Piotr Beczala y un debut glorioso
Piotr Beczała (tenor), Camillo Radicke (piano).
Lugar: Teatro Colón. Fecha: sábado 7 de mayo. Ciclo: Apertura temporada 2022, Mozarteum Argentino.
Especial para Clarín
Piotr Beczala es un tenor superlativo y, en su debut en el Teatro Colón para la apertura de la temporada 2022 del Mozarteum Argentino, descolló de punta a punta.
La institución celebra este año su 70mo. aniversario. Antes del concierto, el hijo de Jeannette Arata de Erize (1922-2013), presidenta y fundadora honoraria del Mozarteum durante más de medio siglo, agradeció al tenor por haber esperado dos años para concretar su presentación.
La voz de Beczala llegó en su mejor momento: todo su espectro vocal es deslumbrante. Nunca se escuchan tensiones ni dificultades técnicas, y esa seguridad se une con una gran capacidad para conectar con la naturaleza emocional de la música. La selección inteligente del programa representa el repertorio del tenor, que lleva 30 años de carrera, y le permite desplegar su sinfín de cualidades.
La carta de presentación fue una
vigorosa versión de Questa o quella, aria de Rigoletto, y continuó con Di'tu se fedele il flutto m'aspetta (Un Ballo in Maschera). El espíritu afirmativo de las arias le permitió a Beczala mostrar su gran presencia escénica y hacer escuchar su poderoso caudal de voz, con una extraordinaria homogeneidad en todos los registros.
El tenor arrancó aplausos y ovaciones con Mattinata, de Leoncavallo. Luego, Verdi: Quando le sere al placido (Luisa Miller) y Ah, si ben mio (Il Trovatore), ambas resueltas con una línea depuradísima y ese maravilloso fraseo que caracteriza al tenor polaco.
Beczala ofreció una rica fusión de tenor lírico-spinto. Un aire fresco siguió con la selección de tres canciones de Tosti. Fue magnifico cómo el canto suave de Beczala, con una voz media perfectamente calibrada, se sostuvo en apenas un hilo sin perder nunca la firmeza.
Siguiendo con la inteligente línea de mezclar canciones y arias, vino una interpretación encantadora, siempre con una flexibilidad y expresividad exquisitas, de tres canciones de Stefano Donaudy.
Un Sueño, de Rachmaninoff, introdujo un tono más intimista. El colorido vocal que desplegó el cantante fue notable junto con el refinamiento pianístico de Radicke. Es prodigioso cómo Beczala armó un mundo emocional para cada uno de los temas de las canciones: la patria, la naturaleza, la nostalgia de la tierra y la esperanza por la llegada de la primavera. El aplauso final fue atronador para un tenor que lo entregó todo. ■