Clarín

El país arranca la tercera ola de Covid con 300% más muertes que la media

Saldo en rojo. Argentina está en el puesto 11° en decesos por millón de habitantes. La vacunación avanzó, pero en octubre la aplicación de segundas dosis bajó.

- Pablo Sigal psigal@clarin.com

Quince días antes de que la variante Delta comenzara a llamarse Delta, cuando todavía se la conocía por su nombre de origen (de la India), Argentina atravesaba el peor momento de su segunda ola. En la semana del 16 y el 22 de mayo de 2021 el país contabiliz­ó 215.403 casos de Covid, a razón de 30.771 por día. Fue el pico.

Esa cantidad de contagios derivó en una excesiva cantidad de muertes en tiempos en que la vacunación era más una promesa que un hecho. Si bien la campaña de inmunizaci­ón había comenzado a fines de diciembre de 2020, el país pudo alcanzar un nivel más razonable de aplicacion­es a partir de junio.

El 1° de junio la OMS decidió cambiarle el nombre a todas las variantes para no estigmatiz­ar los lugares donde habían surgido. La Delta había nacido en diciembre del año pasado, por lo que demoró diez meses en impactar en Argentina. Eso que ha empezado a suceder ahora -aunque en los casos cotidianos se refleje aún tímidament­e-determina el inicio de la tercera ola de Covid.

Argentina arranca esta nueva etapa de la pandemia con saldo en rojo: tiene el cuádruple de muertes por millón que el promedio mundial y 3,7 veces más casos por habitantes. Según el sitio Worldomete­rs, el mundo tiene 633 muertes por millón, mientras que para Argentina ese índice es de 2.531. Es decir, un 300 por ciento más. En casos, la relación es de 31.133 a nivel global contra 115.336 local: 270 por ciento más.

La desproporc­ión también puede verse al comparar qué cantidad de muertes y casos absolutos ha acumulado Argentina con respecto al mundo. El total argentino de decesos por Covid representa 2,34 por ciento de todos los registrado­s en el planeta y los casos, el 2,17 por ciento de los globales. Pero Argentina tiene el 0,58 por ciento de la población mundial.

Por otra parte, el país evidencia una letalidad más elevada que el promedio global. El 2,19 por ciento de las personas que contrajero­n el nuevo coronaviru­s murieron, mientras que el índice mundial es del 2,03 por ciento. La letalidad en Brasil es del 2,78 por ciento; en Colombia, 2,54; en Chile, 2,24; en Uruguay, 1,55; en Bolivia, 3,72; en Paraguay, 3,52.

En ese contexto Argentina tiene un alto hándicap contra la pandemia: está en el puesto 213 de los países más densamente poblados, con 17 habitantes por kilómetro cuadrado. Brasil tiene 25; Perú y Chile, 26; Estados Unidos, 45; Francia, 120; Italia, 196; e Israel 429, por nombrar sólo algunos ejemplos.

Nuestro país comienza la tercera ola ubicado en el puesto 11° del mundo en cantidad de muertes por millón de habitantes. Con la salvedad de que sólo cuatro países que la anteceden tienen una población que supera los 9 millones de habitantes: Perú, República Checa, Hungría y Brasil. El resto de los países tienen población más pequeñas.

La “explosión” de la variante Delta encontrará a la Argentina con un nivel de esquemas completos de vacunación más robusto que el de hace dos meses, aunque sigue en zona delicada. El país ha logrado avanzar a mejor ritmo entre agosto y septiembre, pero en octubre la aplicación de segundas dosis bajó más de un 30 por ciento con respecto a los meses anteriores.

El 55 por ciento de la población ha recibido los dos pinchazos. Entre los mayores de 18 años, esa proporción alcanza al 80 por ciento. El 20 por ciento de los adultos que aún no está completame­nte vacunado será el que quedará más expuesto ante la Delta, que es un 60 por ciento más contagiosa que la Gamma, la variante dominante hasta ahora.

La capacidad instalada del país para vacunar a su población ha tenido que repartirse a partir de octubre entre los adultos y los menores, al haberse incorporad­o tanto a los adolescent­es como grupo objetivo del operativo como a los chicos de 3 a 11 años, a partir de la aprobación de las vacunas de Pfizer y Sinopharm para cada uno de estos segmentos etarios.

Aproximada­mente el 80% de los 57 millones de dosis que Argentina aplicó hasta ahora se suministró después de junio. Eso provocó una fuerte debilidad durante la segunda ola, pero ahora frente a la Delta podría ser una fortaleza: una inmunizaci­ón con poco tiempo de deterioro.

A la vez hay una gran incógnita. Su respuesta se corroborar­ía recién sobre la marcha de la tercera ola: esto es, cómo responderá ante la Delta la población que fue vacunada hace más de 6 meses, sin haber recibido el refuerzo de una tercera dosis. Se sabe ya que en todas las vacunas la cantidad de anticuerpo­s neutraliza­ntes baja con el tiempo, pero esto se ha visto de forma más categórica en las vacunas de virus inactivado.

Tanto es así que la propia Organizaci­ón Mundial de la Salud ha recomendad­o la aplicación de terceras dosis para los vacunados con Sinopharm y Sinovac. En el país se aplica sólo la primera de esas dos vacunas chinas. Ante la alerta de la OMS, el Gobierno hasta ahora sólo ha dicho que el tema está en análisis, sin dar precisione­s sobre un plan concreto de acción. ■

Argentina también evidencia una letalidad más elevada que el promedio global.

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REUTERS Impactante. El país ya registró 115.819 víctimas fatales por coronaviru­s desde el inicio de la pandemia.

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