El Gobierno teme perder votos con los aumentos de la luz y el gas
El ministerio de Economía y los reguladores de los servicios públicos coinciden en un concepto. “La idea es que los usuarios que puedan pagar la tarifa completa, lo hagan”, dicen en ambos campamentos, no siempre están sincronizados. El tema es “quiénes” son los que pueden pagar mayor costo de las facturas. En los entes hay trabajos sobre segmentación. “La misma tarifa, pero con un subsidio para mayor para los que no puedan pagar, y un subsidio menor para los hogares de mayores ingresos”, definen. Lo que no encuentran son los mecanismos para implementarlo.
Hay un argumento que no es técnico, pero sí político. El Frente de Todos (FDT) ha hecho una bandera del congelamiento tarifario. Nadie en el Gobierno lo dirá de manera explícita, pero en varios sectores están seguros que es una postura en la que se mantendrán inflexibles. “Hay sondeos que muestran votantes enojados con nuestra política de tarifas que votaron al actual oficialismo”, cuenta un alto ex funcionario de Macri.
“Una parte de los votantes del Frente de Todos, de sectores medios y medios bajos, se enojó mucho con la política tarifaria del Gobierno anterior. Y eligió a Fernández para que haga lo contrario”, dice un economista.
El Gobierno dice que pidió asistencia a Conicet para trabajar en la segmentación. “Entregamos muchísima información. La tienen sobre la mesa. No la están usando porque es una decisión política”, cuentan desde lo más alto de una distribuidora eléctrica. “No queremos que se repita la experiencia anterior, donde la gente se enojó tanto con las tarifas. Se puede hacer de otra manera, y hay formas. Pero siempre puede quedar algún sector que se sienta afectado o molesto, y eso es lo que el Gobierno quiere evitar”, detallan en una gasífera.
La política de tarifas del kirchnerismo entre 2011 y 2015 fue una suerte de “tarifa social” para todos, según una definición de Fernando Navajas (FIEL). “En Buenos Aires, los valores de tarifas de luz estaban 75% por debajo del valor real.”, señala.
A medida que otras promesas electorales del oficialismo se van complicando -la inflación se mantiene alta, no hay generación de empleo y cae la actividad económica-, el Gobierno entiende que todavía tiene capacidad para mostrar una parte de su contrato con el electorado, y es la de mantener las tarifas como están.
“Un tercio de la población piensa que las tarifas son impuestos. No servicios, sino impuestos. Al no subir las tarifas, el Gobierno está ayudando a quienes piensan que pagar por la luz y el gas lo que valen es pagar un impuesto”, dice otro ex funcionario.w