La violencia no cede en Israel: 74 muertos y eliminan a varios jefes de Hamas
Biden habló con Netanyahu y apoyó el derecho israelí a defenderse. Hubo choques entre vecinos árabes y judíos en Israel. “Es una guerra civil”, dijo el alcalde de Lod.
Pese al llamado de la ONU para frenar la crisis, el grupo terrorista Hamas siguió lanzando misiles contra ciudades israelíes. Y el ejército de Israel eliminó a varios líderes de Hamas con ataques selectivos. Hubo niños muertos en ambos bandos. Biden dio su apoyo al premier Netanyahu para defenderse.
Las Fuerzas Armadas israelíes eliminaron ayer en “golpes selectivos” a varios líderes de la cúpula militar de Hamas, intensificando las operaciones contra el movimiento islamista que respondió con el lanzamiento de otra andanada de cohetes sobre las poblaciones cercanas. Pero el conflicto adquiría otro perfil, cuando comenzaron a estallar choques entre vecinos árabes y judíos que hasta ahora convivían pacíficamente en ciudades de Israel, como la localidad de Lod.
El conflicto, según los analistas, está destinado a durar varios días más, pese al llamado de la ONU y las potencias mundiales a desescalar la crisis, que temen que se desmadre en una “guerra en gran escala”. Ayer, el presidente de EE.UU., Joe Biden, conversó telefónicamente con el premier israelí, Benjamin Netanyahu, poco después del anuncio del envío de un emisario a Israel y los Territorios Ocupados. “Tengo esperanza en que la situación se resuelva lo más rápido posible, pero Israel tiene derecho a defenderse cuando miles de misiles son disparados hacia su territorio”, afirmó el líder de la Casa Blanca.
Los cohetes desde la Franja, que sumaron más de un millar, mataron este miércoles a un niño de seis años en la ciudad israelí de Sderot, elevando a siete las víctimas en Israel. En Gaza, 67 palestinos han muerto desde el lunes, incluyendo 16 niños.
Los bombardeos israelíes en el bloqueado y superpoblado enclave palestino fueron intensos durante cuatro horas en la mañana de ayer y continuaron intermitentemente durante el día. Una cuarta torre de 14 plantas, Al Shuruq, se derrumbó tras ser bombardeada, después de haber recibido una orden de evacuación. En total, 500 edificios residenciales y 52 instalaciones gubernamentales, principalmente estaciones de policía y
Hamas lanzó más de mil cohetes. Murieron un nene en Israel y 16 chicos palestinos en Gaza.
asociaciones de Hamas, han sido bombardeados en esta escalada.
Dentro de la ofensiva, el Ejército israelí llevó a cabo una operación especial junto a los servicios de inteligencia que eliminó simultáneamente a varios comandantes militares de Hamas. Según el vocero militar israelí Jonathan Conricus, desde el lunes al
menos 25 milicianos “de diversos rangos y antigüedad, pertenecientes a Hamas y la Yihad Islámica” han muerto en ataques selectivos. Pero el grupo islamista sólo admitió la muerte de Bassem Issa, jefe de su rama militar en Gaza, y de otros tres líderes.
Hamas, por su parte, lanzó una nueva ráfaga de cohetes que hizo sonar las alarmas en el área de Tel Aviv y que mató a un hombre y su hija de 16 años, árabes israelíes, en la ciudad de Lod. Durante el día, 15 proyectiles fueron disparados hacia la ciudad israelí de Dimona, donde se ubica una planta nuclear, mientras subía la retórica de la guerra con amenazas y plazos de nuevos ataques.
Por la tarde, las milicias lanzaron 130 cohetes más contra las ciudades israelíes de Netivot, Sderot y Ashkelón, esta última especialmente castigada en las últimas jornadas. Además, su brazo armado atacó con un misil antitanque un vehículo blindado militar israelí, matando a un soldado de 21 años.
El conflicto entre israelíes y palestinos no se está dando únicamente en la Franja de Gaza y alrededores, sino que se ha extendido a distintas partes de Israel. Esta nueva oleada de violencia tiene su origen en dos hechos concretos: el intento de desalojo de familias palestinas en Jerusalén Este a raíz de un conflicto legal por las tierras, y a los disturbios del fin de semana en la Explanada de las Mezquitas, donde palestinos se enfrentaron con las fuerzas de seguridad israelíes que pretendían cerrar el lugar.
La crisis se extendió ahora a varias ciudades mixtas, entre ellas Lod, donde ciudadanos judíos y árabes se enfrentan desde hace días en lo que el alcalde describió como una “guerra civil”. Cientos de árabes israelíes (autóctonos o descendientes que se quedaron tras la creación del Estado de Israel en 1948) salieron a las calles a reclamar lo mismo que reclamaban los cohetes de Gaza: el fin de la represión en Jerusalén Este ocupado y en especial contra los disturbios en la mezquita de Al Aqsa.
Si bien los enfrentamientos en Jerusalén han aminorado desde entonces, las protestas no han parado de crecer, sobre todo en Lod, donde un manifestante árabe murió el lunes por disparos de un ciudadano judío.
A partir de ese incidente, lo que hasta ahora era una convivencia relativamente cordial se convirtó en una situación de violencia identitaria entre vecinos. Residentes judíos dijeron que la población árabe atacó sinagogas, vehículos y residencias de su propiedad, mientras que fieles musulmanes denunciaron la quema de sus vehículos y ataques de grupos judíos religiosos, tanto en las calles como dentro de una mezquita.
Este clima de tensión es el que disparó el nuevo conflicto en Gaza, que amenaza con agudizarse. “Estamos avanzando hacia una guerra a gran escala. Los líderes de todos los bandos tienen que asumir la responsabilidad de una desescalada”, dijo ayer el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland. ■