Boric analiza militarizar nuevamente el Sur mapuche chileno y choca con el PC
Buscaría que las FF.AA. protegan caminos e infraestructuras. Dura oposición de sus aliados comunistas.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, vive horas de decisiones difíciles. Debido a la violencia en la zona mapuche, considera ordenar el regreso de los militares para proteger caminos e instalaciones, pero choca con sus aliados del Partido Comunista.
Son decisiones difíciles para el mandatario. Su primera medida fue terminar el Estado de Excepción Constitucional, es decir la presencia de las FF.AA. que regía en la zona por orden de su predecesor, Sebastián Piñera. Para el joven presidente, esa actividad militar escalaba el conflicto. Sin embargo, la violencia en la zona ha aumentado a pesar del retiro de los militares. Y la autodenominada Coordinadora Arauco Malleco (CAM) de los sectores más extremistas mapuches llamó a “preparar fuerzas y organizar la resistencia armada”.
Boric enfrenta el dilema de quedar preso de sus declaraciones previas. Su gobierno se ha abierto a volver a desplegar a las FF.AA, pero para no ser inconsistente con su decisión anterior, busca hacerlo con la creación de un “Estado Intermedio” que permitiría que el ejército regrese para proteger caminos y, eventualmente, infraestructura crítica para el funcionamiento del país, como plantas de agua potable o distribuidoras eléctricas. El Partido Comunista se opone.
“Es importante que tratemos de entender este debate con máxima urgencia, debido a los eventos que han sucedido durante el último mes y medio. (…) Hay que entregar la tranquilidad de que vamos a tener rutas expeditas, que no van a ser cortadas, y que van a ser rutas seguras”, sostuvo el ministro Secretario General de la Presidencia, Giorgio Jackson.
Para el lunes estaba previsto que una Comisión Mixta de senadores y diputados, debatiese el proyecto del gobierno que crea la nueva figura legal. Sin embargo, se la postergó para facilitar un acuerdo.
La decisión del gobierno ha tensionado a su propia coalición. El Partido Socialista, que se sumó al pacto de gobierno después de la elección, está de acuerdo con la propuesta. Pero el problema aparece con los partidos y colectivos que llevaron a Boric al poder, desde ya el señalado PC y el Frente Amplio.
“No nos podemos dar gustitos, nadie tiene la facultad de quedarse siempre enamorado de sus ideas, de sus convicciones o de sus traumas, sino que lo que tenemos que haber es respaldar al gobierno. Gobernar es difícil y los socialistas lo sabemos”, expresó el senador Alfonso de Urresti, líder de la bancada y el más probable nuevo presidente de ese partido.
Por su parte, el diputado socialista, Leonardo Soto, señaló en Radio Duna que “de no prosperar esto (el Estado Intermedio), porque no estén los votos y haya mucha división y deslealtad, el gobierno ha dicho que no le queda otra alternativa que declarar el Estado Constitucional de Excepción de Emergencia”, expresó, en clara alusión al impacto que generaría en las bases que apoyan al gobierno que se tomen las mismas medidas que Piñera.
Desde la oposición, que agrupa a cuatro partidos de derecha, escalaron las críticas por la extrema situación que vive el centro-sur del país. Para el senador Manuel José Ossandón, de Renovación Nacional, Boric cuenta con todas las atribuciones para enfrentar el conflicto, por lo que debe usarlas, sin complejos.
Lo cierto es que los ataques no cesan y el conflicto no deja de crecer. A través del medio Werkén, ligado al activismo por la reivindicación mapuche en la Araucanía, el líder de la CAM, Héctor Llaitul, expresó que “se viene el estado intermedio, que no es otra cosa que un nuevo estado de excepción. Es decir los milicos esbirros [sic] nuevamente desplegados en el Wallmapu custodiando los intereses del gran capital”. Añadió que “es la expresión en pleno de la dictadura militar que los mapuches hemos sufrido, dictadura que ahora asume el gobierno lacayo de Boric”.
El líder de la mayor organización de terrorismo interno en Chile, hizo asimismo un llamado a las organizaciones “a preparar las fuerzas, a organizar la resistencia armada por la autonomía del territorio y autonomía para la nación mapuche”.
Esa reacción se manifiesta en el aumento de los ataques incendiarios. Como adelantó Clarín, una madre y su hija resultaron heridas tras un asalto a un retén de Carabineros en Tirúa, Región del Bio Bio. Las víctimas son una mujer de 37 años y su hija de 15, que no se encontraban en el retén, pero que fueron alcanzadas por perdigones disparados con escopetas.
En la localidad de Quideco, otro grupo de encapuchados roció con líquido inflamable el hotel Küref, que es propiedad de Fernando Fuentealba, presidente de la Fundación de Víctimas de Terrorismo en la Macrozona Sur. El edificio fue incendiado.
El recinto, que tenía cerca de 20 años de funcionamiento, había sido también atacado en 2020, cuando organizaciones delictivas lo balearon con turistas en su interior. Los mismos hechos se repitieron en abril de este año, por lo que su propietario decidió ponerlo a la venta. .
En la huida, los atacantes bloquearon la ruta derribando árboles, para evadir la acción policial. La complejidad de los hechos, llevó a que este sábado partiera con urgencia a la zona donde se registra la mayor violencia, el Subsecretario de Interior, Fernando Monsalve. Allí trabajará con las autoridades locales en las medidas para intentar restablecer el orden y preparar el camino para el eventual nuevo despliegue de las Fuerzas Armadas en la región. ■