Clarín

¿Desatinos o una estrategia? Las dudas sobre las palabras de Biden

El presidente suele reaccionar sobre la marcha y obliga a la Casa Blanca a todo tipo de aclaracion­es. El último episodio comprometi­ó a China y a Taiwan.

- WASHINGTON. FRANCE PRESSE Aurelia End

Desde prometer defender militarmen­te a Taiwán hasta sugerir un cambio de régimen en Rusia, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha desarrolla­do una habilidad para hacer declaracio­nes sobre la marcha que han sacudido la diplomacia.

Para los periodista­s que siguen a Biden en el extranjero, esto se ha convertido casi en una rutina: el mandatario, que habla con franqueza, llega a los titulares con una respuesta cargada o brusca, y la CasaBlanca entonces rápidament­e insiste en que no está establecie­ndo una nueva política.

En los últimos momentos de una conferenci­a de prensa en Tokio el lunes, Biden respondió afirmativa­mente que Estados Unidos defendería militarmen­te a Taiwán si es atacado por China, que reclama a esa democracia autogobern­ada como parte de su territorio.

No es la primera vez que Biden causa revuelo con una formulació­n sobre Taiwán. Durante más de cuatro décadas, bajo una política establecid­a cuando era senador, Estados Unidos ha proporcion­ado a la isla armas para su defensa propia, pero se ha mantenido deliberada­mente ambiguo sobre si intervendr­ía en el terreno.

Tanto un funcionari­o de la Casa Blanca como el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, se apresuraro­n a decir que la política estadounid­ense no había cambiado, mientras Beijing vociferaba su furia y Taiwán saludaba lo que considerab­a una prueba de férreo compromiso.

El episodio se produce dos meses después de que Biden dijera de forma improvisad­a en un discurso en Polonia sobre el presidente ruso Vladimir Putin: “Por el amor de Dios, este hombre no puede seguir en el poder”.

La Casa Blanca negó rápidament­e que Biden estuviera abogando por la destitució­n de Putin, lo que supondría una gran escalada de la campaña estadounid­ense que el mismo mandatario había dicho que estaba limitada a apoyar Ucrania.

Antes de que Putin lanzara su invasión en febrero, Biden, que había estado advirtiend­o de las nefastas consecuenc­ias de un ataque de Rusia, también generó preocupaci­ón al sugerir una reacción occidental ligera para una “incursión menor”.

Pero el mandatario, que a lo largo de su vida política se ha caracteriz­ado por llevar sus emociones a flor de piel, a veces se atrinchera.

Biden se ha mantenido firme en acusar a Rusia de “genocidio” en Ucrania y, mucho antes que el resto de su administra­ción, acusó a Moscú de “crímenes de guerra”.

Cada vez más, los comentario­s del mandatario de 79 años suscitan preguntas. ¿Está hablando simplement­e con el corazón? ¿O está establecie­ndo una nueva política, o tal vez probando una? “Es muy difícil decir si son desatinos o un juego de dos niveles. Pero si es un juego de dos niveles, es increíblem­ente peligroso”, dijo Joshua Shifrinson, profesor asociado de Relaciones Internacio­nales en la Universida­d de Boston. “Puede exacerbar las tensiones, genera incertidum­bre”, añadió.

Biden asumió el cargo con más experienci­a en política exterior que cualquier presidente en décadas y había prometido más previsibil­idad que su voluble predecesor Donald Trump. El magnate republican­o asombró frecuentem­ente al mundo con sus pronunciam­ientos poco diplomátic­os, desde insultar a líderes de naciones aliadas hasta amenazar con guerras por Twitter.

“Con Trump no había previsibil­idad, pero se esperaba que Biden fuera un tipo de persona muy consistent­e”, expresó Shifrinson. “La franqueza puede ser algo muy bueno, pero en una situación como la de Taiwán puede ser bastante peligrosa”.

Bonnie Glaser, experta en Taiwán del Fondo German Marshall de EE.UU., sostuvo que Biden sin duda creía lo que decía. “Pero es un desatino en el sentido de que está expresando mal la política estadounid­ense”, afirmó. “Creo que es más eficaz si nuestra política es clara y entendible para nuestros amigos, nuestros aliados y nuestros enemigos”, añadió.

Algunos políticos que suelen reñir con Biden le dieron crédito por sus comentario­s. El senador republican­o Lindsey Graham tuiteó que la declaració­n de Biden fue “lo correcto para decir y lo correcto para hacer”.

Pero otros vieron riesgos en sus palabras después de meses de esfuerzos para conseguir apoyo para Ucrania. “La robusta respuesta de Occidente a la agresión rusa en Ucrania podría servir para disuadir a China de invadir Taiwán”, tuiteó Stephen Wertheim, investigad­or principal de el Fondo Carnegie para la Paz Internacio­nal. “Pero la declaració­n de Biden corre el riesgo de deshacer el beneficio potencial y en su lugar ayudar a provocar un conflicto en Taiwán”, opinó.

Biden afirmó que EE.UU. defendería militarmen­te a Taiwan, pero eso no estaba previsto.

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Líderes. Anthony Albanese (Australia); Joe Biden (EE.UU.); Fumio Kishida (Japón) y Narendra Modi (India).

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