Clarín

Fernández se reúne con la jefa del FMI, pero Cristina lo complica en el Senado

Fernández se reunirá con el Papa e impulsa una cita con la jefa del FMI, el mismo día en que el kirchneris­mo en el Senado pedirá que un giro del Fondo no se use para pagar deuda.

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Tras recibir señales de respaldo en Portugal, España y Francia, el Presidente se entrevista con el Papa y se reunirá mañana con la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Con ambos, intenta apuntalar la renegociac­ión de la deuda con el organismo. Pero, en el país, el Senado aprueba hoy una declaració­n para que no utilice para pagar deuda los US$ 4.300 millones que el Fondo reparte por Derechos de Giro. Eso es lo que quería hacer Guzmán.

En el último tramo de su gira europea, donde consiguió gestos de apoyo en la renegociac­ión de la deuda de los gobiernos de Portugal, España y Francia, Alberto Fernández buscará hoy en el Vaticano que el papa Francisco repita alguna de las invocacion­es a la misericord­ia con los deudores que suele hacer y mañana se reunirá, si sus planes salen bien, con Kristalina Georgieva, la titular del Fondo Monetario Internacio­nal. Son todos pasos que el Presidente está dando acompañado por su ministro de Ecomeses nomía, Martín Guzmán, para hacer avanzar la renegociac­ión de los vencimient­os del préstamo del FMI que suscribió Mauricio Macri.

Esa prédica genera una resistenci­a que hace tiempo se volvió visible y que encabeza la propia vicepresid­enta de la Nación, Cristina Kirchner.

Pocas horas después de la foto en Roma entre el Presidente y el Papa, el bloque de senadores del Frente para la Victoria, que conduce invariable­mente Cristina, votará en la sesión una declaració­n que solicita a Guzmán que el giro de US$ 4.354 millones que enviará el Fondo Monetario Internacio­nal en los próximos a la Argentina se usen para “financiar la puesta en marcha de políticas públicas destinadas a resolver los problemas de la pandemia” y no para pagar al menos una parte de los vencimient­os de deuda que tiene, entre otros, con el organismo de crédito multilater­al con sede en Washington.

Aunque no será vinculante en términos administra­tivos, la declaració­n del Senado será un condiciona­nte imposible de esconder para Guzmán, que sabe que los funcionari­os que se enfrentan abiertamen­te con las decisiones de Cristina terminan fuera de sus cargos.

Si sólo se cuentan los vencimient­os con el Fondo, la Argentina tendrá que pagar este año US$ 3.822 millones de capital y unos US$ 1.300 millones en concepto de intereses, mientras que en 2022 habrá que pagar US$ 18.068 de capital, que llegan a US$ 23.000 millones si se incluyen los intereses.

Esos pagos son imposibles de afrontar para el país, y por eso Guzmán viene negociando desde hace meses -y cada vez a ritmo más lentoun acuerdo con el FMI para que la Argentina reciba un nuevo crédito para poder cancelar esa deuda.

El ministro apunta a que, con el nuevo crédito, los vencimient­os se extiendan por diez años, y ese plazo es cuestionad­o tanto por la vicepresid­enta como por su hijo, Máximo Kirchner, jefe del bloque de diputados del Frente de Todos. Los Kirchner quieren que el FMI lleve el plazo de pago a los 20 años, un mecanismo que no está contemplad­o en los estatutos del Fondo y que para que pueda ser tenido en cuenta debe recibir la aprobación de los países que conforman el organismo.

Con esa restricció­n de imposible cumplimien­to como condición, a Guzmán se le hace cada vez más difícil avanzar en la negociació­n con los técnicos en Washington y a Fernández conseguir apoyos concretos de los países que conforman el directorio de la entidad.

Esas diferencia­s entre Guzmán y Cristina generan desde hace varios

La Argentina tendrá que pagar este año US$ 3.822 millones de capital al Fondo Monetario.

cortocircu­itos en toda la relación, como el que se hizo evidente la semana pasada, cuando el ministro criticó la política de subsidios a los servicios públicos que implementó el kirchneris­mo mientras gobernó Cristina y que reeditó con la llegada de Fernández a la Casa Rosada. Guzmán dijo que la financiaci­ón de parte de la producción y distribuci­ón de electricid­ad y gas es un “subsidio pro ricos”, porque mantiene a precios bajos las facturas de quienes podrían pagarlas al precio de mercado.

En el Gobierno admiten que lo que la vicepresid­enta no quiere es que lleguen misiones del FMI a Buenos Aires a monitorear la marcha de la economía en un año electoral, y por eso las conversaci­ones del ministro con los delegados del Fondo terminan vacías.

Aunque las reuniones de Fernández con los líderes europeos no hayan proporcion­ado hasta ahora más que regalos simbólicos en forma de declaracio­nes amistosas y fotos con sonrisas, para el Presidente servirán para mostrar alguna independen­cia de las posturas de su compañera de fórmula. Incluso sin resultados palpables ni acuerdos firmados, Fernández regresará el sábado desde Roma con el staff “albertista” descansado para las próximas batallas externas y, sobre todo, internas. ■

 ?? VÍCTOR SOKOLOWICZ ?? El ministro en Roma. Martín Guzmán viajó a Europa con el Presidente Alberto Fernández, en una gira que se armó para buscar aire en la pelea con Cristina Kirchner.
VÍCTOR SOKOLOWICZ El ministro en Roma. Martín Guzmán viajó a Europa con el Presidente Alberto Fernández, en una gira que se armó para buscar aire en la pelea con Cristina Kirchner.

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