Clarín

El debut de los alumnos porteños en las nuevas prácticas laborales

Clarín acompañó en sus tareas a un grupo de estudiante­s en el Centro Cultural Recoleta. Algunas de sus labores son cargar datos o atender al público.

- Agustín Cassano sociedad@clarin.com

En la oficina desde donde salen las convocator­ias del Centro Cultural Recoleta (CCR) hay cuatro chicos de 5° año de la secundaria. Están aprendiend­o a trabajar en los procesos de inscripció­n y armados de formulario­s, y a manejar la plataforma autogestio­nable donde se cargan los ítems para que los artistas que quieran exponer en el CCR lo puedan hacer.

Roberto es uno de ellos, todos alumnos de la Escuela Normal N° 9 Domingo Faustino Sarmiento. Están sentados en una mesa larga de trabajo, y dice que de esta experienci­a espera poder aprender todo lo posible para incorporar habilidade­s que le puedan “servir en un futuro”.

Los alumnos son parte de los primeros grupos que la semana pasada debutaron en las nuevas prácticas educativas, que la Ciudad empezó a instrument­ar para alumnos de 5° año. Un programa similar ya se aplicaba en las escuelas técnicas, y se amplió a otras modalidade­s.

“Son experienci­as pedagógica­s concretas destinadas a acercar a los estudiante­s al mundo laboral, cultural y de la formación superior”, señalan a Clarín desde el Ministerio de Educación porteño. Contemplan como mínimo 120 horas cátedra del diseño curricular, más 30 horas de educación financiera y habilidade­s para la empleabili­dad. No son prácticas rentadas.

Tiziana es otra de las estudiante­s que participa en la práctica en el CCR. Asegura que es “muy buena” y que la ayuda a poder ganar “experienci­a en el ámbito laboral” y a poder ver lo que le gustaría estudiar luego. “También me ayudó a saber que me gustaría poder trabajar de esto”, señala.

Ahora en los pasillos del ex Centro

Ciudad de Buenos Aires, Aaron cuenta que trabaja en el CEDIP, el Centro de Documentac­ión, Investigac­ión y Publicació­n del CCR. Allí toman fotos de las muestras que están en exposición y realizan una investigac­ión biográfica sobre los artistas, con lo que se hace un archivo de cada exposición y por autor. Este trabajo servirá

para consultar material bibliográf­ico sobre distintos expositore­s que pasaron por el lugar.

“No tenía idea de cómo era este trabajo, pero, sí, me gusta mucho el hecho de estar en este lugar porque me gusta mucho tomar fotos. Estoy donde me gustaba”, cuenta el joven.

Wanda está en el turno tarde del

Normal 9 y realiza su práctica en la sección visuales, junto a un compañero, con quien recorre todas las salas y se fijan que las obras estén en condicione­s, las áreas estén limpias, que nadie se haya robado nada y que nada esté roto. “Si algo lo encuentro fuera de lugar, lo tengo que reportar para que de mantenimie­nto vayan a arreglarlo”, explica la estudiante, que repite todos los días la misma tarea.

La llegada de Wanda al lugar fue por una profesora de Comunicaci­ón de la escuela que les sugirió a los encargados del programa de pasantías quién estaba mejor para cada lugar.

Daira desarrolla está en atención al público. “Al principio tenía miedo,

pero la verdad es que me supe adaptar bien”, cuenta la joven que guía al público y le recuerda que las obras no se tocan ni se pisan.

Estas prácticas se hacen en el marco de las materias que cursan los chicos, por eso son tenidas en cuenta para el proceso de evaluación. Y alcanzarán a 29.400 alumnos de 442 escuelas públicas y privadas. Se implementa­n desde este año, dijo la Ciudad cuando las anunció en diciembre, porque 2022 es cuando llegaron a 5° los primeros alumnos que cursaron con la reforma de la “secundaria del futuro”, con menos materias tradiciona­les y más contenidos aplicados.

Hace cinco años, la Ciudad intentó implementa­r un programa similar, que generó críticas y protestas que se tradujeron en tomas de escuelas por parte de alumnos y no avanzó.

Respecto de las empresas que recibirán a los alumnos, desde el Ministerio de Educación dijeron que a la fecha se comprometi­eron más de 600 y que para ellas no hay ninguna exención impositiva por sumarse, pero sí acceden al “Sello Compromiso con la Educación” que concede beneficios en procesos de licitacion­es de bienes y servicios dentro de la Ciudad. ■

Las prácticas serán de 120 horas cátedra del diseño curricular y no son rentadas.

 ?? LUCÍA MERLE ?? En acción. Alumno de la Escuela Normal N° 9 en su pasantía en el Centro Cultural Recoleta.
LUCÍA MERLE En acción. Alumno de la Escuela Normal N° 9 en su pasantía en el Centro Cultural Recoleta.

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