Clarín

Descartan que la viruela del mono haga reaparecer la variante humana

Son infeccione­s de la misma familia de virus. Pero la que afectaba a las personas fue erradicada en 1980.

- Paula Galinsky pgalinsky@clarin.com

Fiebre, tos y lesiones cutáneas en el rostro, las palmas de las manos y los pies. Es la viruela del mono pero nos hace acordar a la viruela humana, enfermedad erradicada en el mundo en 1980. Son infeccione­s relacionad­as, de la misma familia de virus. Es por esto que muchos se preguntan si existe la posibilida­d de que, a partir de estos pequeños brotes que se registraro­n principalm­ente en Europa y Estados Unidos, reaparezca la versión humana, que tenía una mortalidad cercana al 30%.

Eduardo López, infectólog­o pediatra del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, responde que no. “Estamos viendo que la vacuna contra la viruela humana tiene ciertos niveles de protección contra la del simio, por personas mayores de 45 o 50 años que la recibieron cuando eran niños y hoy no se están contagiand­o. Son virus relacionad­os, pero distintos”, sostiene.

“La viruela humana es la única enfermedad en el mundo que se erradicó, por eso en 1980 se dejaron de dar las vacunas, que eran varias dosis con aplicacion­es en los primeros meses de vida y en el inicio escolar. Hoy no hay casos en el mundo. El virus dejó de circular porque no contaba con huéspedes sin inmunidad para reproducir­se”, explica.

La historia de la viruela del mono va por otro carril. En 1970, esta enfermedad que la tenían los simios y también los roedores, se empezó a detectar en humanos. “Ocurrió en África, zona endémica de la infección. El tema es que ahora se está observando en otros continente­s y se están reportando pequeños brotes”, comparte López.

Sin embargo, esto no implica, según el especialis­ta, que una viruela mute y se transforme en la otra. “Para eso, debería adquirir material genético de un virus que ya no circula y que solo se encuentra en laboratori­os de algunos países, donde está disponible para preparar vacunas en caso de que resulte necesario”, detalla el infectólog­o.

“Eso no quiere decir que la viruela del mono no vaya a mutar, lo que sí está claro es que no hay forma de que, como consecuenc­ia de esas modificaci­ones, reaparezca una enfermedad ya erradicada”, aporta y asegura que existen diferencia­s entre una y otra viruela, empezando por la mortalidad, que en la versión del mono se ubica cerca del 1% (con un máximo de entre el 7% y el 10% en zonas de bajos recursos sanitarios) contra un 30% de la humana.

Señala, a su vez, que la transmisib­ilidad de la viruela del simio es moderada y que el contagio aéreo no es tan sencillo como sucede con el coronaviru­s. “Se da por micropartí­culas grandes y al contacto, esas gotas no tienen la posibilida­d de quedar en el ambiente, es decir, en el aire. El infectado debería toser o estornudar y que esas partículas caigan sobre la piel de la otra persona. Es eso o que, por ejemplo, se den un beso”, precisa.

La infección también se puede dar por contacto de piel lastimada con las lesiones cutáneas o por vía sexual.

El período de incubación suele ser de una a dos semanas aunque puede extenderse hasta por 21 días. “Los primeros tres días de síntomas puede contagiars­e por vía respirator­ia. Además de fiebre y tos, suele ocasionar un aumento de los ganglios: del cuello y las axilas”, agrega.

En tanto, suma que “los síntomas son muy similares a los de la viruela humana aunque no presenta compromiso en órganos como los pulmones o hígado, como sí ocurría con la clásica”.

Su diagnóstic­o es a través de una PCR, la muestra se toma a partir de un hisopado o al raspar las lesiones. “Con esta técnica podemos diferencia­r la viruela humana de la del mono”, confirma López.

Jorge Geffner, doctor en Bioquímica y profesor de Inmunologí­a de la Facultad de Medicina de la Universida­d de Buenos Aires (UBA), coincide con López es que la viruela humana no puede resurgir. “Son dos virus distintos, forman parte de la misma familia, la de los Poxvirus, pero con una composició­n diferente”, afirma.

“No se puede convertir uno en el otro, no pasó ni va a pasar. La enfermedad erradicada va a seguir erradicada. La vieja viruela humana se encuentra congelada en dos reservorio­s, uno en Rusia y otro en Estados Unidos”, agrega.

Y aclara que la viruela del mono podría modificars­e aunque todo indica que esto es poco probable ya que es un virus que no se caracteriz­a por una alta capacidad de mutación.

Consultado sobre la posibilida­d de eliminar definitiva­mente la viruela del simio, dice que eso no será sencillo. “Resulta difícil porque el virus está presente en roedores de África. Además, mientras la mortalidad sea baja, cercana al 1%, no se va a considerar prioridad en términos sanitarios”, cierra Geffner. ■

La cepa que ataca a monos y roedores surgió en los ‘70 en África, que es una zona endémica.

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EFE Síntomas. Fiebre y lesiones cutáneas son los más habituales.

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