Clarín

En plena tensión con la Iglesia, el Papa recibió a un funcionari­o del Gobierno

Francisco se reunió durante hora y media con Juan Manuel Olmos, miembro de la mesa chica del Presidente.

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Bajo un calor agobiante, un par de días después de que Alberto Fernández definiera no viajar al frío polar de la Antártida y participar del Tedeum en la Catedral metropolit­ana, el Papa Francisco recibió en Roma a Juan Manuel Olmos, jefe de Asesores y uno de los colaborado­res más cercanos del Presidente.

El encuentro, confirmado a este diario por fuentes oficiales, se produjo en la tarde del viernes, en Santa Marta, y se prolongó por una hora y media. Olmos y Francisco no estuvieron solos: también participó María Rosa Muiños, titular de la Defensoría porteña y esposa el asesor presidenci­al, que aprovechó la semana para participar de una serie de actividade­s vinculadas a su función.

Olmos, integrante de la mesa chica de Fernández, es el funcionari­o de mejor relación con el Papa por fuera de los vínculos que Francisco generó en estos años con dirigentes que orbitan en el Frente de Todos, como Juan Grabois.

El jefe de Asesores de la Casa Rosada tiene un parentesco directo con Francisco y se conocen desde hace décadas: bautizó, por ejemplo, a sus hijos, y mantienen una relación sin fisuras que sobresale en el universo de funcionari­os que tratan de sacarle jugo a una supuesta proximidad con Roma cada vez que pueden.

Fueron pocos los que se enteraron de la audiencia papal del pasado viernes. Sí estaba al tanto el jefe de Estado, que habló con su asesor antes de que viajara, a principios de semana: Fernández todavía esperaba el informe climático para avanzar en el viaje previsto a la Antártida para festejar el 25 de Mayo, y ausentarse de ese manera en el tradiciona­l Tedeum en la catedral porteña al que, finalmente, asistió con buena parte de su gabinete.

La visita de este viernes al Vaticano -la última, según confiaron desde su entorno, había sido en el 2019, antes de la pandemia- se dio en un contexto particular, a pesar de los esfuerzos de la comunicaci­ón oficial por ahuyentar las versiones, de fuertes tensiones entre la Iglesia y la Casa Rosada.

Fuentes oficiales dijeron que la audiencia con el Papa fue a título personal y no para intermedia­r entre Francisco y el Gobierno.

Es una de las razones por las que Guillermo Oliveri, el secretario de Culto, también de buen vínculo con el Vaticano, insistió puertas adentro con vehemencia para que Fernández participe de la homilía ofrecida por Mario Poli, el pasado miércoles.

Es que hace rato que hay chispazos en los canales de comunicaci­ón entre Roma y Buenos Aires, y el último mano a mano entre Francisco y el Presidente, en mayo del año pasado, fue el fiel reflejo de esos cortocircu­itos: el Papa le dedicó solo veinte minutos para la audiencia privada, y en la foto oficial entre ambos mostró su gesto más adusto. El sumo pontífice es perfectame­nte consciente del poder de las imágenes. Cinco meses antes de esa reunión, la Casa Rosada había celebrado la aprobación del aborto en el Congreso.

"Bastante bien nos va después de ser el gobierno que aprobó el aborto", relativizó una fuente oficial que conoce de cerca los vericuetos de la relación. Sin embargo, en los despachos oficiales aseguran que la gestión presidenci­al no es del todo bien considerad­a por el Vaticano. Y que hubo gestos y decisiones de Fernández que no cayeron bien. El aborto es solo un caso.

En ese contexto, excusado por la dolencia en una de las rodillas, el Papa colaboró con los corrillos de la política cuando a mediados de abril suspendió la audiencia que tenía agendada con Santiago Cafiero. Para más suspicacia­s, ese mismo día por la tarde el Papa recibió a un grupo de jóvenes misioneros. Después de eso, el canciller y Francisco cruzaron una breve comunicaci­ón, formal, para despejar tensiones.

La suspensión a Cafiero, un dirigente cercano a la Iglesia -su padre fue embajador ante la Santa Sede- no pudo caerle al Gobierno en un peor momento: semanas antes, el Papa había recibido a solas, a Eduardo "Wado" de Pedro, un encuentro celebrado por el kirchneris­mo (Francisco además recibió este mes en Roma al gobernador K Jorge Capitanich).

El festejo fue doble cuando en los despachos K se enteraron del plantón al canciller. Después de eso, el Presidente coqueteó durante más de una semana con la idea de viajar a la Antártida y ausentarse para el Tedeum.

En paralelo, trascendió que Cristina Kirchner buscaba en estos tiempos su propia audiencia papal. Hace algunas semanas tenía en agenda un viaje a Marruecos que tuvo que suspender por la gira europea del Presidente. Según circuló, tenía escala en Roma, con un sinfín de especulaci­ones.

Sucede que la tensión interna entre Fernández y la ex Presidenta, entre el kirchneris­mo y el albertismo, se mide también por la cercanía con el Vaticano. En el Gobierno subrayan que el jefe de Estado y el Papa se conocen desde hace años. ■

Fernández planeó celebrar el 25 de Mayo en la Antártida y faltar al tradiciona­l Tedeum.

El Papa suspendió en abril la audiencia que tenía agendada con el canciller Cafiero.

 ?? ?? Saludo. Fuentes oficiales dijeron que Olmos visitó al Papa a “título personal” y no para tratar de intermedia­r entre Francisco y la Casa Rosada.
Saludo. Fuentes oficiales dijeron que Olmos visitó al Papa a “título personal” y no para tratar de intermedia­r entre Francisco y la Casa Rosada.

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