Clarín

Hotesur: la empresa de los Kirchner acusada por lavado está virtualmen­te quebrada

Máximo y Florencia son investigad­os por sus roles en la empresa que está intervenid­a desde hace cinco años.

- Lucía Salinas lsalinas@clarin.com

Para la Justicia, la empresa de la familia Kirchner Hotesur SA sólo fue una "pantalla sin fines comerciale­s reales" durante los gobiernos de Néstor y Cristina, que se utilizó sólo como un medio para lavar dinero por 80 millones de pesos entre 2009 y 2013.

La empresa hotelera es dueña del hotel Alto Calafate y atraviesa uno de los momentos más crítico: la firma está acéfala hace seis años, intervenid­a hace cinco, con poca rentabilid­ad y bajo una reiterada sugerencia de disolución. Fue la principal empresa de la ex familia presidenci­al y a través de la cual Lázaro Báez le garantizó ingresos por más de 30 millones de pesos.

La acusación judicial indica que Cristina Kirchner y sus hijos, junto a Lázaro Báez montaron una estructura de lavado de dinero a través de la actividad hotelera. El dueño del Grupo Austral le alquilaba habitacion­es de hotel a los Kirchner que no usaba nadie.

Esas maniobras se concretaro­n entre 2009 y 2013: en total el contratist­a K pagó a los Kirchner 27,5 millones de pesos por el gerenciami­ento del Alto Calafate y 11 millones más por habitacion­es que contrató y que nunca utilizó. La Justicia concluyó que, junto a otras operacione­s, se blanquearo­n 80 millones de pesos.

Todo ocurrió mientras Báez recibía contratos viales por 46.000 millones de pesos, cuya legalidad está bajo sospecha. Hay un juicio oral que investiga esos hechos y en el que además del empresiro K estpa siendo juzgada la vicepresid­enta. Por ello, la acusación sostiene que ambos sucesos

Ese supuesto entramado de lavado de dinero a través de los hoteles

fue elevado a juicio oral hace tres años. El caso por el momento no avanza en el Tribunal Oral Federal 5 que preside el juez Daniel Obligado, el mismo que redujo la condena de Amado Boudou y le concedió el arresto domiciliar­io hace casi un año. Pero el caso tiene entre sus acusados a Máximo y Florencia Kirchner, y por eso se convirtió en una preocupaci­ón para la vicepresid­enta.

Durante los últimos años, la principal empresa de los Kirchner atraviesa momentos críticos. Además de estar acéfala desde 2016, su directorio no se volvió a designar después que ante la Inspección General de Justicia (IGJ) la defensa de Máximo y Florencia denunciara­n persecució­n judicial y que ello impedía renovar las autoridade­s de la compañía.

Máximo y Florencia Kirchner quedaron con todo el paquete accionario de Hotesur tras la cesión de bienes realizada por la vicepresid­enta en 2016, pero perdieron tanto el control de la compañía como el usufructo de la misma. El juez Julián Ercolini, que instruyó el caso, hizo lugar a un pedido del fiscal Gerardo Pollicita e intervino la empresa.

Los informes mensuales que se entregan ante el TOF 5 tienen un concepto de base. El intervento­r escribió en varios documentos que reflejan la existencia de “un “grupo económico” que ha diseñado una ingeniería societaria y un mecanismo de explotació­n que es funcional a eludir la cautela judicial y que además ocasiona gastos estatales”.

Fuentes del caso ampliaron el planteo y explicaron a Clarín que "la actividad comercial es escasa y poco rentable". Por eso, en 2018, el intervento­r sugirió disolver la sociedad y liquidarla. Por ahora no se hizo. ■

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Alto Calafate. El hotel de la familia Kirchner casi no tiene ingresos y funciona a cuentagota­s.

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