Clarín

Hay provincias que dieron hasta cuatro veces más segundas dosis que otras

El cálculo es por la cantidad de habitantes. Las diferencia­s tienen que ver con el criterio de entrega de vacunas.

- Pablo Sigal psigal@clarin.com

Las segundas dosis de las vacunas contra el coronaviru­s se han vuelto un “lujo” en Argentina. El Consejo Federal de Salud (Cofesa) decidió en marzo postergarl­as al menos tres meses, para inocular a más personas con la primera. Sin embargo, se ha generado una amplia brecha, con provincias que han aplicado hasta cuatro veces más segundas dosis que otras.

El promedio nacional de vacunados con ambas dosis es muy bajo: 2,8 por ciento de la población. El país está partido en mitades iguales, con 12 provincias por encima de ese promedio y 12 por debajo. En el podio de los que más segundas dosis recibieron figuran los pampeanos (6,2%), fueguinos (5,7%) y porteños (5,7%). En el fondo de la tabla aparecen los santiagueñ­os (1,4%), formoseños (1,8%) y correntino­s (1,9%).

Logran ubicarse por encima del promedio nacional, además, los puntanos (4,9%), tucumanos (4,5%), riojanos (4,3%), neuquinos (4,1%), cordobeses (3,5%), santacruce­ños (3,1%), chaqueños (3,1%), rionegrino­s (2,9%) y sanjuanino­s (2,8%). Por debajo, aparecen los catamarque­ños (2,6%), chubutense­s (2,6%), santafesin­os (2,5%), entrerrian­os (2,4%), jujeños (2,3%), salteños (2,2%), bonaerense­s (2,1%), misioneros (2%) y mendocinos (1,9%).

Según el Monitor de Vacunación, fueron aplicadas en Argentina 1,4 millón de segundas dosis, contra 7,7 millones de primeras. Es decir que fue vacunado el 25 por ciento de toda la población mayor de 18 años y, de ese total, el 18 por ciento pudo completar el esquema. La mayor brecha sanitaria se da entre La Pampa y Santiago del Estero: los pampeanos recibieron 4,42 veces más segundas dosis que los santiagueñ­os.

La primera dosis proporcion­a un piso de inmunidad. La segunda dosis eleva esa protección. Por ejemplo, la Sputnik V con una dosis (equivalent­e a la “light”) tiene una efectivida­d del 79 por ciento y con dos, del 92. Con la de AstraZenec­a, la eficacia pasa del 76 al 82,4 por ciento.

Al observar el panorama internacio­nal, son minoría los países como Argentina. Es decir, con una proporción tan baja de vacunados con las dos dosis. El primero que decidió implementa­r esta política fue Gran Bretaña, al comprobars­e que su vacuna de cabecera, AstraZenec­a/Oxford rendía mejor si la segunda dosis se daba a los tres meses. Sin embargo, allí el 24,7 por ciento de la población ya recibió el esquema completo.

En Latinoamér­ica hay un 3,5% de colombiano­s completame­nte vacunados, un 7,1 por ciento de brasileños, un 22,3 por ciento de uruguayos y un 37 por ciento de chilenos. Por debajo de los argentinos se ubican los bolivianos, ecuatorian­os y paraguayos. A nivel mundial, el promedio de inmunizado­s con segundas dosis es del 3,9 por ciento, según el sitio Our World in Data.

Argentina no sólo muestra una demora en la aplicación de segundas dosis. Fronteras adentro aparecen a la vez otros desequilib­rios. Un informe de la Fundación Alem, que toma como referencia a los grupos de riesgo identifica­dos por la Campaña Nacional de Vacunación, muestra deudas dispares por provincia en cuanto a las primeras dosis para sus grupos de riesgo.

A Misiones todavía le queda por vacunar con la primera dosis al 58,7 por ciento de la población objetivo. La Pampa, que está entre las que más segundas dosis aplicaron, tiene en cambio una de las mayores deudas con la primera, con el 56,2 por ciento de sus habitantes de riesgo en espera.

A la provincia de Buenos Aires aún le queda vacunar con la primera dosis al 48,7 por ciento de su población de riesgo y a la Ciudad, el 49 por ciento. El promedio nacional indica que el 51% de las personas identifica­das como grupo de riesgo aún no fueron vacunadas. Esto es, la mitad de los 15,5 millones previstos.

En la última semana, el promedio diario de vacunados fue de 145.480 personas. A ese ritmo, si hay stock, se podría llegar a vacunar al menos con una dosis a los 7.250.000 que restan en un plazo de 50 días. Sin embargo, la cuenta no es lineal porque en medio se seguirán aplicando, también, segundas dosis.

Según la resolución del Cofesa con respecto a la postergaci­ón de las segundas dosis, los médicos tienen prioridad: deben quedar exentos de la medida. Con ese precepto, aquellas provincias con mayor proporción de personal de salud sobre su población total deberían volcar la balanza en porcentaje de segundas dosis aplicadas. Pero al revisar caso por caso, ese vínculo no siempre encaja.

Sigue siendo llamativo, a la vez, el incesante aumento de vacunas destinadas al personal de salud. El número previsto por el Gobierno en diciembre era de 821 mil personas en todo el país. Si todos hubieran recibido las dos dosis, habrían insumido 1.642.000 vacunas. Sin embargo, el Monitor de Vacunación indica que este grupo prioritari­o ya sobrepasó los 2 millones de dosis aplicadas.

El otro grupo que no para de crecer es el de “Otros”. Hace poco más de un mes, Clarín había informado que allí había unas 1.400 dosis, mientras que ahora hay más de 10 mil. La explicació­n oficial, en aquel momento, había sido que “otros” se usaba para registrar “imponderab­les”, como cuando “el registrado­r no sabe en qué categoría incluirlo”.

La Pampa es uno de los distritos que aplicó más segundas dosis pero menos de las primeras.

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LA VOZ Operativo en Córdoba. En la provincia, sólo un 3,5% de la población objetivo completó el esquema.

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