Clarín

Un canillita no resistió el robo de su camioneta y murió por un infarto

Alberto Omar Baldini (61) fue asaltado en la puerta de su casa, en La Plata, antes de ir a trabajar.

- CORRESPONS­ALÍA

Cuando asomaban los primeros fríos del año, Alberto Omar Baldini (61), canillita de toda la vida, repetía la rutina: sacaba su vehículo y antes de empezar la recorrida lo dejaba encendido para calentar la cabina. Eso hacía todas las mañanas en la puerta de su casa, de 172 entre 519 bis y 520, en La Plata. Pero el domingo, mientras cumplía ese ritual, alguien aprovechó para robar la camioneta Ford EcoSport y Baldini murió mientras intentaba llamar a la Policía desde el living de su propiedad.

No hubo violencia ni golpiza, pero la Justicia de La Plata considera que la muerte del vendedor de diarios fue una consecuenc­ia del impacto que le provocó el robo del vehículo que estaba en la vereda de su domicilio.

Por eso, la fiscalía a cargo de Álvaro Garganta investiga el caso como “homicidio en ocasión de robo”. El informe preliminar de la autopsia que se hizo en la morgue de La Plata determinó que el diariero murió por un “infarto agudo de miocardio”.

“No resistió la situación estresante y desesperan­te del momento que vivió en esa madrugada. La presencia del o de los delincuent­es representa un hecho violento que desencaden­ó el fallecimie­nto” es el argumento que desarrolla­n en Tribunales.

Todo ocurrió el domingo, cerca de las 6, cuando Alberto había terminado de desayunar y estaba por cargar algunos paquetes de diarios y revistas para llevar hasta la parada de 44 y 137, uno de los puestos que atendía desde hace más de 20 años. También era propietari­o de otro kiosko en Olmos, según averiguó Clarín.

Baldini vivía solo en una casa humilde de Melchor Romero. Estaba separado de su mujer desde hacía dos décadas y mantenía un vínculo estrecho con su hija, con quien atendía parte de su emprendimi­ento.

Fue la mujer quien, preocupada por el retraso de su padre en pasar a buscarla para empezar la jornada, decidió acercarse hasta 172. Y cuando entró se encontró con la escena: Alberto tendido en el piso, con el teléfono de línea caído a un costado.

Es que los ladrones se llevaron, además de la EcoSport, una riñonera donde el comerciant­e tenía documentac­ión, el cambio que usaba para vender periódicos y el celular.

La hipótesis es que el hombre alcanzó a ver el momento en que el o los ladrones se llevaron la camioneta y de inmediato decidió llamar a emergencia­s por el teléfono fijo. No lo logró. El corazón le estalló en ese momento de tensión.

Baldini integraba la Cooperativ­a de Diarios y Revistas de La Plata como asociado. Se presentaba en las asambleas y en las reuniones como el más “tripero (hincha de Gimnasia y Esgrima de la Plata) y peronista”.

Además de comentar con sus clientes cada incidencia de los partidos del Lobo en su parada, le gustaba salir en excursione­s de pesca. “Cada vez que podía, se iba con amigos a pescar a lagunas o al río. Era otra de sus pasiones”, dijeron en el entorno de la víctima.

Otra caracterís­tica que recuerdan en la cooperativ­a de canillitas era su intenso tono de voz ronco y fuerte. “Cuando llegaba Alberto, nos dábamos cuenta por el vozarrón. Era inconfundi­ble”. También las bromas y chistes. “Era un tipo de un gran humor”, dijeron en la entidad que agrupa a los canillitas.

Baldini tenía antecedent­es de hipertensi­ón y se cuidaba para no excederse en el peso. Pero en los últimos meses había superado una situación de salud que lo preocupó por años. “Estaba contento porque se operó de las caderas y había quedado muy bien. Se lo notaba feliz y activo gracias a esa intervenci­ón”, contaron a Clarín fuentes que tienen acceso a conocidos de Baldini.

La investigac­ión por ahora está estancada. La EcoSport que robaron el domingo no fue detectada todavía. En la fiscalía pidieron poner atención en la posible comerciali­zación del celular o en detectar eventuales activacion­es del equipo.

No hay en la cercanía de la casa de Baldini cámaras de seguridad públicas que pudieran tomar imágenes de los momentos siguientes al robo. No obstante, Garganta pidió filmacione­s de otros dispositiv­os de la zona.

Según los relevamien­tos periodísti­cos, en la región de la capital bonaerense murieron en los últimos tiempos 13 personas debido episodios de insegurida­d. ■

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Familia. Alberto Baldini tenía una hija que trabajaba con él.

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