Sólo el 49% de los chicos completa las clases virtuales
Son de las escuelas primarias públicas. Uno de cada cuatro chicos pierde el contacto con la escuela.
Surge de un relevamiento que realizó el Observatorio Argentino por la Educación, en base a escuelas públicas primarias. Apenas la mitad de los alumnos alcanza a tener clases a distancia los cinco días de la semana. Otro 15% tiene clases sólo algunos días. Y el resto, directamente no tiene clases virtuales en ningún momento. Además, un 10,5% recibe las tareas por chat o fotocopias, y uno de cada cuatro pierde el contacto con la escuela. Es otra señal del deterioro educativo durante la pandemia.
Por las restricciones implementadas en las últimas semanas, son cada vez más los alumnos argentinos que no cuentan con clases presenciales, inclusive los más pequeños, los que van a la escuela primaria y tienen menos autonomía. Ahora, ¿qué hacen esos chicos cuando están en sus casas? ¿Pueden seguir el ritmo de aprendizajes como adentro de la escuela?
Un nuevo estudio, que se hizo entre familias y alumnos de primarias estatales urbanas de todo el país -entre el 29 de marzo y el 18 de abrilmuestra que sólo en el 15,9% de las escuelas los alumnos fueron -hasta ahora- los 5 días de la semana a clase presencial. Y que cuando no asisten, sólo el 48,8% tiene clases de manera virtual todos los días. El 25,6% dijo no tener clases virtuales esos días y el 15,1% que las tienen algunos días sí y otros no.
Un 10,5% respondió la opción de “otra” que, en general, hizo referencia a que no tenían clases virtuales sincrónicas, pero recibían material para leer, estudiar y hacer tarea por fotocopias o de manera virtual, por ejemplo, vía WhatsApp.
La investigación fue realizada por Melina Furman (Universidad de San Andrés), Víctor Volman y Federico Braga para el Observatorio Argentinos por la Educación. Si bien es previa al primer decreto presidencial que interrumpió las clases presenciales en algunas jurisdicciones, sirve para entender cómo se desarrolla la cursada cuando no hay presencialidad.
“Las escuelas primarias se están organizando de maneras muy diversas. En muchos casos, los días en que los alumnos no van presencialmente a la escuela les dan tareas para hacer de modo asincrónico desde sus casas y no tienen encuentros virtuales porque sus mismos docentes están dando clases a la otra burbuja del mismo grado”, explica Furman a Clarín.
¿Cómo planificar bien una clase a distancia para alumnos tan pequeños? Gabriela Krichesky, doctora en Educación (Universidad Autónoma de Madrid) y directora general de la Escuela Comunitaria Arlene Fern, da algunas pistas. Dice que siempre conviene anticiparles a los chicos el tema, el contenido y el formato que va a tener la clase: si se va a trabajar con una fotocopia, si es un cuento o una clase de matemática, por ejemplo. Y que el chico, entonces, tenga todo el material lista antes de empezar.
“Además, hay que buscar los chicos tengan en sus casas el ambiente necesario para que se desarrolle bien la clase. Hay que hacer un trabajo muy fuerte con la familia, acordar normas, poner pautas y ser muy firmes si no se cumplen. Hay que involucrar a los adultos”, agrega Krichesky, que también da clases en la Universidad Di Tella.
Furman afirma que para que las clases virtuales sean efectivas, antes
“tienen que estar bien pensadas”. “Tienen que salir del formato expositivo más clásico (el docente hablando y los alumnos escuchando) y pensarse con un sentido pedagógico. Por ejemplo, planificar la apertura y el cierre de la clase, generar instancias de participación y trabajo en grupo para los alumnos, aprovechar los formatos audiovisuales para presentar el contenido y dar oportunidades a los chicos de reflexionar sobre lo que aprendieron de nuevo”, dice.
Hasta aquí, qué pasa con quienes tienen algo de virtualidad escolar. Ahora, ¿qué hacer con aquellos alumnos a quienes la falta de presencialidad le corta todo vínculo sincrónico con la escuela?
“Es importante que haya otras propuestas de trabajo para esos días en que los chicos están en casa, vinculadas con lo que se hace en la presencialidad, de modo que puedan seguir sosteniendo la rutina de trabajar en las tareas de la escuela cada día”, dice Furman.
Krichesky coincide con el enfoque y enfatiza en la necesidad de mantener la continuidad pedagógica todos los días. “Hay que priorizar que el contacto sea diario con la institución, con la escuela. Los chicos de primaria necesitan contacto con sus compañeros, con sus docentes y también con la escuela. Eso les da pertenencia a un lugar que es de ellos”, dice.
“Para la infancia es muy importante no dejar de ser estudiante ni un sólo día”, afirma.
“La escuela es un espacio que garantiza que los alumnos puedan estar con sus pares y con sus docentes y con el foco puesto en el aprendizaje. Es un espacio muy importante para
sostener el bienestar emocional de los chicos”, agrega Furman.w