Para Comodoro Py, la salida de Losardo “es una mala señal” para la Justicia
En tribunales lamentan su renuncia. Creen que tenía una posición más moderada que Cristina.
Cuando desembarcó como ministra de Justicia, tuvo una aceptación generalizada en Comodoro Py. Muchos la conocen allí desde hace años y tienen un excelente vínculo con ella. Marcela Losardo era para muchos integrantes del Poder Judicial, la persona con la cual se podía avanzar en algunas reformas a la Justicia aunque mucho más moderadas de las que quiere la vicepresidenta Cristina Kirchner. Su salida de la cartera impactó en los Tribunales de Retiro: "No es la ministra de guerra que quieren", es el mensaje de algunos de los jueces más importantes.
Incluso su renuncia al Ministerio de Justicia es vista por muchos integrantes del Poder Judicial como "una muy una mala señal".
Ese análisis, en el que coincidieron fiscales y algunos jueces de diferentes instancias en los Tribunales Federales, tiene arraigo en las duras críticas de Cristina Kirchner a la Justicia, a la que calificó como un sistema "podrido y perverso". El planteo tiene otros antecedentes que velozmente un integrante del Ministerio Público Fiscal enumera: la reforma judicial, la modificación del sistema previsional judicial, la intimación a 200 jueces y fiscales, los cambios que el kirchnerismo busca realizar sobre la ley que rige a todos los fiscales, sumado a los cargos claves que se encuentran vacantes.
Todo parece ser parte de un mismo rompecabezas, donde el mensaje del Gobierno es contundente: desaprueba el proceder de la Justicia, más específicamente del fuero que investiga la corrupción, es decir: Comodoro Py. El presidente Fernández dijo en reiteradas ocasiones, replicando los dichos de Cristina Kirchner, que algunos jueces y fiscales fueron brazos ejecutores del lawfare.
En ese fuego cruzado, Losardo, para muchos, era una suerte de "puente que mantenía cierta ecuanimidad",
como describió un magistrado. Había al inicio de su gestión un diálogo con los jueces y estaban quienes creían que ella como ministra iba a poder encarar las reformas necesarias al sistema. Pero el duro discurso de la Casa Rosada contra el Poder Judicial complicó su situación al punto de ponerla "en un lugar incómodo", como señalaron fuentes oficiales.
El primer cortocircuito fue el proyecto enviado por Alberto Fernández al Congreso, que entre otras cosas, busca licuar el poder de los jueces de Comodoro, triplicando la cantidad de despachos. El kirchnerismo no dudó en criticarla puertas adentro, cuando el silencio de Losardo fue prolongado sobre la reforma, y el funcionamiento de la Justicia. Del otro lado, estaban quienes pedían de la ministra, mayor respaldo al Poder Judicial.
Pese a ello, y a esas críticas internas, como los reclamos externos, se avanza hacia el sistema acusatorio y en ese plano, Losardo cumplía un rol importante. Ahora, el verbo se usa en pasado. Entonces, algunos fiscales y jueces, entre ellos camaristas, que aún digieren las críticas palabras pronunciadas hace pocas horas por Cristina Kirchner, coinciden en plantear que el Gobierno "su renuncia, profundiza el enfrentamiento con la Justicia ", y repiten: "Losardo no es la ministra de guerra que quiere la vicepresidenta ".
Las presiones para que Losardo deje la cartera de Justicia fueron tomadas en varios despachos de los Tribunales de Retiro, como "un mensaje claro a Comodoro Py", como remarcó un funcionario judicial, y un "duro golpe al corazón de Alberto Fernández".
Losardo es amiga de Fernández desde la facultad, fueron socios en el estudio jurídico y era una de las funcionarias de máxima confianza. Algunos deslizan que su salida es otra pulseada que gana Juan Martín Mena, el segundo en la cartera y hombre de Cristina Kirchner que estaba enfrentado con la todavía ministra.
“No es la ministra de guerra que quieren”, sostienen en los tribunales.