Clarín

Fernández no quiere ceder a las presiones K y demora la salida de Losardo

La ministra de Justicia no quiere sufrir más desgaste tras las versiones de renuncia. Pero el Presidente evalúa el momento para no quedar pegado a las presiones K.

- Federico Mayol fmayol@clarin.com

La ministra de Justicia, Marcela Losardo, pretende dejar esa cartera lo antes posible para no sufrir más desgaste, tras las versiones de su inminente salida. El detonante fue la dura embestida de Cristina Kirchner contra la Justicia, sumada a las constantes críticas a su gestión desde el Instituto Patria. El diputado rionegrino Martín Soria sigue siendo el candidato más firme para reemplazar­la, aunque también suena el nombre del actual viceminist­ro de Justicia, Juan Martín Mena, que responde a la vicepresid­enta. El Presidente pretende esperar el momento más oportuno para anunciar su reemplazo.

Marcela Losardo se quiere ir cuanto antes. Si hasta ahora había resistido los embates del kirchneris­mo por su pasividad al frente de la gestión, gracias a su amistad societaria de más de dos décadas con Alberto Fernández, el discurso de apertura de sesiones del Presidente de hace una semana y la defensa de Cristina Kirchner en la causa dólar futuro, cargada de durísimos cuestionam­ientos al Poder Judicial, terminaron de convencer a la funcionari­a de que ya no tiene ningún sentido su continuida­d al frente del ministerio de Justicia.

El sábado, Clarín adelantó la salida de la ministra y el nombre del candidato que más sonó en las últimas horas de fuentes oficiales como virtual reemplazo: el diputado Martín Soria, de paso fugaz como pinche en el juzgado de Juan José Galeano, que a pesar de responder históricam­ente al PJ patagónico se ganó en los últimos tiempos la simpatía del kirchneris­mo por la denuncia contra Gustavo Hornos, el presidente de la cámara federal de Casación porteña, en la que detalló sus visitas a Mauricio Macri a la Casa Rosada durante la presidenci­a de Cambiemos.

"Es difícil que siga. Se comió un desgaste muy alto", confirmó este domingo una altísima fuente del gabinete sobre la salida de Losardo, que no respondió los mensajes de este diario. Tampoco lo hizo Soria, que esperaba "novedades" este fin de semana.

Fernández y su socia -en 1999 fundaron la sociedad Inmueble Callao 1960 SA- hablaron en las últimas horas en reiteradas oportunida­des, en medio de las filtracion­es periodísti­cas que fastidiaro­n, y mucho, al Presidente. "Está muy caliente. Le precipitar­on un escenario que él controlaba", explicaron este domingo desde su entorno.

Es que con el endurecimi­ento de su agenda judicial que quedó en evidencia con el discurso del 1 de marzo, y la encendida defensa de Cristina Kirchner de mediados de semana, el jefe de Estado ya había evaluado que para esta nueva etapa de gobierno necesitaba un "cambio de rostro" en el ministerio. En particular, para dar pelea en la discusión pública. Es otra de las críticas internas a Losardo: el traslado de su pasividad de gestión al plano mediático.

Con la decisión tomada, lo que molestó a Fernández fueron los trascendid­os. En la intimidad de Olivos, el Presidente evaluaba por estas horas que correrla ahora evidenciar­ía un desgaste personal y político. Mucho más después del alegato virtual de la vicepresid­enta, con una andanada de reproches a la corporació­n judicial

El Presidente evaluó que necesitaba un cambio de rostro en el ministerio para la nueva etapa.

que dejaron a la ministra frente a un contexto delicado. El problema es que sostenerla en el cargo para ganar tiempo corroe el ánimo de la todavía funcionari­a.

Losardo es parte de esa corporació­n judicial. Su hija abogada, cuyo diploma fue entregado por el propio mandatario, trabajó por ejemplo hasta hace algunos años bajo las órdenes del ex camarista federal Jorge "Pati" Ballestero. La funcionari­a estuvo contratada incluso por el ministerio que todavía encabeza en los papeles durante la gestión de Germán Garavano. El lunes pasado se enteró de los proyectos que Fernández anunció que enviaría al Parlamento, vinculados al control de los jueces, casi en el mismo momento en que el jefe de Estado los enumeraba en la sesión inaugural.

Atribulada, la socia presidenci­al suspendió por caso el martes una entrevista televisiva que ya tenía pautada. Este lunes por la mañana sí tiene agendado un acto institucio­nal que planea encabezar: la puesta en funciones de la subdirecto­ra del Servicio Penitencia­rio.

Desde el viernes, además de Soria circuló en las conversaci­ones del poder el nombre de Juan Martín Mena, viceminist­ro de Justicia, como otro de los potenciale­s reemplazan­tes. En su entorno lo negaron: explicaron que el ex número dos de la AFI en verdad no pretendía ese puesto, si no que lo que buscaba era forzar la renuncia de Losardo por los serios conflictos internos entre ambos. Mena responde sin escalas a Cristina Kirchner.

Desde el inicio de la gestión existió una guerra fría entre los dos funcionari­os. En verdad, ninguno de los principale­s dirigentes, operadores y funcionari­os del rubro judicial del kirchneris­mo estaba satisfecho con la performanc­e de la ministra. Al contrario. La propia vicepresid­enta la ponía al tope de la lista de "funcionari­os que no funcionan", preocupada por las investigac­iones contra ella y su familia.

Hasta Javier Fernández, el inoxidable operador peronista que hace meses volvió a vincularse con Cristina Kirchner, la destrataba. "Que se ensucie ella en el barro", le dijo en diciembre del año pasado al diario La Nación.

Losardo, con la horas contadas y un Presidente abocado a resolver cómo despedir a su socia y amiga sin que se erosione su figura, nunca tuvo interés en ensuciarse.

 ??  ?? Última aparición. Marcela Losardo junto a Luana Volnovich del PAMI escuchan el discurso del Presidente durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso.
Última aparición. Marcela Losardo junto a Luana Volnovich del PAMI escuchan el discurso del Presidente durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso.

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