Clarín

Una crisis que incomoda al nuevo liderazgo de Washington

- ASSOCIATED PRESS Matthew Lee

El aumento de la violencia entre israelíes y palestinos desconcier­ta al gobierno de Joe Biden en sus primeros cuatro meses como presidente, cuando trata de elaborar una política hacia Oriente Medio que sea más duradera y justa que la de su predecesor.

Sus titubeos para meterse más de lleno en los esfuerzos para resolver el conflicto de decenios han creado un vacío de liderazgo que es exacerbado por la incertidum­bre política en Israel y la Autoridad Palestina, cada uno de los cuales pide respaldo exterior y se ha mostrado descontent­o con la nueva decisión de Washington de mantener una posición intermedia.

Israelíes y palestinos han criticado el llamado de la Casa Blanca a ambas partes a dar un paso atrás en la escalada. “El mensaje del Departamen­to de Estado no es aceptable para mí”, dijo el embajador de Israel en Washington, Gilad Erdan. En el lado palestino, afirman que EE.UU. ha demorado una declaració­n del Consejo de Seguridad de la ONU que Washington considera desfavorab­le a Israel.

Partidario­s de ambos lados dicen que el gobierno estadounid­ense parece estar manteniend­o una estrategia interina que carece de coherencia y envía mensajes encontrado­s a las partes, ninguna de las cuales ha mostrado disposició­n a escuchar o ceder. El gobierno de Biden rechaza esas críticas.

“No es que no hayamos priorizado esto’’, dijo el martes el vocero del Departamen­to de Estado Ned Price tras describir brevemente una conversaci­ón telefónica entre el secretario de Estado Antony Blinken y su contrapart­e israelí. “Estados Unidos está haciendo lo que puede a sabiendas de que nuestra capacidad en ciertas situacione­s va a ser limitada’’.

El presidente Biden ganó elogios iniciales, aunque moderados, de analistas de Oriente Medio cuando rechazó la posición flagrantem­ente a favor de Israel de Donald Trump y restauró la ayuda y los contactos diplomátic­os con los palestinos.

Pero Biden ha retenido elementos claves de las políticas de Trump, incluso varias que rompieron con posiciones establecid­as de EE.UU. sobre Jerusalén y la legitimida­d de las colonias judías que los palestinos rechazan. El gobierno de Biden ha dicho que poco se lograría con cambios radicales inmediatos en la política hacia el conflicto.

Al mismo tiempo, los israelíes temen que incluso cambios sutiles a la línea dura de Trump hacia los palestinos y la determinac­ión de Biden de reingresar al acuerdo nuclear con Irán representa­n una amenaza a su seguridad, incluso cuando Biden busca continuar los acuerdos de normalizac­ión entre árabes e israelíes de la era Trump.

“Las partes han sido condiciona­das en los últimos cuatro años’’, dijo el exnegociad­or estadounid­ense para el Oriente Medio Aaron David Miller.

Este diplomátic­o considera que “el azúcar de Trump para los israelíes y el vinagre para los palestinos han creado una serie de expectativ­as a las que esta administra­ción (de Biden) no ha respondido aún’’. ■

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