Detienen al esposo de una mujer que apareció enterrada en su vivienda
El cadáver de Nora Laura Escobar (44) estaba bajo una losa en el patio de la casa, en Granadero Baigorria.
“No puedo siquiera ver a mi mamá ahora por todo el tiempo que la tuviste en el patio de tu casa, tirándole cemento en el cuerpo. Sos siniestro y psicópata”. Es el testimonio de Karen Gigena (26), hija de Nora Laura Escobar (44), asesinada en Granadero Baigorria, a 10 kilómetros de Rosario.
El cuerpo de Nora estaba junto a su perro, debajo de una flamante losa hecha en el patio de la casa donde vivía con su ex marido, Gregorio Brítez (52), en Liniers al 1700. Lo encontraron en un segundo allanamiento realizado el martes. El hombre es el principal sospechoso del femicidio y fue detenido por la Gendarmería ayer a la tarde en Misiones. Creen que estaba por cruzar a Paraguay.
En marzo del año pasado, Norma, casada con Brítez en abril de 2019, lo denunció por violencia de género y logró que le impusieron una restricción de acercamiento. “El celular de Nora estuvo encendido y se ubicaba en su casa hasta el 22 de abril hasta las 22,12”, explicó la fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos que investiga el caso, Marisol Fabbro. Ese día, la víctima desapareció.
Karen denunció la desaparición de su mamá en la Comisaría 24 de Granadero Baigorria porque el domingo 24 no fue a trabajar. También le preocupó que no se presentara a correr la Maratón Puerto Norte, en Rosario, a la que se había inscripto, ya que era una amante del running.
El lunes pasado, el día previo al hallazgo, la joven hizo otra presentación ante la Fiscalía Regional 2 de Rosario. Fuentes judiciales sostuvieron que, en el primer allanamiento realizado luego de la denuncia, ya estaba el cuerpo debajo del cemento, pero, como no se rompió, los perros no pudieron encontrarlo.
Levantó sospechas la losa construida por el hombre -que era albañilen el patio trasero de la vivienda que alquilaba, tras la denuncia de Karen. Los vecinos de la pareja declararon que vieron a Nora doce días atrás y escucharon gritos y vidrios rotos provenientes de la casa. Brítez había dicho que desde octubre no la veía.
La familia manifestó su indignación en las redes. “En el primer allanamiento, la Policía dijo que no podía detenerlo porque no había con qué, pese a que él tenía denuncias y testigos decían que se contradecía, denuncias por violencia de género de parte de varias mujeres”, escribió la sobrina de Nora, Noelia Barria (23).
Agregó que no detuvieron a Brítez, aunque hizo “una compra de materiales de construcción sospechosa porque, como alquilaba, no podía construir y dijo a la dueña del departamento que, si sentía olor a pintura, era porque pintó la cocina”.
La hija de Nora contó: “cuando fui a preguntarte por mi mamá, me quisiste hacer pasar. Estabas cocinando como si nada. Me dijiste ‘tu mama está loca, se habrá ido con otro a Córdoba´”. Hasta ahora no se sabe cómo murió la mujer, cuyo cuerpo presenta heridas de arma blanca. La autopsia se hará con el protocolo para femicidios. En todos los ambientes de la casa detectaron rastros de sangre.
La Justicia no pudo corroborar si el hombre se escapó minutos antes del segundo allanamiento. La puerta de acceso a la casa estaba cerrada por dentro, el televisor estaba encendido y estaban cerradas las puertas con salida al patio. “Así como encontramos a mi mamá te vamos a encontrar a vos. Tenías todo calculado. Fuiste a lo de mi abuela a decirle que no pudiste dormir pensando dónde se había ido la “Flaca”. No puedo más de la bronca, impotencia, asco, repugnancia, saber que estuve hablando con vos y tenías a mi mamá ahí. Aparecé”, escribió Karen en sus redes.
Fuentes de la investigación confirmaron que una vecina vio entrar a Brítez con un amigo -que fue detenido el martes y será imputado por “encubrimiento agravado”- y no los volvió a ver. Si se comprueba que encubrió el femicidio, el Código Penal agrava la pena y corresponde una condena de entre uno a seis años de prisión. En el auto del hombre se constataron rastros de sangre.
En un principio dijo que hacía varios meses no veía a Brítez y que no mantenían contacto. Pero, al volver a declarar, se desdijo y sostuvo que lo había visto hacía dos días, porque el sospechoso le había pedido dinero para irse a otro lugar.w