Ni la soja arriba de US$ 600 frena la suba del riesgo país: 3,7% en el mes
Entran los dólares del campo y hasta el Banco Central refuerza las reservas. El Embi está arriba de 1.600 puntos.
Esta semana la tonelada de soja llegó a US$ 610. En lo que va del año, el complejo agroexportador ya liquidó US$ 10.000 millones y se perfila a dejar en las arcas del Estado al menos US$ 2.600 millones adicionales a las retenciones previstas.
Sin embargo, la euforia sojera no se traduce en una mejora de la situación financiera de Argentina. Es más: el alza de la soja coincide con una nueva escalada del riesgo país. En lo que va del mes, el indicador de JP Morgan que mide la sobre tasa que debería pagar Argentina por endeudarse, aumentó 3,7% y llega a 1.606 puntos básicos.
En medio de la lluvia de dólares de la cosecha, el Banco Central pasa la red y cada día cierra con saldo a favor. Este miércoles compró US$ 228 millones y ya suma US$ 1.000 millones en lo que va de mayo.
Una vez que pasa la euforia, la avalancha de dólares se desluce al mirar a través del prisma de los múltiples frentes de Argentina: pago de importaciones, deudas con organismos internacionales e intervenciones en el mercado para que no se ensanche la brecha cambiaria ni se escape el dólar.
Pese a que la autoridad monetaria revirtió la tendencia negativa del año pasado y en lo que va de 2021 compró US$ 4.700 millones, los inversores siguen mirando torcido a los papeles locales, que pierden entre 2 y 3% en lo que va del mes y 16% en el año.
"Los rendimientos de los bonos en dólares emitidos bajo ley local muestran un valor promedio de 19,5%, mientras que los títulos emitidos bajo ley extranjera manifiestan un retorno promedio de 17,7%", señaló Gustavo Neffa, de Research for Traders.
Neffa apunta que en la cotización de los títulos "inciden negativamente comentarios del Presidente respecto al pago de la deuda externa y la necesidad de algunos sectores de plantear el uso de los derechos especiales de giro (DEG) del FMI para cubrir necesidades de la economía".
Para Nery Persichini, de la consultora GMA, la incertidumbre es la clave que domina a los mercados. "Por más que la "billetera" pueda estar un poco más grande por estos días, la incertidumbre tiene una raíz de fondo".
El economista apunta que "todavía no se sabe cómo Argentina va a reducir el gasto público de más de 40 puntos del producto, qué reformas quiere o puede encarar ni qué tipo de programa económico sostenible y creíble de largo plazo firmará con el FMI".
Y remarca que "hasta que no haya mayor claridad sobre estos puntos, los inversores seguirán viendo deteriorada la capacidad de pago de la deuda y asignarán elevadas probabilidades de default".
En medio de tantas prevenciones, la buena noticia es que con el nivel de precios y de cosecha actuales, la recaudación extra que aportarían las retenciones agrícolas sería de US$ 2.600 millones versus lo presupuestado, estima GMA. De este modo, los derechos de exportación pasarían de aportar el 1,6% al 2,3% del PBI y ayudarían a reducir el déficit fiscal.
Pero hay otra razón que explica la cautela de los analistas y es que el "alivio" que trae la soja sobre las cuentas públicas no dejaría de ser transitorio. Desde 2004, el valor de la tonelada estuvo por encima de US$ 600 durante menos del 1% del tiempo, precisa Persichini. Y solo estuvo arriba de US$ 500 el 16% de los días.
Tras estos picos. "las correcciones subsiguientes de la soja fueron dramáticas". Por lo tanto, "es un riesgo tomar decisiones de gasto corriente sobre la base de un contexto de precios excepcionales. Es todo lo contrario a un manejo contracíclico, algo en lo que otros países dependientes de commodities, como Chile y Noruega, sí tuvieron éxito", detalla. "La incertidumbre argentina está enormemente vinculada a la política. Lo que el mercado está viendo es que Argentina puede acumular dólares con la cosecha pero inevitablemente se le van en pagos al FMI y a organismos multilaterales. Entonces esa acumulación de dólares es transitoria", señala Juan Ignacio Paolicchi, de la consultora Empiria.w
Una de las preguntas es hasta qué punto el precio alto de los granos será permanente.