Clarín

Problemas en la Unión Europea para el embargo total al petróleo de Moscú

Intenta convencer a Hungría de que deje de comprar crudo a Rusia. Y crecen las presiones a Orban, aliado de Putin.

- Idafe Martin

El gobierno de Hungría sigue siendo el gran obstáculo para que la Unión Europea (UE) apruebe su sexto paquete de sanciones a Rusia, el que incluye la prohibició­n gradual de comprar crudo ruso y sus derivados, además de la expulsión de Swift del Sberbank, el mayor banco ruso con el 37% de su mercado.

Hungría se niega y asegura que la propuesta sobre la mesa es una “bomba atómica económica”. El gobierno del primer ministro Viktor Orban asegura que su dependenci­a energética de Rusia no tiene alternativ­as y que cerrar esos grifos pondría en peligro la seguridad del país.

Orban tiene en parte razón (tiene muy pocas conexiones más allá de las que conectan a Hungría con Rusia a través de Ucrania) y la Comisión Europea, en su borrador de sanciones, había previsto un período mayor que al resto de países, de hasta dos años y medio en el caso húngaro, para dejar de comprar petróleo ruso y buscar alternativ­as.

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, viajó el lunes pasado de urgencia a Budapest para convencer a Orban pero volvió a Bruselas con “progresos”, pero sin la luz verde del húngaro. Tras la reunión en Budapest, Von der Leyen debía haber organizado ayer martes una videoconfe­rencia con los jefes de gobierno de los países vecinos de Hungría pero desistió porque Orban no daba señales de ceder.

Así que en el brazo ejecutivo de la UE se estudia ahora ir un poco más allá y financiar ya con fondos europeos la diversific­ación energética húngara. La Comisión Europea debe presentar (en principio el miércoles 18) su estrategia energética para que el bloque deje de depender de Rusia.

También otras propuestas como aumentar de 32% a 40% el uso de energías renovables de aquí a 2030. En esa “RePower Europe” se podría incluir ya, esperan en el entorno de

Orban afirma que su dependenci­a de Moscú no tiene alternativ­as y buscan compensarl­o

Von der Leyen, conexiones energética­s para Hungría hacia por ejemplo el Mar Adriático a través de Croacia o hacia Austria, que está conectada con Italia.

Budapest ya está conectado con la costa croata (por el puerto de Rijeka) con un oleoducto (Adria Oil) que en principio servía para encaminar el petróleo ruso hasta Croacia y que podría invertirse pero cuya capacidad sería insuficien­te.

Eslovaquia, que tiene los mismos problemas de aislamient­o energético que Hungría, recibiría un tratamient­o similar. También se daría a Hungría y Eslovaquia hasta dos años y medio (hasta fines de 2024) para dejar de comprar crudo ruso. República Checa tendría hasta junio de 2024.

La Comisión Europea podría cansarse de la actitud de Orban (es el más fiel aliado de Putin en Europa) y simplement­e abandonar el embargo petrolero como sanción. Los otros 26 podrían anunciar que dejan de comprar petróleo ruso, pero Bruselas cree esencial mantener la unidad de los 27 en este asunto porque las sanciones se renuevan cada año por unanimidad. Los embajadore­s de los 27 se reunieron ayer miércoles para intentar avanzar en el bloqueo húngaro que atrasa la puesta en marcha del sexto paquete de sanciones. Sin progresos a la espera de que Budapest se convenza cuando Bruselas le presente la propuesta de financiaci­ón.

La UE le paga diariament­e a Rusia US$ 450 millones por petróleo y otros 400 millones por gas natural, según el centro de investigac­ión Bruegel en Bruselas. Europa, el mayor comprador de crudo ruso, recibió en 2020 el 53% de las exportacio­nes rusas de ese mineral. La UE, que importa casi todo su crudo, satisface una cuarta parte de sus necesidade­s con crudo de Moscú.

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AP Humo. Una planta de almacenami­ento de petróleo en Odesa, tras un reciente ataque de las fuerzas rusas.

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