Castillo, proclamado en Perú
Fue luego de rechazar las impugnaciones planteadas por su rival, Keiko Fujimori, que admitió su derrota. El nuevo mandatario asume el cargo el próximo 28 de julio.
El Jurado Nacional de Elecciones confirmó, en forma virtual, el triunfo del candidato de izquierda Pedro Castillo en el balotaje presidencial del 6 de junio, que había sido impugnado por su rival , Keiko Fujimori. Castillo celebró con sus seguidores
El maestro Pedro Castillo fue finalmente proclamado anoche como nuevo presidente del Perú por la justicia electoral de su país. El hecho ocurre luego de que los jurados electorales hubieran tardado un mes y medio en procesar y rechazar más de mil recursos e impugnaciones de la derechista Keiko Fujimori, que persiste en denunciar sin pruebas un "fraude" en el balotaje del 6 de junio.
Horas antes de la proclamación oficial, y a una semana escasa para el cambio presidencial previsto por la legislación vigente en Perú, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) declaró infundados los últimos cinco recursos presentados por Fuerza Popular, el partido de Fujimori, que impedían hasta ahora oficializar los resultados electorales.
Anoche, Keiko Fujimori reconoció el triunfo de su rival izquierdista de Perú Libre como nuevo mandatario, aunque insistió con su idea de que es una proclamación “ilegítima’’.
En una declaración sin opción a preguntas, Fujimori dijo a la prensa que reconocerá “los resultados porque es lo que manda la ley y la Constitución”, es decir, para evitar ser procesada y agregar una nueva causa a su complicado proceso legal en expedientes por corrupción, que la colocan -ahora más que nunca- al borde de la prisión.
Fujimori concedió el triunfo de Castillo casi un mes y medio después del balotaje presidencial de la segunda vuelta, donde Castillo obtuvo el 50,12 % de los votos válidos, con un estrecho margen de apenas 44.000 votos sobre su rival.
La designación formal del ganador se frenó luego de que la derechista pidió anular miles de votos del izquierdista por un supuesto “fraude” orquestado por su rival aunque sin presentar pruebas sólidas. Estados Unidos, la Unión Europea y 14 misiones electorales determinaron que las elecciones fueron limpias. EE.UU. consideró a los comicios un “modelo de democracia’’ para la región.
Esa escasa ventaja fue aprovechada por la derecha peruana para enfatizar la polarización de la campaña electoral y llevar al país a una tensión
El dirigente izquierdista ganó por apenas 44.000 votos de diferencia sobre su rival de derecha.
inédita ante su negativa a admitir los resultados, con exhortaciones incluidas a las fuerzas armadas a desobedecer a Castillo, lo que en la práctica sería un golpe de Estado.
En ese período se han sucedido manifestaciones, especialmente en la capital, que en ocasiones se volvieron5 violentas como cuando el pasado fin de semana un grupo de simpatizantes de Fujimori quiso llegar al Palacio de Gobierno de Lima, en medio del pulso de la candidata presidencial con los órganos electorales.
Desde que el escrutinio ya anticipaba al día siguiente de la votación su tercera derrota consecutiva en unas elecciones presidenciales, la hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), que se postulaba bajo una acusación de más de 30 años de cárcel por presunto lavado de dinero, clamó "fraude sistemático".
En una estrategia muy similar a la utilizada por Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos, Keiko Fujimori intentó anular unos 200.000 votos de zonas andinas, rurales y pobres donde Castillo había obtenido un apoyo abrumador, en su mayoría por presuntas firmas falsas que nunca pudo acreditar.
Lejos de comprobarse las denuncias, numerosos supuestos afectados por este fraude salieron públicamente a desmentir a Fujimori y a reafirmar que las firmas de las actas electorales eran suyas.
Mientras, y pese a no tener la proclamación oficial, Castillo enseguida comenzó a considerarse ganador de los comicios y a actuar como presidente electo con reuniones con distintos líderes políticos, empresarios y delegaciones diplomáticas de países como China, pero sin declarar públicamente a periodistas.
Como ya hizo en la fase final de su campaña, Castillo no ha concedido entrevistas. Ahora, apenas tendrá una semana para tomar las riendas del Estado antes de que el 28 de julio se cuelgue al hombro la banda presidencial, en el mismo día que el país conmemorará los 200 años de su independencia.