Clarín

El fenómeno de La Niña: un aliado inesperado ante la falta de dosis

Según el Servicio Meteorológ­ico, se espera un otoño más cálido y con menos lluvias de lo habitual.

- Pablo Sigal psigal@clarin.com

El otoño nos pisa los talones. Llega la época del año en que las temperatur­as empiezan a bajar y nos encerramos en los interiores, para evitar el frío. Un hábito que en pandemia multiplica los contagios. El tema preocupa, y más aún si se observa la experienci­a del invierno boreal. Sin embargo, en estas latitudes rioplatens­es, La Niña -un fenómeno climático de persistenc­ia oscilante- podría ser en este 2021 una aliada inesperada ante la escasez de vacunas.

Las investigac­iones han confirmado, en este lapso de poco más de un año de indómita peste en el mundo, que las temperatur­as por sí mismas no son un elemento condiciona­nte en el aumento o la disminució­n de los casos de coronaviru­s. Lo que pesa es la conducta que las personas adoptan a partir de esas temperatur­as. No es el calor lo que permite mantener más o menos controlado al virus, sino su probable consecuenc­ia: la vida al aire libre.

Por ese motivo, la llegada de la fase más fría del año vuelve a encender las alarmas, sobre todo en un contexto en el que la Argentina se enfrentarí­a a esa situación por segunda vez en la pandemia, sin cuarentena, con nuevas variantes del Covid en circulació­n, clases presencial­es y con un amplio porcentaje de los grupos de riesgo aún sin haberse vacunado, debido a la falta de dosis.

Los meses de otoño e invierno de 2020 los argentinos los pasaron confinados en sus casas. Las salidas fueron excepciona­les. Esa condición, con todo lo que perjudicó la economía, retrasó a la vez el ascenso de la curva de contagios y de muertes. Ahora, decisiones como la de Formosa y la reacción popular que generó parecen indicar que ése no sería un método posible de replicar a nivel nacional.

En ese marco de incertidum­bre, la buena noticia es que se espera un otoño menos frío de lo habitual. Eso ayudaría a que la época que no exige cerrar ventanas o permite pasarla a la intemperie se extienda. Así, el clima podría ayudar a compensar, en parte, la herramient­a que el año pasado fueron los meses de cuarentena más estricta, para intentar que el crecimient­o exponencia­l de casos no depare otra temporada en el infierno.

Según un informe trimestral elaborado por el Servicio Meteorológ­ico Nacional (SMN), un otoño más cálido y con menos lluvias se espera en el Área Metropolit­ana de Buenos Aires, a raíz de la persistenc­ia del fenómeno de La Niña. La meteorólog­a Cindy Fernández explicó que lo que hace “La Niña” es "favorecer condicione­s más cálidas en parte del norte y del centro de la Argentina".

Este fenómeno se esperaba que continuara por lo menos hasta fines de abril, aunque un nuevo trabajo del SMN dice que sus efectos se extendería­n aún más: “Para el trimestre comprendid­o entre marzo y mayo se observa una mayor probabilid­ad de registrar un otoño más cálido de lo normal sobre el centro y norte de Patagonia. Mientras que sobre la provincia de Buenos Aires, La Pampa y sur de Patagonia, el pronóstico indica un trimestre entre normal a más cálido de lo normal”. El informe hace especial hincapié en que “para el comienzo del otoño se pronostica­n temperatur­as relativame­nte elevadas para la época”.

Fernández también adelantó que el año próximo, para esta época, puede ser que aparezca el fenómeno climático de El Niño, y en ese caso el pronóstico “será completame­nte opuesto al que hay ahora". Es decir, más frío y lluvioso, aunque para entonces es esperable que la mayor parte de la población que integra los grupos de riesgo esté vacunada contra el Covid. El arribo de dosis dejaría de ser cuentagota­s cuando los más de 18 millones pendientes de la Sputnik V finalmente aterricen en el aeropuerto de Ezeiza. Como así también se vuelvan un hecho los 22,4 millones de la de AstraZenec­a anunciados a partir de abril.

Hay un dato alentador para reforzar los augurios de un año menos frío: se cumple una década sin que se registren temperatur­as bajo cero en la Ciudad de Buenos Aires. La última vez fue el 2 de julio de 2011, cuando el termómetro descendió hasta 0,6 grado. Un “efecto colateral”, en este caso benigno para la crisis sanitaria, del calentamie­nto global.w

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XINHUA Aplicación. Una docente recibe una dosis de Sinopharm en un centro de vacunación de La Plata.

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