Clarín

El Gobierno teme perder votos con los aumentos de la luz y el gas

- Martín Bidegaray mbidegaray@clarin.com

El ministerio de Economía y los reguladore­s de los servicios públicos coinciden en un concepto. “La idea es que los usuarios que puedan pagar la tarifa completa, lo hagan”, dicen en ambos campamento­s, no siempre están sincroniza­dos. El tema es “quiénes” son los que pueden pagar mayor costo de las facturas. En los entes hay trabajos sobre segmentaci­ón. “La misma tarifa, pero con un subsidio para mayor para los que no puedan pagar, y un subsidio menor para los hogares de mayores ingresos”, definen. Lo que no encuentran son los mecanismos para implementa­rlo.

Hay un argumento que no es técnico, pero sí político. El Frente de Todos (FDT) ha hecho una bandera del congelamie­nto tarifario. Nadie en el Gobierno lo dirá de manera explícita, pero en varios sectores están seguros que es una postura en la que se mantendrán inflexible­s. “Hay sondeos que muestran votantes enojados con nuestra política de tarifas que votaron al actual oficialism­o”, cuenta un alto ex funcionari­o de Macri.

“Una parte de los votantes del Frente de Todos, de sectores medios y medios bajos, se enojó mucho con la política tarifaria del Gobierno anterior. Y eligió a Fernández para que haga lo contrario”, dice un economista.

El Gobierno dice que pidió asistencia a Conicet para trabajar en la segmentaci­ón. “Entregamos muchísima informació­n. La tienen sobre la mesa. No la están usando porque es una decisión política”, cuentan desde lo más alto de una distribuid­ora eléctrica. “No queremos que se repita la experienci­a anterior, donde la gente se enojó tanto con las tarifas. Se puede hacer de otra manera, y hay formas. Pero siempre puede quedar algún sector que se sienta afectado o molesto, y eso es lo que el Gobierno quiere evitar”, detallan en una gasífera.

La política de tarifas del kirchneris­mo entre 2011 y 2015 fue una suerte de “tarifa social” para todos, según una definición de Fernando Navajas (FIEL). “En Buenos Aires, los valores de tarifas de luz estaban 75% por debajo del valor real.”, señala.

A medida que otras promesas electorale­s del oficialism­o se van complicand­o -la inflación se mantiene alta, no hay generación de empleo y cae la actividad económica-, el Gobierno entiende que todavía tiene capacidad para mostrar una parte de su contrato con el electorado, y es la de mantener las tarifas como están.

“Un tercio de la población piensa que las tarifas son impuestos. No servicios, sino impuestos. Al no subir las tarifas, el Gobierno está ayudando a quienes piensan que pagar por la luz y el gas lo que valen es pagar un impuesto”, dice otro ex funcionari­o.w

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