La última jugada de Cristina contra dos enemigos: la Corte y Larreta
Tensión política y judicial. La ex presidenta presiona vía Wado de Pedro y los gobernadores. Más miembros para el Tribunal y menos plata para la Ciudad.
El dato fue anticipado por Clarín el lunes pasado y al otro día terminó de confirmarse como una de las movidas políticas más fuerte de la semana: 16 gobernadores del Frente de Todos presentarían un proyecto para ampliar la Corte Suprema de Justicia. El anuncio lo haría el más importante de los mandatarios kirchneristas, el bonaerense Axel Kicillof.
El objetivo declarado es conformar un Alto Tribunal con "carácter federal", que garantice un cupo de dudosa legitimidad: que cada provincia (cada gobernador) tenga un representante allí. Hoy, la Corte está integrada por cuatro miembros (dos santafesinos, un cordobés y un porteño) y hay una silla vacante que oficialismo y oposición no acuerdan cómo ocupar.
Los mismos mandatarios que se habían juntado el lunes en la Ciudad por este proyecto también avanzaron en un reclamo en común: plantearían a la Nación la necesidad de ampliar los fondos para subsidios en el Transporte, donde el AMBA se ve claramente beneficiada.
La fecha del encuentro tuvo su explicación política: se espera que más temprano que tarde la Corte comience a resolver el reclamo de la Ciudad
para que le repongan los fondos que el Gobierno nacional (vía ley del Congreso) decidió recortarle en una discusión reabierta por el traspaso de la Policía. Horacio Rodríguez Larreta
exige que le devuelvan unos 200.000 millones de pesos.
Detrás del reclamo de los gobernadores (más subsidios por el transporte y que la Corte no falle a favor de la Ciudad) está el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, que mantuvo reuniones públicas y contactos privados con ellos. Más allá de los modos conciliadores del funcionario, para el círculo rojo de la política "Wado es Cristina". Como prueba basta una renuncia: fue él quien encabezó la amenaza de huida masiva tras la derrota en las PASO, una actitud que aún hoy el Presidente considera una traición.
La presión del Instituto Patria sobre el jefe de Gobierno cumplirá pronto dos años, poco menos del tiempo que el Frente de Todos lleva en el poder. Habían pasado apenas meses cuando desde el kirchnerismo visualizaron a Larreta como el escollo más incómodo para el 2023.
Entonces, plena pandemia, el jefe porteño se movía como aliado sanitario de Alberto Fernández, que incluso lo llamaba "amigo Horacio". Otros tiempos: a partir de allí, el Presidente cedió a la presión de la vice y aceptó recortarle fondos. En el combo también dejó de decirle "amigo".
"Larreta ya avisó que si la Corte falla a su favor, enseguida elimina el impuesto que creó por el recorte de fondos. Eso es una noticia de campaña, que el kirchnerismo lee y quiere impedir. No quiere ninguna noticia a favor de Macri ni Larreta, porque son sus enemigos", analizó ante Clarín una fuente que sigue al tanto la pelea.
Preocupación judicial y ¿gobernadores que cambian de bando?
Ahora, ¿el embate de Cristina contra la Corte -vía De Pedro y los gobernadoreses sólo para perjudicar a Macri y Larreta? Claramente no. Y más: la razón principal, también contada por este y otros medios, se vincula sobre todo con el futuro judicial de la ex presidenta.
Hasta ahora, Cristina no logró que el Máximo Tribunal resuelva a su favor ninguno de los recursos que presentó para frenar distintos juicios por presunta corrupción en su contra. Los éxitos parciales que consiguió vinculados con esto fueron de instancias menores. Y sabe que, como si fuera Roma, todos los caminos conducen a la Corte.
Antes, hay otra instancia que también inquieta a la vice: según detalla una fuente, "tres de las causas que habían sido elevadas a juicio (Dólar Futuro, Pacto con Irán y Hotesur) y quedaron frenadas, esperan una resolución de Casación". Se trata del máximo tribunal en material penal.
La situación de Cristina respecto a la Corte es por demás compleja. La ex presidenta prevé que en caso de haber un cambio político en el 2023, el aire judicial en su contra se espese. De ahí su premura para conseguir algún alivio y su queja ante Alberto Fernández por no haber podido mejorar su situación en este tiempo.
El Máximo Tribunal, conducido por Horacio Rosatti, se mueve hoy con una mayoría consolidada (el titular, más Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz, con Ricardo Lorenzetti apartado) y ya dio una muestra de fuerza en la puja por el Consejo de la Magistratura, el órgano encargado de seleccionar y controlar a los jueces.
No sólo declaró inconstitucional la conformación que había impulsado Cristina años atrás, sino que, ante la falta de una nueva ley, retomó la integración anterior y volvió a sentar al presidente de la Corte (en este caso Rosatti) al mando. Justo lo que la vice quería evitar.
A favor de Cristina, en todo este movimiento político y judicial hubo un cambio sensible y sobre el que quizá no se haya reparado del todo.
Se espera que la Corte falle en breve sobre el reclamo de la Ciudad por fondos millonarios.
Hace poco más de años, Alberto Fernández asumió la presidencia prometiendo que apoyaría su gestión en los gobernadores. Pero días atrás, cuando la UOCRA organizó un acto en su apoyo y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, los convocó, sólo asistió el sanjuanino Sergio Uñac.
Mucho más alineados estuvieron los gobernadores con la invitación de De Pedro para buscar desgastar a la Corte Suprema. Y ellos entienden el juego como el círculo rojo de la política. Para los mandatarios, "Wado es Cristina".w
Los gobernadores, que Alberto F. veía como sus aliados, ahora son funcionales a Cristina.