Clarín

“¿Quién frenará esta guerra?”: miedo y furia en las trincheras ucranianas

En el frente oriental, soldados de Kiev hablan de sus temores y esperanzas ante un conflicto sin fin a la vista.

- Dmitry Zaks

Un soldado ucraniano jadeante, aferrado a su Kalashniko­v y con miedo en los ojos, no se movió ni un paso durante cinco horas en su zanja a la orilla de la carretera. Un tanque ruso oculto en el horizonte disparaba sin parar hacia el punto donde Andriy, de 55 años, yace tendido en la tierra. Su cuello bronceado está cubierto de sudor y su boca demasiado seca para pronunciar más que un susurro. Pero su corazón está tan acelerado que apenas puede respirar en el frente oriental ucraniano.

“¿Quién detendrá esta guerra?”, imploró tras el silbido de otro proyectil disparado por las fuerzas rusas, a tres meses de iniciada su invasión a Ucrania. El estallido disparó al aire una columna de tierra al otro lado de la carretera desde donde estaba el soldado. Otros más siguieron a un ritmo constante a unos metros de su cabeza. Andriy no tiene idea de adónde se fueron los otros hombres de su unidad, ni de la cercanía de los rusos a su zanja. “Nuestra gente dejó de responder los disparos”, susurró tras observar la carretera. “No queremos provocarlo­s porque, de lo contrario, comienzan a dispararno­s con más fuerza”, explicó.

Los proyectile­s que pasaban sobre la cabeza de Andriy podrían romper la desesperad­a defensa ucraniana en una zona extensa del frente oriental. La carretera es parte de una línea por la cual Ucrania envía refuerzos a las asediadas ciudades industrial­es de Lysychansk y Severodone­tsk.

Andriy descubrió que los tanques rusos se habían acercado lo suficiente para cortar la línea de suministro. Las armas rusas ocultas en las colinas disparaban a cada vehículo que pasaba por la carretera, con carcazas de automóvile­s esparcidos a lo largo de su recorrido. Algunas decenas de soldados ucranianos rezumaban energía nerviosa más al sur de la carretera, mientras se preparaban para la peligrosa misión de contener el avance ruso.

“He perdido muchos amigos”, declaró un soldado que se identificó como Gere antes subir a un vehículo blindado y dirigirse a la línea de combate. “Quiero vengar sus muertes”, expresó el joven de 23 años.

La sargenta Galyna Syzonenko sabe lo que es estar inmoviliza­da en una trinchera. La médica militar cargaba un walkie-talkie y escuchaba los estallidos en una colina que los rusos han intentado tomar la última semana. En el primer respiro la llamarían para que corriera a su furgoneta a sacar a los heridos, con muchas posibilida­des de quedar atrapada allí por días.

“Es increíblem­ente atemorizan­te”, comentó sobre la guerra en las trincheras.“Hay momentos en que no te puedes mover por horas. Ni siquiera te atreves a mirar arriba”, contó. “Llevo mi miedo como una medalla de honor”, sostuvo la sargento de 50 años. “Solo los tontos no sienten miedo en una situación como ésta”.

El capitán Oleg Marchenko parecía buscar las palabras para expresar sus pensamient­os en medio del fuego intenso. El hombre de 28 años miró a la sargenta y sonrió. “Ella se sienta en la trinchera y se preocupa por salvar a los demás”, comentó Marchenko. “Un tanque recibe las coordenada­s y bombardea continuame­nte el sitio. Puede disparar 1.000 proyectile­s por día”, comentó con la mirada distante. “Si te mueves un paso, mueres”.

Marchenko y Syzonenko se alejaron de la carretera para dejar pasar un camión con un vehículo blindado. “Mientras tengas una trinchera o una zanja, podrás salvar tu vida”, aseguró el capitán. “Y tendido allí, sientes miedo y adrenalina”.

Las consecuenc­ias del mortífero conflicto se extienden más allá del frente. En tres meses, miles de personas, civiles y militares, murieron sin que haya un balance preciso. Sólo en Mariúpol, las autoridade­s calculan 20.000 muertos. En el plano militar, el gobierno ucraniano cifra las bajas rusas en más de 29.200 hombres, aunque fuentes militares occidental­es lo reducen a unos 12.000 soldados. El Kremlin, de su parte, ha admitido “pérdidas importante­s”, mientras Kiev no ha dado ninguna indicación sobre sus pérdidas militares. Desde el comienzo de la guerra hay ocho millones de personas desplazada­s en territorio urcraniano. Otros 6,5 millones huyeron al extranjero.

 ?? AFP ?? Combate. Un soldado ucraniano se cubre de los disparos en Lysychansk, en el este de Ucrania.
AFP Combate. Un soldado ucraniano se cubre de los disparos en Lysychansk, en el este de Ucrania.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina