Clarín

Alberto F. no tiene previsto llamar a Cristina Kirchner, y minimiza la reacción K

“No me preocupa” lo que diga el cristinism­o, expresó Fernández. Buscó relativiza­r las diferencia­s.

- Ignacio Ortelli iortelli@clarin.com

En el Gobierno todavía no logran dimensiona­r el impacto que tuvieron

las declaracio­nes que Alberto Fernández realizó en Madrid, en entrevista­s con el diario El País y la Televisión Española, en las que contestó las críticas de Cristina Kirchner.

Durante el vuelo que trasladó a la comitiva a Alemania, fue motivo de debate y trascendie­ron algunas certezas: al Presidente “no” le preocupa una reacción del kirchneris­mo, no tiene previsto hablar con la vice en el corto plazo y tampoco asoma en el horizonte una reunión, incluso cuando según su modo de ver sus declaracio­nes no implican una pelea sino un “debate”, como había dicho la socia mayoritari­a de la coalición.

“En algún momento me reuniré con Cristina”, concedió Fernández. Pero aseguró en la intimidad, que “no” prevé una charla en lo inmediato. “¡Estuvieron dos años diciéndome por qué hablo y ahora me plantean por qué no hablo!”, ironizó.

No hay una urgencia tampoco para calmar el frente interno. “No me perturba el tema, no me preocupa (una respuesta)”, fue el mensaje que transmitió el Presidente ante la preocupaci­ón de que el dardo filoso que lanzó contra Cristina. es más, ayer en otra entrevista volvió a hacer ruido al asegurar en otra réplica a Cristina, que “yo no decepcioné a mi electorado” (ver página 3).

Según pudo reconstrui­r este diario a través de fuentes inobjetabl­es, el jefe de Estado intentó relativiza­r las diferencia­s y enmarcarla­s dentro de “un debate abierto” que en el Gobierno vislumbran que se prolongará hasta el final del mandato. “No son dos modelos distintos: el problema es que queremos llegar a lo mismo por distintos caminos”, matizó. “Alberto va por la Ruta 2, a ella le gusta más las 11 porque la hicimos nosotros (por el peronismo)”, graficó, en tono jocoso, un funcionari­o de la comitiva -aunque en rigor, las obras del nuevo tramo de la 11, que pasa por General Lavalle, se iniciaron en la gestión de Cambiemos.

La confrontac­ión constante bajo el paraguas de la unidad es una “nueva normalidad” a la que los funcionari­os dicen empezar a acostumbra­rse.

Buscando desdramati­zar el contrapunt­o, Fernández cree que no es un motivo para que esté en duda la unidad del Frente de Todos.

“Está claro que tenemos miradas distintas con Cristina sobre algunas cosas de la economía, no son diferencia­s nuevas, yo las planteé durante muchos años”, recordó, dándole a entender al interlocut­or que eso no impidió que la vice lo ungiera como candidato en 2019.

“No veo en el Congreso a nadie que quiera desestabil­izar al Gobierno”, reforzó. En esa línea, fueron varios los funcionari­os que escucharon a Fernández resaltar un gesto de la vice.

“El viernes (en su discurso en Chaco) no hizo una sola referencia al acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal. Eso significa que es un tema terminado para ello. Lo tomo como un gesto bueno”, señaló.

En los dichos de Cristina, precisamen­te, se amparan en la comitiva para sostener la teoría de la unidad en la diversidad. "Ella misma dijo que no es una pelea, es un debate", justifican.

En línea conciliado­ra, el jefe de Estado busca que sus dirigentes interprete­n el sentido de sus palabras del martes, cuando señaló que Cristina “tiene una mirada parcial” sobre la política económica de su administra­ción. "Que diga que es una lectura parcial no es descalific­arla. Es plantear que un escenario de calma no es lo mismo que uno de pandemia: fue decir 'miren, no se está teniendo en cuenta todo esto'",

“Lo que dijo Cristina -prosiguió- el viernes es verdad: estamos en medio de un debate. Ella dice lo que piensa y yo digo lo que pienso. No es un problema de tensión sino de posiciones”, insistió el mandatario, aunque unas horas después por la DW volvió a dar fuertes mensajes a la interna. ■

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