Pide ajustar el protocolo de las clases presenciales
A pesar de la concienzuda disciplina de “optimización combinada” de la que nos habla Ricardo Braginski en su columna son muchos los padres que se están viendo en apuros. La vuelta a las clases fue sin duda algo imprescindible. Los chicos no podían seguir atrasándose en su educación. Fue un exceso.
El tema es que el respeto de los protocolos, sin duda imprescindible, no tuvo en cuenta que los niños en una gran mayoría no pueden manejarse solos. Necesitan de sus padres. Cuando son dos o más hermanos y están destinados a distintos turnos, a distintos días o a lo que dispusieran las autoridades pero no les permiten ir y volver al hogar juntos o con alguna hora de diferencia las cosas se ponen muy difíciles.
¿La optimización combinada no debiera haber empezado por armar el rompecabezas pensando en las burbujas de hermanitos? ¿Cómo hacen sus padres para cumplir con su trabajo? Es un bien que escasea y hay que cuidar. No siempre hay abuelos que puedan ocuparse. En el Nacional Buenos Aires son numerosos los alumnos que asisten desde distancias que insumen al menos una hora de viaje. Luego de haber conseguido ingresar, el turno (la escuela funciona con tres horarios) es asignado estrictamente por sorteo. Sin embargo los hermanos no entran en ese sorteo. Queda descontado que estudiarán en el mismo horario que su hermano/s.
¿No contribuirá esta discordancia que pone a prueba el esfuerzo familiar a que se produzcan ausencias indeseadas?
Rosa de la Fuente rosabfuente@hotmail.com