Otra de policías disparejos
Comedia, acción y persecuciones automovilísticas en esta película protagonizada por el actor de “Lupin”.
Acción. Francia, 2021. Título original: “Loin du Périph”. 121’, SAM 16. De: Louis Leterrier. Con: Omar Sy, Laurent Lafitte. Izia Higelin, Dimitre Storoge. Disponible en: Netflix.
La habilidad para congeniar gags, acción y no utilizar nunca jamás la cámara fija, habrá llamado la atención sobre Louis Leterrier. El director de las dos primeras de El transportador, con Jason Statham, de repente se enjer, cuentra dirigiendo a Vin Diesel y Jason Momoa en la décima de Rápido y furioso. Y mientras filma en Los Ángeles, estrena en Netflix Incompatibles 2, dirigiendo a un conocido suyo como Omar Sy, con quien ya había trabajado en tres episodios de Lupin.
Protagonizan esta comedia de acción, una vez más, dos policías que no se llevan bien pero que al final sí, que se contradicen, que se gastan, y están detrás de la misma mujer. Hay alguna que otra escena de violenciaque hace que Incompatibles 2 no sea para ver en familia con los chicos.
Al estilo de Arma mortal o 48 horas, se repite la fórmula de policía blanco y policía afroamericano. Aquí, afroeuropeo, porque esta es una realización francesa. Y ya sabemos que los franceses no han tenido mucho que envidiarle en cuanto al cine de acción policial a Hollywood.
La actualidad se cuela en la trama y en los diálogos. Hay personajes racistas y fascistas – en la primera película, de 2012, los chistes racistas abundaban- y Francois, antes de acostarse consentidamente con una muRobert le hace una serie de preguntas “porque ya no es como antes”.
Como en tantas de estas películas que son secuela de un éxito, los guionistas se preocupan por que haya algún guiño para los que vieron la primera, pero no hace falta haber visto aquella para entender esta.
Ousmane (Sy, de Amigos intocables y Jurassic World) y Francois (Laurent Lafitte, actor de La Comédie Francaise) son dos policías muy diferentes, que ya tuvieron que lidiar con un caso de un homicidio una década atrás, pero la vida los ha separado. El primero ha escalado y es comisionado; el segundo se cree lo más, pero sus problemas con las mujeres -por lo general, las mujeres de otros- lo dejaron mal parado en su carrera en la institución y es simplemente teniente.
Un cadáver partido al medio es el que, paradójicamente, los vuelve a unir, si se puede utilizar el verbo. Y lo que parece ser un caso relacionado con el narcotráfico en un pueblito cerca de la frontera con Suiza, tiene otras derivaciones, más de conspiración que de revuelta política. ■