Cayó de una terraza con sus hijos: descartan un crimen
Para los investigadores, Huili Ye (32) se suicidó con su bebé de 18 meses y su hija de 4. El marido, internado con Covid.
El peón de reparto camina por Balvanera. A metros de la esquina de Bartolomé Mitre cruza la calle Castelli (a la altura del 190) y cuando llega a la bicisenda frena su carreta zorra en la que traslada bolsas de consorcio que parecen tener ropa. Levanta la rueda y cuando llega el turno de subir a la vereda se encuentra con un ramo de flores. En el piso. Al lado de una manta con peluches. “¿Es de alguien? ¿La pueden correr?”, pregunta.
Los manteros le explican que es un regalo a una persona que falleció el domingo por la tarde. El peón la esquiva y sigue su recorrida por Castelli, como si no creyera lo que le dicen. “La familia vivía en el octavo piso”, le cuenta uno de los manteros a Clarín.
Lo que ocurrió es que, cerca de las 17.30 del domingo, una mujer de nacionalidad china identificada como
Huili Ye (32) se tiró desde la terraza de su edificio. Lo hizo junto a su hijo de dieciocho meses, que también falleció a su lado. Cerca de ellos cayó la otra hija de Ye, de 4 años.
A las flores las dejó una persona de la misma nacionalidad. Las apoyó sobre el piso y siguió su camino, sin hablar con nadie.
“Está completamente descartado todo tipo de homicidio o ajuste de cuentas”, le explica un investigador a
Clarín. Y argumenta: “El lugar donde cayeron los cuerpos corresponde a
alguien que se dejó caer; que no fue empujado. Encontramos dos cuerpos juntos, que son el de la mujer con su hijo menor. Y a un costado el de la hines ja. Entendemos que Ye la empujó y luego se tiró con el bebé”.
“Lo único que te puedo decir es que llevaba al menos dos años viviendo acá”, cuenta un vecino que sale del edificio. “Si la cruzábamos, por lo general estaba con sus hijos. Era muy cerrada. No hablaba más que un 'hola y chau'. Tenemos entendido que era ama de casa; su marido era el único que trabajaba fuera del hogar”, agrega.
Clarín se contactó con organizacio
de ciudadanos de la nacionalidad china, con sede en el barrio. “Preguntamos por ella pero nadie dice conocerla. Nadie sabe nada. El tema es que los chinos son temerosos, y cerrados. No saben si pueden hablar”, fue la respuesta.
Los investigadores sí llegaron a un dato, a partir de comentarios de vecinos. “Lo que nos dijeron es que había intentado suicidarse, y que la frenaron. Su único familiar en el país es su marido. Se encuentra internado
con Covid en terapia intensiva. Con lo cuál si padece un tipo de patología depresiva, no tuvo a nadie que la frenara”.
El marido tiene 32 años y se encontraría en el Hospital Álvarez. Al parecer, no contaba con un trabajo estable. Algunos comerciantes de la zona afirmaron que se la rebuscaba ofreciendo bolsas para embolsar productos. Pero todos coincidieron en un comentario: “Pobres los chicos. Ellos no tenían nada que ver”.