¿Qué recordaremos del Covid-19?
La única certeza que tenemos en relación al futuro de la pandemia es… que no la olvidaremos fácilmente. Que dejará su marca en aquellos a quienes nos tocó atravesarla y también alcanzará a las futuras generaciones, a partir de un relato que ya empezó a construirse.
Pero, ¿qué se recordará a futuro de esta crisis sanitaria? ¿Y quién construye ese relato? Estas son algunas de las cuestiones que ya ocupan a los especialistas, entre ellos el argentino Maximiliano Fiquepron, historiador y doctor en Ciencias Sociales, que aborda la epidemia desde un punto de vista teórico. Una de las principales hipótesis del autor del ensayo ¿Recordaremos el Covid-19?: reflexiones sobre memoria, historia y epidemias, incluido en el volumen Porvenir, la cultura en la pospandemia, es que, desde diversas instituciones, y por diversas razones, se promueven versiones que terminarán conformando la versión “oficial” de la Historia. Las secuelas económicas y el impacto social del Covid-19 traerán memorias dolorosas a nivel global, mientras que a un nivel micro quedarán millones de familias atravesadas por la pérdida de seres queridos.
Esto es: así como las guerras mundiales, la caída de Wall Street en el 29’, o la hiperinflación del 89 o del 2001-2002 se han convertido en relatos más o menos reconocibles, también la memoria de la pandemia se irá construyendo con el paso del tiempo.
En ese sentido, piensa Fiquepron, habrá un relato macro mundial producido por los principales creadores de contenido cultural: “Estados Unidos -con Hollywood a la cabeza- y también Europa, como gran faro cultural de nuestra occidentalidad”, a lo que suma un interrogante: qué aportará -u opondrá China en relación a esas versiones, probablemente hegemónicas.
Las secuelas económicas y el impacto social del Covid-19 traerán memorias dolorosas a nivel global, mientras que a un nivel micro quedarán millones de familias atravesadas por la pérdida de seres queridos. La pandemia del coronavirus también inspirará libros, documentales y ficciones que irán abonando ese gran relato e incluso podría acarrear modificaciones en la forma de vivir el capitalismo del siglo XXI. ■