A buen entendedor...
Un poco por aburrimiento y gracias a una memoria privilegiada, el hombre dedicó el confinamiento a anotar en un cuaderno todos los refranes que conoce. Ya tiene más de 200 cuidadosamente apuntados y, a sus 85 años –59 de ellos como emigrado español en la Argentina–, sigue sumando alguno nuevo todas las semanas. Porque, persevera y triunfarás.
Casi todos los pueblos crearon refranes. Los especialistas prefieren la palabra “paremia” y la investigadora ucraniana Olga Tarnovska precisa en su artículo “Los refranes ayer y hoy”: “(Los usaron) los asirios y los egipcios, los indios y los chinos, y los encontramos también en los tratados filosóficos de los griegos”.
La función de esas ideas, siempre breves y rítmicas (una musicalidad necesaria para la memorización), fue la de conservar sabiduría: las experiencias de la vida, los secretos de las relaciones familiares y laborales, e incluso la de preservar conocimiento meteorológico.
Es por eso, que sobrepasaron las fronteras y se transformaron en un patrimonio internacional. “Es a veces muy difícil atribuirles una nacionalidad”, agrega Tarnovska. Y como ejemplo recuerda que lo que en el castellano es En casa de herrero, cuchillo de palo; los rusos lo expresan diciendo ‘Zapatero sin zapatos’; y en inglés es The tailor’s wife is the worst clad (La mujer del sastre es la peor vestida) pero también The shoemaker’s son always goes barefoot (El hijo del zapatero va descalzo).
Dos libros concentran un caudal rico en refranes. La Biblia ofrece Quien siembra vientos, recoge tempestades; Ojo por ojo, diente por diente; y Quien a hierro mata, a hierro muere, entre otros. Y el Quijote, por su parte, A Dios rogando y con el mazo dando; A buen entendedor, pocas palabras; De noche todos los gatos son pardos; Hoy por ti y mañana por mí; y la lista sigue y sigue.
Dicen que los refranes están desapareciendo porque hablan de un mundo que ya no existe. Olga Tarnovska tiene otra opinión: hay nuevos y aparecen sobre todo en la publicidad y en las redes sociales: Agua que no has de beber guárdala en la heladera; Tanto va el cántaro a la fuente que al final va solo; No por mucho madrugar se ven las vacas en camisón.
Aunque parece que la política hace sus aportes: No nos falta dinero, nos sobran ladrones; Si no nos dejas soñar, no te dejaremos dormir; Me sobra demasiado mes al final del sueldo. Unos nacen con suerte, otros en la Argentina... ■