El tema de fondo es el control de la barra
Una situación similar a la del jueves se había vivido en el último partido que Independiente disputó en su cancha por la Copa de la Liga Profesional de Fútbol frente a Huracán. Esa tarde, cuando un puñado de socios vociferaba su rechazo a la Comisión Directiva que encabeza Hugo Moyano, a la platea Arsenio Erico integrantes de la barra ingresaron para hacerlos callar.
Esa dinámica de rechazo organizado a la dirigencia y acciones intimidatorias tienen como telón de fondo la pelea por el control de la barra que encuentra a dos bandos que tejieron una siempre endeble alianza: “Somos nosotros” (que comanda César Rodríguez) y “Dueños de Avellaneda” (bajo la batuta de Juan Ignacio Leczniki y Mario Nadalich); hay otro que puja por retomar el liderazgo: “Los diablos rojos” (conducidos por Pablo Alvarez, alias Bebote).
A principios de abril, en la previa del partido entre el equipo de Avellaneda y Tigre por la novena fecha de la Copa, el sector de Alvarez, aparentemente respaldado por un grupo ultraviolento de Villa Jardín (partido de Lanús), hizo pública su intención de recuperar el manejo de la tribuna.
Ante la posibilidad de un enfrentamiento la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte de Buenos Aires montó un operativo con la participación de 600 agentes de la Policía provincial para ese encuentro. Esa tarde hubo más de 100 detenidos, la mayoría miembros de la facción “Somos nosotros”, por intentar ingresar a la cancha sin entradas o con carnets prestados o apócrifos, puesto que sobre algunos de ellos pesaba una prohibición de acceso a los espectáculos deportivos.