Congelamiento: “El remedio elegido por el Gobierno prolonga la enfermedad”
Las últimas medidas para contener los precios podrían frenar la reactivación y agravar la tendencia al estancamiento con inflación. Esa es una de las principales conclusiones de un informe elaborado por IeralFundación Mediterránea, sobre el impacto del congelamiento de precios de más de 1.400 productos, la política tarifaria y cambiaria.
En los últimos diez años de estanflación, la mayor parte del tiempo la economía argentina convivió con cepos de diversa intensidad y el “remedio” prolongó la “enfermedad” del estancamiento con inflación. Esto se debe a que, según el estudio, al establecerse controles de precios, al cambio, a las tarifas, “se está apagando un GPS valiosísimo para la economía: el sistema de precios”.
“El problema está en que, al reprimir las fluctuaciones de los precios a través de los controles, se amplifican los ajustes por cantidades. Es lo que habrá de ocurrir de persistir el gobierno con los últimos anuncios vinculados al congelamiento de un amplio listado de productos”, señaló el Ieral.
Para el think tank, esto también se observa en el caso de la energía, cuando al fijarse tarifas debajo de los costos, se incentivaba una mayor demanda y, en forma simultánea, se desalentaba la oferta y la inversión.
“Las últimas noticias vinculadas a controles de precios son una respuesta oficial al fracaso de la tablita cambiaria implementada desde comienzos de año”, apuntó el informe elaborado por los economistas Jorge Vasconcelos, Guadalupe Gonzalez y Marcos O`Connor.
El Central decidió este año anclar el dólar con subas por detrás de la inflación para de esa forma contener los precios. Pero como estos controles se utilizan para traspasar límites del déficit fiscal, emisión monetaria, y nivel de reservas, los analistas estiman que a largo plazo “se alimentan expectativas de corrección brusca”. Según su proyección hasta fin de año, el tipo de cambio subirá en diciembre un 23,87%, los precios minoristas 52,16% y los mayoristas 56,4%. La brecha llegaría así a 28,3 puntos porcentuales con los precios minoristas y 32,5 puntos porcentuales con los mayoristas, cuando estos últimos en condiciones normales tienden a copiar la trayectoria del dólar oficial.
Ieral comparó esas distorsiones con la “Tablita” del ministro de Economía de la última dictadura, José Martinez de Hoz. En aquel momento, la brecha entre precios mayoristas y dólar acumuló 41,7 puntos porcentuales por año hasta marzo de 1981 y la diferencia con los precios minoristas, 28,6 puntos, un margen similar al actual.