La región, la religión y el lugar de la mujer
El proceso de secularización en América latina de los últimos 25 años explica los cambios de la mujer latinoamericana, según el estudio La Mujer Latinoamericana Democracia y Sociedad. Desde Una Perspectiva de Género, 19952020 de Latinobarómetro. El catolicismo disminuye en ese lapso de 80% a 56% y aumenta de 4% en 1995 a 16% en 2020 quienes no tienen ninguna religión y de 6% a 21% los que se clasifican evangélicos. Así, la religión dominante ha cambiado en varios países con enormes diferencias entre ellos: Paraguay es donde hay más católicos con 84% y Uruguay, menos, con solo 32%. “La religión católica jerárquica, piramidal, le da una impronta a la sociedad y a los sistemas políticos, no en vano los presidencialismos de la región son igualmente jerárquicos y piramidales. Al final de la primera década del nuevo milenio comienzan a perder fuerza, y los pueblos empoderados con la democracia, se atreven a contestar el poder”, escribió Latinobarómetro que dirige la socióloga chilena Marta Lagos.
Los presidentes que alcanzaron hasta 80% de aprobación, con un promedio de 60 puntos porcentuales -los hiper-presidentes en la primera década del milenio- se acaban y comienza la década de las protestas entre 2010 y 2020 seguida de la ola de alternancias en el poder. El poder piramidal es cuestionado, las presidencias pierden su momento y caen en promedio en su aprobación a la mitad de la década anterior a 30 puntos porcentuales. Protestas como las de Chile suceden al tiempo que 39% de los chilenos declaran no tener religión, y se destapa en 2019 la revolución feminista con cientos de miles de mujeres en la calle. Es un botón de muestra de las mutaciones que se producen simultáneamente con profundos cambios en las religiones de los latinoamericanos.
El estudio, en 18 países, se pregunta cuál es la relación entre catolicismo, proceso de secularización, y fuerte expansión del feminismo. Aunque sin datos empíricos para probar algunas hipótesis, el texto recurrió a la noción de Seymour Martin Lipset de que “el catolicismo retenía el desarrollo de la igualdad de género porque la mujer no es igual al hombre en la religión católica. Todo el clero son varones. La mujer no tiene papel alguno en la institución de la Iglesia Católica”. Pero, pese al avance secularizador, la religión católica ha sido y sigue siendo el marco valórico de las sociedades latinoamericanas incluso cuando sus ciudadanos dejan de ser católicos. “El ethos del catolicismo se demorará aún mucho tiempo en desaparecer”.w