Francisco Cerúndolo subió 25 puestos y quedó cerca de los 100 mejores
Más allá de la derrota ante Schwartzman, su actuación en el torneo valió casi como un título. Hay futuro.
Francisco Cerúndolo se quedó con las ganas de sumar en Buenos Aires su primer trofeo ATP. La derrota por 6-1 y 6-2 en el partido decisivo ante Diego Schwartzman dejó a quien fue la re
velación de la semana en el BALTC con las manos vacías. Sin embargo, el balance general del torneo fue más que positivo para el porteño de 22 años. Y, mirando hacia adelante, para él, la final vale casi tanto como un título.
“Fue una semana muy desgastante, nunca antes había jugado tantos partidos seguidos en una misma semana a tan alto nivel. Pero también espectacular, que me deja un montón de cosas. Todo lo que estoy viviendo es experiencia que se suma, me va enseñando a jugar, a competir, cómo manejar la cabeza y el físico. Y jugar partidos como esta final, ante un rival como Diego, que es un top 10 y compite todas las semanas
con los mejores del mundo, es una buena vara de medida para saber adónde estoy”, analizó uno de los integrantes de una nueva generación de argentinos con mucho futuro.
Profesional desde 2016 y ganador el año pasado de tres challengers (Campiñas, Guayaquil y Split), Cerúndolo llegó a Buenos Aires con poco recorrido a en torneos ATP. Hasta esa semana había disputado tres torneos, Buenos Aires en 2019 y 2020 y Córdoba, la semana anterior, el único en el que había ganado un partido. Arrancó desde la clasificación y terminó jugando su primera final.
Aunque el mérito del porteño no está solo en haber alcanzado la instancia decisiva, sino en cómo lo hizo. En su camino al duelo ante Schwartzman, venció a un top 30 (Benoit Paire, 27°, en octavos); un top 50 (Albert Ramos Viñolas, 46°, en semis) y un top 60 (Pablo Andújar, 57°, en cuartos). Así, mejoró su récord en los cuadros principales de certámenes ATP a 6 victorias y 4 derrotas.
Además demostró que es un jugador fuerte tenística y mentalmente. Y también físicamente. Contando la qualy, jugó ocho partidos y terminó bastante entero, luchando hasta la última pelota de la final.
Aunque más allá de toda la experiencia y el aprendizaje que le dejó su paso por Buenos Aires, Cerúndolo se llevó un premio tangible que podría marcar un quiebre en su carrera. Porque los 150 puntos que ganó como finalista le permitieron saltar 25 puestos en el ranking.
Desde ayer, se ubicará en el 112° lugar, muy cerca del top 100, lo que abre para el futuro cercano un nuevo panorama. Porque le permitirá tener continuidad en el circuito ATP y tal vez incluso entrar a algún Grand Slam. Y eso lo ilusiona.
“Creo que el nivel de tenis está, aunque falten corregir varias cosas. Pero el tenis es constancia y con dos torneos bien (NdR: En Córdoba, la semana pasada, llegó a octavos y cayó jugando bien ante Federico Coria) no hacés mucho. Tengo mucha expectativa para los torneos que vienen, ojalá pueda seguir jugando algunos ATP, sumando experiencia y seguir creciendo. Estas dos semanas que viví en Argentina me dan confianza para lo que se viene”, analizó.
Y agregó: “En la cancha seguro estaba caliente porque quería ganar. Ahora capaz estoy triste y enojado. Pero en unas horas me voy a dar cuenta de lo que hice y lo voy a disfrutar. Soy consciente del torneo que hice, de los partidos que jugué y de la revolución que generé”.
Francisco también dejó su marca en las estadísticas de la ATP. Su actuación en Buenos Aires sumada a la consagración de su hermano Juan Manuel en Córdoba, transformaron a los Cerúndolo en los primeros hermanos en alcanzar las instancias decisivas de dos torneos en semanas consecutivas desde 2017, cuando Alexander Zverev se coronó en Roma y siete días más tarde, Mischa jugó por el título en Ginebra.
“Fueron dos semanas de locos para los dos. Toda la familia está muy contenta. Venimos trabajando para esto hace mucho tiempo y nos pone muy contentos. Pero no nos vamos a conformar porque queremos seguir creciendo y mejorando”, reflexionó uno de los jóvenes jugadores argentinos con más futuro.