Fuerte repudio por la represión israelí en el funeral de la periodista de Al Jazeera
Fue asesinada de un balazo en la cabeza. Biden, la ONU y la UE condenaron la acción policial en el funeral.
Una brutal represión por parte de la policía israelí en el funeral de la periodista estadounidense-palestina Shireen Abu Akleh generó un escándalo mundial. El presidente norteamericano Joe Biden pidió una investigación sobre el bochornoso suceso con la policía atacando y haciendo que se caiga el féretro con los restos de la famosa periodista de la red Al Jazeera.
También el secretario general de la ONU, António Guterrez condenó el episodio y se consideró “profundamente afectado”por el accionar policial.
Akleh murió de un disparo en el rostro el miércoles en Jenin durante una represión de las fuerzas de seguridad en un campo de refugiados en los territorios palestinos ocupados por Israel desde 1967.
El gobierno del primer ministro Naftali B ennett afirmó inmediatamente después del suceso que el disparo pudo ser realizado por grupos palestinos. Pero el fotógrafo que acompañaba a la periodista, dijo que en el lugar no había palestinos armados, pero si soldados israelíes con armas. La mujer llevaba casco y chaleco que la identificada claramente como periodista.
La red Al Jazeera acusó abiertamente a Israel de “matar deliberadamente y a sangre fría” a su periodista estrella.
La crisis en Oriente se ha venido agravando después de una serie de atentados y se multiplicaron las razias en los territorios ocupados donde se concentra la protestas en demanda de un Estado palestino. También el gobierno de Bennett acaba de anunciar la puesta en marcha de un programa para construir miles de viviendas en la Cisjordania palestina, otra decisión que molestó especialmente a Estados Unidos, el país que mayor ayuda militar brinda a Israel.
Los incidentes estallaron cuando la policía, sin aclararse el motivo, intentó dispersar a la multitud tras la salida del hospital del féretro de la reportera.
Imágenes transmitidas por Palestine TV muestran que el ataúd casi cae al suelo mientras los policías descuidando lo que sucedía con el ataúd, seguían golpeando a las personas que ondeaban banderas palestinas.
Según la Media Luna palestina, 33 personas resultaron heridas durante el funeral, seis de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas.
Según algunos testigos, un policía con un megáfono exigió a los participantes del funeral que dejaran de entonar canciones nacionalistas, demanda que no fue acatada y por eso se decidió la violenta represión.
La Unión Europea (UE) se declaró “consternada” por este uso “inútil” de la fuerza y Estados Unidos se dijo “profundamente perturbado” por las imágenes del funeral. “Deploramos la intrusión en lo que debería haber sido una procesión pacífica”, declaró la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Los restos de la popular reportera de la cadena qatarí Al Jazeera, una cristiana de 51 años nacida en Jerusalén Este, fueron finalmente llevados hasta una iglesia de Jerusalén, donde se le dedicó una misa.
Las calles aledañas estaban repletas de personas que vinieron para despedirse de la periodista.
La multitud siguió luego al féretro hasta un cementerio cercano a la Ciudad Vieja, donde Shireen Abu Akleh fue enterrada cerca de sus padres.
La Autoridad Palestina, dirigida por Mahmud Abbas, ha rechazado la idea de una investigación conjunta con Israel y declaró que quería remitir el caso a la Corte Penal Internacional.
El anuncio del deceso de Shireen Abu Akleh conmocionó a la población palestina y al mundo árabe, que había seguido durante más de dos décadas sus reportajes en Al Jazeera.
La BBC de Londres le dedicó un extenso espacio en el cual destacó el nivel profesional de la colega en la complicada cobertura de la región.
En varios territorios palestinos surgieron protestas espontáneas y una calle de Ramallah, la capital de la Cisjordania palestina ocupada, fue rebautizada con su nombre. Miles de palestinos ya le rindieron homenaje el jueves durante una ceremonia en esa ciudad, que es la sede de la Autoridad Palestina de Cisjordania.
Los analistas temen que esta violencia que se va espiralando acabe con una rebelión del estilo de las intifadas con el continuo bloqueo de la solución de dos estados a la crisis de Oriente Medio.