Clarín

Podoroska busca su equilibrio

- Mariano Ryan mryan@clarin.com

Nadia Podoroska vivió el miércoles el día más grande e inolvidabl­e de su vida. Es cierto que el año pasado le había ganado a la quinta jugadora del ranking mundial (la ucraniana Svitolina) y llegó a las semifinale­s de Roland Garros provocando un cimbronazo en el Grand Slam francés y en su propia carrera, pero cuando supo que su rival en la segunda ronda de Roma sería Serena Williams, un escalofrío recorrió su espalda. Y ganarle fue hacer realidad un sueño acunado desde muy chica.

La estadounid­ense es una leyenda viviente del ten is. Y a los 39 años y madre de una hija de 3, desde hace tiempo juega contra la historia. Y contra esa obsesión de alcanzar a Margaret Court como máxima campeona de Grand Slams. Williams ganó el primero de sus 73 títulos en el circuito en 1999, apenas dos años después del nacimiento de Podoroska y cuando el tenis ni siquiera estaba en los planes de la rosarina. A ella la eliminó jugando en un nivel parecido al que mostró en Bois de Boulogne hace siete meses. Pero, ¿qué ocurrió? Cuando otra vez los aires triunfalis­tas la rodearon (esa atmósfera jamás surge de ella o de su equipo, está claro), Podoroska perdió en el Foro Itálico y se despidió en los cuartos de final del primer WTA 1000 de su vida ante Petra Martic, quien la superó por 3-6, 6-1 y 6-2 en un partido en el que no pudo contra su propia irregulari­dad más allá de las virtudes de la croata.

Podoroska fue entonces la Podoroska que busca encontrar su estabilida­d y que entiende que de cada partido debe aprender. Ante Williams confirmó que tiene una mentalidad suficiente como para poder bajar del poster a su ídola de la infancia y derrotarla en sets corridos; frente a Martic ratificó que el camino es largo y que aún tiene mucho para mejorar. Lo mejor es que siga haciendo su camino, que siga creciendo, que siga ganando y perdiendo partidos. Su techo nadie lo conoce. Ni ella misma. Pero hay algo seguro: no es una top ten y tampoco una tenista del montón. Simplement­e es Podoroska. Y contra eso también tiene que batallar.w

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