Clarín

Lejos de la interna, Guzmán se oxigena y busca evitar el default

El ministro de Economía puso en marcha las gestiones por el vencimient­o de US$ 2 mil millones que Alberto F. negociará con Macron.

- Federico Mayol fmayol@clarin.com

"Es como caminar a ciegas: nunca sabes con qué te vas a encontrar", concluyero­n Alberto Fernández y Pedro Sánchez. Llevaban un buen rato de una charla distendida en La Moncloa sobre la visita del español del mes próximo y las cuarentena­s, cuando se coló el tema de las vacunas.

Fernández comprobó, en Madrid, que la escasez de vacunas no es un invento argentino. Lo charló con algunos de sus colaborado­res, entrada la madrugada del miércoles parisino en el bar del hotel Prince de Galles, una escena histórica para una charla política de comitiva presidenci­al: la pandemia no permite el servicio de cafetería después de las siete de la tarde. Afuera, París está desierta.

En un alto de la gira, atravesada íntegramen­te por la renegociac­ión con el FMI y el Club de París, la vacunación volvió a ser un tema. Carla Vizzotti había anunciado un rato antes de la llegada de 4 millones de dosis de AstraZenec­a. Fernández les asegura a sus colaborado­res que hay más negociacio­nes con China. Que Rusia sigue bien. Y que la partida de AstraZenec­a de México, un buen número de dosis, deben estar en el país entre fines de mayo y junio.

El mandatario, agregan en la comitiva, no quiere volver a hacer promesas. Las críticas de la oposición por la administra­ción de la pandemia no son solo domésticas. Lo habló en Portugal con el presidente Marcelo Rebelo de Sousa. Con Sánchez en La Moncloa. Y lo hará hoy con Emmanuel Macron. Con el francés, sin embargo, el almuerzo en el Eliseo está reservado casi exclusivam­ente al Club de París. "Tengo confianza que vamos a lograr la postergaci­ón", se entusiasma Fernández (ver pág. 13). El bar del hotel cinco estrellas, entre la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo, en realidad está cerrado, y las luces son muy tenues. Como un gesto de cortesía, se lo cedieron por un rato. El lobby está vacío.

Se refiere al vencimient­o de fin de mes de los US$ 2.000 millones que la Argentina adeuda al club de países encabezado por Francia, y que debería pagar si es que no cierra el refinancia­miento con el Fondo Monetario.

Se negocia, entonces, la posibilida­d de un acuerdo "puente", que permita prorrogar el vencimient­o mientras se conversa con el FMI. Es parte del trabajo que Martín Guzmán empezó hace un par de semanas con sus colegas de finanzas europeos, y que ahora incluyó al Presidente. Agobiado en Buenos Aires, el ministro de Economía buscó aire en Europa.

En el Paseo de la Castellana, que parte Madrid a la mitad, no había nadie. Solo Guzmán, acompañado por tres de los colaborado­res que lo siguen como su sombra, aprovechó la única noche de Madrid para caminar. De madrugada, pasadas la 1. Unas cuantas cuadras para acomodar las ideas. Resolver algunos pendientes por la diferencia horaria con Buenos Aires. Y desafiar al frío de la primavera reciente de la noche del lunes, en una capital española que el sábado a la medianoche le puso fin al confinamie­nto que los jóvenes celebraron como si fuera año nuevo.

Nadia Calviño, vicepresid­enta segunda y ministra de Economía española, lo había esperado casi al pie de la escalerill­a apenas el avión de Aerolíneas

Fernández confesó ante la comitiva que no quiere volver a hacer promesas sobre las vacunas.

a disposició­n de la comitiva, hizo escala en Barajas. Un gesto de fuerte apoyo, de colega a colega, al ministro, que encabeza los detalles de las negociacio­nes con el Club de París y, en especial, con el Fondo Monetario.

Como a Fernández, a Guzmán le sienta mucho mejor Europa que Buenos Aires. En la comitiva oficial insisten en que lo de Federico Basualdo, el célebre subsecreta­rio de Estado que Guzmán quiso renunciar y que sigue en su carga, fue solo "un tema de egos". En Buenos Aires no piensan lo mismo.

Guzmán, como el Presidente, le tiene fe e Italia. "Todos los caminos conducen a Roma", aseguran. La posibilida­d de que el Airbus 330 fletado por Aerolíneas Argentinas, en el que se mueve la comitiva oficial, retrase su vuelta de Europa crece con el correr de las horas. El encuentro cara a cara de Fernández con Kristalina Georgieva, la directora del Fondo Monetario, tiene serias chances de concretars­e. Y que la banca de Portugal, España, Francia e Italia, más la charla virtual de la semana próxima con Alemania, podrían significar, para la Casa Rosada, un apoyo explícito a la renegociac­ión con el Fondo.

Entre los integrante­s de la delegación argentina se habla, de manera insistente, de la opción de dar una pelea real por la eliminació­n de los sobrecargo­s de interés que, para el país, equivalen a unos US$ 900 millones para este año. Dos puntos más al punto de interés del préstamo otorgado, según la carta orgánica del FMI, por "excepciona­lidad".

Al seminario en el Vaticano con Guzmán como actor central y con la presencia de Georgieva y la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, la comitiva le pone fichas. Desde que llegó a Europa, deslizan, Fernández no habló ni una sola vez con Cristina Kirchner. El seminario por ahora la última actividad de la gira, impulsado por Francisco, se llama "Sueño de un nuevo comienzo". ■

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Con el rey. Felipe VI recibe ayer en el Palacio de la Zarzuela al presidente Alberto Fernández y al ministro de Economía, Martín Guzmán.

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