilidad en el segmento de más de 55 años, por lo que consideró prudente “esperar”.
Parte del descontento europeo se debe a la menor efectividad de esta marca, que ronda el 60% a 70% cuando se aplican las dos dosis, en comparación al más del 90% de otras vacunas. Sin embargo, en la consulta a los infectólogos es común enterarse de que 60-70% es un rango aceptable para las vacunas en general.
El mismo desfasaje había ocurrido con la vacuna Sputnik V. Rusia no la había aprobado para mayores de 60 años y la ANMAT se hizo eco de esa limitación. Finalmente, ambos países ampliaron el permiso. Sobre la Covishield, la EMA fundamentó su decisión en el texto de aprobación de la vacuna, publicado el 29 de enero.
Ahí explican que “la mayoría de los participantes en estos estudios tenían entre 18 y 55 años” y aclaran que “todavía no hay suficientes resultados en los participantes mayores (de 55 años) para proporcionar una cifra de qué tan bien funcionará la vacuna en este grupo”. Sin embargo, aclaran: “Se espera que dé protección, dado que se observa una respuesta inmune en este grupo de edad”.
Miguel Ángel Acanfora, especialista en Gerontología y Geriatría, dijo a Clarín que “las dudas con la Sputnik fueron las mismas que hay ahora con la Covishield”. En su opinión, “la ecuación que conviene considerar es que si la ANMAT dio la autorización de emergencia, debe haber usado su buen criterio, saber y entender”.
Uno no duda de que los expertos del organismo local de control de medicamentos están “mirando” las decisiones de sus pares de la EMA y la FDA, pero por ahora no hay acceso al informe técnico elaborado por la ANMAT sobre esta vacuna, informaron desde ese organismo a Clarín.
Otro organismo de prestigio internacional, la FDA estadounidense, todavía no aprobó esta vacuna, y hay medios de ese país que “la ven difícil”. ¿La razón? Jorge Quarleri, doctor en Bioquímica especializado en Virología, apuntó: “La única cosa que desde mi punto de vista ha quedado bastante desprolija son los resultados de la fase 2 cuando se supo que la eficacia mayor de la vacuna había surgido de un error”, aclaró.
Otro asunto que inquieta es la incertidumbre sobre el lapso que debe transcurrir entre la dosis 1 y la 2 ya que el prospecto indica hacerlo en el margen de cuatro a 12 semanas.
Marta Cohen es médica patóloga argentina y vive en Inglaterra. Apoya plenamente la vacuna de Oxford-AstraZeneca. En diálogo con Clarín opinó que el desánimo europeo se debe a una “cuestión política. Acá (por Inglaterra) se vacunó primero a los mayores en geriátricos y personal de la salud; luego mayores de 80 de la comunidad, que son 19,2 millones de personas, y no hubo ninguna complicación seria”, tranquilizó. Y concluyó: “Lo que hizo el Reino Unido de dar una dosis a todo el mundo me parece muy apropiado. Cuanto más se vacune y más rápido, más bajará la cadena de infecciones. Si hay 10 millones de dosis, conviene vacunar a 10 millones de personas y no a 5”. ■