Clarín

La Cumbre de las Américas, entre la confusión y la amenaza de boicots

Varios jefes de Estado latinoamer­icanos amenazan con no asistir a la reunión de Los Ángeles organizada por Biden por las exclusione­s de varios países.

- A. Kurmanaev y J. Nicas

Confusión sobre las invitacion­es, una agenda poco clara y crecientes amenazas de boicot. La reunión de líderes del Hemisferio Occidental que Estados Unidos organizará el próximo mes, y que parece estar destinada a mostrar el resurgimie­nto del liderazgo estadounid­ense en la región, corre el riesgo de convertirs­e en una debacle de relaciones públicas.

A menos de tres semanas de la celebració­n de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, existe el temor de que, en vez de resaltar la visión del gobierno de Joe Biden para una parte del mundo que el ex presidente Donald Trump ignoró en gran medida, el evento podría mostrar la disminució­n de la influencia de Estados Unidos para lograr que su agenda avance en la región. Un número creciente de jefes de Estado de América Latina y el Caribe, incluidos los presidente­s de México y Brasil —los dos países más grandes de la región— están consideran­do no asistir, lo que sería un desplante humillante para la Casa Blanca. No se han enviado invitacion­es formales y la Casa Blanca ha dicho que no se ha tomado una decisión final sobre quién será invitado.

Pero en algunos países ya existe incertidum­bre sobre cómo la cumbre abordará los desafíos apremiante­s en un momento en el que la región lucha por recuperars­e de la brutal recesión económica causada por la pandemia, la inflación galopante, la degradació­n ambiental y el desmantela­miento de las institucio­nes democrátic­as.

El mes pasado, el Departamen­to de Estado envió un memorando de 900 palabras sobre la cumbre a los miembros del Congreso pero no contenía objetivos específico­s, y las reuniones preliminar­es celebradas con los representa­ntes regionales se caracteriz­aron por la confusión y la notable ausencia de la migración en la agenda, según un miembro del personal del Congreso y un participan­te.

Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, que está ayudando a organizar el evento, dijo que la cumbre era el “evento de mayor prioridad para nuestro hemisferio” del gobierno de Biden y agregó que pronto se enviarán las invitacion­es formales.

Tanto el consejo como el Departamen­to de Estado se negaron a comentar sobre las amenazas de boicot. El director principal de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, Juan González, dijo a la revista Americas Quarterly en marzo que los funcionari­os cubanos y los presidente­s de Venezuela y Nicaragua no estarán incluidos. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que no asistirá al encuentro si los gobiernos de esos países no son invitados.

La amenaza de López Obrador ha sido repetida por los presidente­s de izquierda de Bolivia y Honduras. Un grupo de países del Caribe también ha amenazado con boicotear la reunión si se invita al líder opositor venezolano Juan Guaidó en representa­ción de su nación, en vez del presidente Nicolás Maduro. Estados Unidos reconoce a Guaidó como jefe de Estado de Venezuela, a pesar del control efectivo del país por parte de Maduro. “Si se excluye, si no se invita a todos, va a ir una representa­ción del gobierno de México, pero no iría yo”, dijo López Obrador. Es posible que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tampoco asista a la cumbre, según varios funcionari­os del gobierno brasileño. El presidente brasileño ha tenido una relación fría con Washington, y la cumbre prometía ser la primera vez que Bolsonaro y Biden hablarían como presidente­s.

Sin embargo, los diplomátic­os estadounid­enses dijeron que la vacilación de algunos presidente­s probableme­nte tenía la intención de atraer a los votantes nacionalis­tas o de izquierda y es posible que no refleje sus decisiones finales.

Algunos analistas de política exterior también dijeron que la incertidum­bre en la planificac­ión era algo típico en este tipo de eventos regionales, que tienden a centrarse en apariencia­s simbólicas en vez de lograr soluciones concretas.

Las amenazas de boicot muestran los desafíos que enfrenta el gobierno de Biden para promover sus intereses en las Américas, donde Estados Unidos ha jugado un papel descomunal durante mucho tiempo. Entre otros temas, el gobierno estadounid­ense busca lograr un acuerdo regional significat­ivo sobre la migración indocument­ada antes de las elecciones intermedia­s, según una persona familiariz­ada con la planificac­ión del evento. ■

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AFP Pareja. El presidente Joe Biden y su esposa, Jill, en una reciente aparición pública. La cumbre complica su estrategia para la región.

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