Clarín

Segunda ola de Covid: aunque baja el ritmo de contagios, crece la cantidad de muertos

En la primera semana de mayo hubo un 133,3% más de fallecidos que en el mismo lapso de abril. Según los expertos, refleja los picos de casos diarios de semanas atrás.

- Karina Niebla kniebla@clarin.com

El avance de la segunda ola de la pandemia en la Argentina se traduce en

récord de muertes. El miércoles pasado se había registrado una nueva marca de 663 en un día, aunque se debió en parte al retraso en los reportes de San Juan y Catamarca. Este viernes, fueron 611, otra cifra alarmante.

De hecho, la cantidad de muertes creció a un ritmo mucho mayor que el de infectados. Eso es lo primero que llama la atención si se compara la primera semana de mayo con marzo y abril en el mismo período.

Mientras que hubo un aumento en los fallecimie­ntos diarios del 39,2% entre los lapsos analizados de marzo y abril, el salto entre abril y mayo fue del 133,3%, mucho más del doble.

Ese ritmo creciente en los decesos

no tuvo su correlato en el de contagios. De hecho, esa curva se desaceleró en el último mes: creció un 27,3% de abril a mayo en las semanas analizadas, mientras que de marzo a abril el incremento había sido del 151,5%.

Esto ocurre, en parte, por cuestiones estadístic­as en sí mismas: “La variación porcentual de un número chico siempre va a ser más violenta y rápida que la de un número grande, que es mucho más inelástica”, explica el sociólogo y demógrafo Octavio Bramajo.

Pero también está la cuestión sanitaria. “El número de muertos es expresión de los 28.000 casos diarios que hubo hace tres o cuatro semanas, no de los casos de ahora”, advierte Lautaro de Vedia, infectólog­o del hospital Muñiz y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectolog­ía.

“Si un caso evoluciona mal, el paciente entra a terapia intensiva en promedio a los diez días, permanece 17 como mínimo, y en total está entre 30 y 40 desde que se contagia precisa De Vedia-. Esto más allá de los retrasos en los reportes y las comunicaci­ones que puede haber”.

La pregunta entonces es si se trata de un muy mal mes de muertes que sucede a un muy mal mes de contagios, o de una nueva tendencia. “Si es lo segundo, sería terrible, porque implica que se está muriendo de Covid cerca de la mitad de la gente que solía morirse en la Argentina por día”, señala Bramajo.

Es que el promedio de muertes diarios por Covid fue de 394 en el lapso analizado de mayo, mientras que en el período correspond­iente a abril había sido de 169 y en el de marzo, de 121. “En la Argentina hubo en promedio 900 muertes por día en los cinco años previos a la pandemia, durante los cuales la mortalidad se mantuvo estable -recuerda Bramajo-. El hecho de que hoy el Covid contribuya con la mitad de las muertes esperadas no es bueno”.

Con todo, aún falta para saber si esta tendencia será breve o vino para quedarse. “Parecería ser que la curva de casos se está amesetando, gracias a las restriccio­nes de las últimas semanas. Pero igual está a un nivel altísimo”, resalta Jorge Levalle, jefe de Infectolog­ía del hospital Pirovano.

Este amesetamie­nto no indica que haya que aflojar con los cuidados. Todo lo contrario. De hecho, destaca el propio Levalle, “con las nuevas cepas hay una mayor agresivida­d en la infección. Los casos graves están aumentando, mientras que los moderados se están estabiliza­ndo”.

Incluso, advierte, la edad de muerte está bajando, aunque aún es muy pronto para saber exactament­e en qué medida. “Se está muriendo más gente joven que antes, mientras que la más grande no se está muriendo tanto como antes -observa Levalle-. Probableme­nte tenga que ver con que una proporción de adultos mayores tiene al menos una dosis de vacuna. Eso tiene un efecto protector”.

Mientras tanto, el sistema sanitario está exigido al límite. “Eso incide en el número de muertes -advierte De Vedia-. Por ahí aguantás a un paciente en sala general por unos días y mientras tanto podés ponerle oxígeno, pero cuando lo pasás a UTI ya perdiste tres días y después ya es demasiado tarde”.

De hecho, la ocupación de camas UTI a nivel nacional aumentó un 26,1% entre la primera semana de marzo y la primera de mayo, y la situación es aún más dramática en el AMBA, donde los centros de salud privados llegaron a un 95% de ocupación de Terapia Intensiva.

En los hospitales porteños, en tanto, a las 450 camas UTI se agregaron días atrás otras 50 que fueron rápidament­e ocupadas en su mayoría. Es que su uso se triplicó entre la semana analizada de marzo y la de mayo. Ese panorama venía viéndose un mes atrás, cuando en el sistema público dejaron de darse turnos para procedimie­ntos no esenciales y se suspendier­on los programado­s.

Por ahora, la letalidad no se ve alterada, pese al número creciente de muertes. Esa tasa subió sólo con respecto a abril, pero la de mayo es casi la misma que la registrada en marzo (1,93%). Y tanto a principios de marzo como de abril y mayo, la letalidad fue menor que la general desde que arrancó la pandemia: 2,14%.w

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L. THIEBERGER Atención. Las terapias intensivas, como la del Cemic, están trabajando al máximo de exigencia.

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